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lunes, 6 de agosto de 2012

RETROspectiva: Bruce Dickinson - "Born In '58" (1990)


Bruce Dickinson, cantante de Iron Maiden y "la voz" del metal británico comenzó su  impecable trayectoria musical a mediados de los '70, tocando en conjuntos del temprano heavy metal y tratando de emular por aquel entonces la vanguardia de artistas como Rob Halford, Ian Gillan, Robert Plant, Freddie Mercury, Phil Mogg, Peter Hammill, David Byron y Ozzy Osbourne. Producto de aquellas grandes influencias, Dickinson se enfoca en obtener no sólo una voz virtuosa y llena de tonalidades, es capaz también de sumar la teatralidad -propia de conjuntos como Jethro Tull, Uriah Heep y Queen- a las atmósferas más siniestras del heavy metal, sembrando el camino hacia los sonidos que hoy consideramos tradicionales o épicos.

A comienzos de los '80 Iron Maiden era uno de los conjuntos más populares de la NWOBHM, pero su vocalista Paul Di'Anno ya no llenaba las expectativas de una banda que anheló desmarcarse a toda costa de la actitud punk y del aura suburbano, para evolucionar hacia un estilo más complejo, progresivo y grandilocuente. Fue entonces cuando el bajista Steve Harris se cita con su viejo conocido Bruce Dickinson (en aquel momento vocalista de Samson) para reestructurar Iron Maiden y dar juntos el siguiente paso en la evolución del heavy metal: emerge de la unión el álbum The Number Of The Beast, que vio la luz en 1982, catapultando a nivel mundial la fama de los británicos y expandiendo una vez más las posibilidades del rock metálico. Durante los siguientes diez años, Iron Maiden no cesó de cosechar éxitos y de lanzar discos cada vez más espectaculares. En 1992, sin embargo, mismo año en que fue lanzado el mítico Fear Of The Dark, Bruce Dickinson se escinde de Maiden para buscar nuevos horizontes musicales y forjar una carrera en solitario.

Ya en 1990, el compositor de "2 Minutes to Midnight" había incursionado como solista, a través del álbum titulado Tattoed Millonarie, de donde desprendemos el autobiográfico clásico de esta RETROspectiva. Manifiestas influencias del hard melódico y hasta del AOR rodean su música por aquellos años. Tiempo más tarde se aventura a declarar que el heavy metal es cosa del pasado y que el futuro del rock duro sería el grunge, estilo con el que también coqueteó hacia mediados de la década, en su faceta de solista y cerrando aún más la puerta a la posibilidad de un reencuentro con Iron Maiden que vivía su peor época con Blaze Bayley al frente.  Felizmente, el gran bache que tuvo que sortear Maiden y el resto del heavy metal tradicional durante los años '90, concluyó en 1999 con el retorno de Dickinson y del guitarrista Adrian Smith a la banda, un año más tarde los británicos hacen debutar su doceava placa: Brave New World y de allí a la fecha han vuelto a tener el mundo a sus pies, vendiendo millones de copias de cada uno de sus discos (nuevos, antiguos, antologías y DVD's en vivo) y llenando estadios en todo el mundo, pero muy especialmente en las grandes capitales de Sudamérica: Santiago, Buenos Aires y Sao Paulo.

lunes, 30 de julio de 2012

RETROspectiva: Faster Pussycat - "City Has No Heart" (1987)

 

Cuando era niño (a fines de los años '80), tenía la convicción de que el heavy metal se trataba de un montón de tipos desquiciados y muy drogados, que vestían estrafalariamente con pilchas de mujer, usaban hombreras, se teñían el cabello (que usualmente era largo y aleonado), se pintaban los labios y hacían locuras incomprensibles a mi mente pueril, como era lanzar orina al público en plena función y otras que bordeaban lo satánico, como descogotar gallinas con los dientes. Naturalmente, mi pobre percepción del metal a la edad de cinco o seis años, estuvo harto condicionada por el glam metal y el mito de artistas como Twisted Sister, KISS, Lizzy Borden, Ratt o el mismísimo Ozzy Osbourne, quienes hoy en día parecen de la prehistoria. Lo que hace veinte años choqueaba a gentes conservadoras y gatillaba el miedo de los niños, hoy es objeto de un culto nostálgico y museificado del que los angelinos Faster Pussycat encarnan todos los clichés.

La banda, formada en los albores de 1986 por el excéntrico vocalista Taime Downe, los guitarristas Greg Steele y Brent Muscat, el bajista Kelly Nickels (remplazado al cabo de unos meses por Eric Stacy) y el batero Mark Michals, se inclinó desde un principio por un rock pomposo, sexual y agresivo, mezcla de glam, punk, metal y blues, combinación a la que años más tarde se dio el nombre de sleaze. Las influencias de los Pussycat, abarcaban desde bandas míticas del rock duro (Led Zeppelin, Rolling Stones y Aerosmith) a grupos pioneros del punk (The Ramones, Sex Pistols, New York Dolls) y estándares internacionales del glam como Hanoi Rocks, Mott The Hoople y Slade. Al año siguiente de su formación, debutan con el homónimo Faster Pussycat, que pese a ser ensombrecido por el vital Appetite For Destruction de Guns N' Roses (una banda de estilo muy similar), tuvo bastante éxito y logró instalar el clásico "Bathroom Wall" en las primeras listas de MTV y de los charts norteamericanos. En 1989 lanzan un segundo álbum titulado Wake Me When It's Over en medio de un escándalo protagonizado por el batería Mark Michals, quien fuera sorprendido con posesión de heroína y expulsado posteriormente por presiones del sello.

Tres años más tarde, en 1992, Faster Pussycat ponen en circulación un nuevo disco titulado Whipped!, pero a esas alturas algo ha cambiado inconmesurablemente en la escena musical nortamericana, engrosando el conjunto la lista (liderada por Guns N' Roses y Michael Jackson) de artistas despreciados por la Generación X de comienzos de los '90 y tras una campaña de publicidad fracasada para el disco, deciden separarse. El nuevo milenio traerá de vuelta a Faster Pussycat, pero en una versión de rock industrial, liderada por el frontman Taime Downe en compañía de otros mercenarios: una banda que continúa alardeando de excesos, ambigüedades y pornografía, con una fama bastante más reducida que en los '80 y varios números menos grafiteados en el muro del toilette de las orgías rockeras.

lunes, 23 de julio de 2012

RETROspectiva: Stryper -"Loving You" (1984)

 

Iconos de los '80 y completos fiduciarios de la música glamorosa de Def Leppard, Sweet, UFO y Van Halen, los californianos Stryper aparcaron en la escena del rock pesado hacia 1984, como principales estandartes del metal cristiano. La banda, conformada por los hermanos Sweet: Michael (voz/guitarra) y Robert (batería), junto al bajista Tim Gaines y el segundo guitarra, Oz Fox debutó en medio de una era dominada por los primeros singles de Bon Jovi, el estallido comercial de Van Halen y los escandalosos atuendos de Mötley Crüe. Aunque a primera vista, se trataba de un engendro más de la moda glam-metal, sus composiciones -caracterizadas por una clara intencionalidad evangelizadora- hicieron la diferencia y establecieron distancia con el público tradicional del hard rock y heavy metal, creándose un nuevo nicho de audiencia en el mercado. 

El mismo nombre Stryper, fue rescatado de uno de los capítulos del Libro de Isaías y hace referencia a las "llagas" o "rayas" que marcaron el cuerpo de Cristo en su acto de expiación por los pecados de la humanidad, de ahí también el clásico contraste entre rayas amarillas y negras, presentes en los atuendos de la banda y sobre el escenario. Entre 1985 y 1988, Stryper rebasaron el underground y tuvieron el mundo a sus pies, con cuantiosos seguidores y varias bandas de metal cristiano a la saga (Barren Cross, Whitecross, Bloodgood, Guardian, Vengeance Rising, Deliverance y un largo etcétera), singles como "Soldiers Under Command", "Surrender", "Honestly" y "To Hell With The Devil" escalaron posiciones en los charts y sumaron seguidores entre la fanaticada más conservadora del rock metálico, en una verdadera cruzada que junto con repartir buen rock, prometía devolver a los incautos metaleros al camino de la luz o al menos nutrirlos de un mensaje mucho más espiritual en comparación con el común de los grupos.

El auge del grunge y del rock alternativo a comienzos de los '90, afectó también la popularidad de la banda que se vio presionada a congelar su trayectoria en 1992. En los años siguientes,  los hermanos Sweet hicieron carrera por separado, lanzando álbumes en calidad de solistas, Robert Sweet (baterísta) y el bajista Tim Gaines formaron en 1993 el proyecto King James, una nueva banda de metal cristiano, en compañía del guitarrista de Whitecross: Rex Carroll, por su parte, el guitarrista Oz Fox da vida a SinDizzy, otra banda embebida en el cristianismo. Escindiendo del resto de integrantes, incluso de su hermano Robert, en el 2003 el vocalista Michael Sweet anuncia el retorno de Stryper y comienza a trabajar en nuevos temas para la banda, Oz Fox y Robert Sweet se sumaron sobre la marcha. Dos años más tarde Stryper estrenan su primer álbum en 15 años, al que titularon Reborn. Con el bajista Tim Gaines fuera de la banda, su lugar es ocupado durante cuatro años por el ex Guardian, Tracy Ferrie, pero en el 2010 Gaines regresa por fin a Stryper. Nuevamente reunida, la habitual y vitoreada formación grabó el año pasado un primer álbum de covers como celebración de un nuevo comienzo y tributo a sus grandes influencias de los '70 y '80.

lunes, 16 de julio de 2012

RETROspectiva: Def Leppard - "Answer to the Master" (1980)



Siempre que se hace mención de la Nueva Ola del Metal Británico (NWOBHM), se nos vienen a irremisiblemente a la cabeza los nombres de conjuntos como Iron Maiden, Saxon, Motörhead, Venom o en última instancia Mercyful Fate, grupos que en definitiva pulieron el heavy metal, influenciando y presionando hacia el otro lado del Atlántico la germinación de un subgénero mucho más corrosivo: el thrash, que asimiló de aquella ya vieja ola del metal británico, toda su destreza instrumental, los ritmos acelerados y la postura punk. La NWOBHM fue, sin embargo, mucho más que una progresión lógica del metal embrionario británico o la reacción natural del rock pesado al estallido y asenso comercial del punk rock, el fenómeno se alimentó también de las influencias del glam rock y concluyó su evolución, sumado a ello la gran impronta que ejercieron conjuntos de la era dorada del hard rock, tales como Led Zeppelin, Deep Purple, Queen, Thin Lizzy, AC/DC y The Who, influencias transversales en gran parte de las bandas asociadas a la NWOBHM.

Toda esta sumatoria de antecedentes e influencias, hizo de la NWOBHM una etiqueta musical demasiado heterogénea, hecho que nos resulta fundamental a la hora de explicar la enorme distancia manifiesta entre los grupos, algunos de los cuales inclinaron la balanza hacia el sonido punk (Warfare, Motörhead, Atomkraft, Robespierre), otros al hard melódico y glam (Stampede, Heretic, Def Leppard, Tygers Of Pang Tang, Heavy Pettin'), los menos hacia fórmulas art-rock (Golgotha, Omega, Agony Bag), mientras los restantes sembraron nuevos caminos de evolución para todo el género metálico: tal es el caso de Iron Maiden y Saxon que junto con Rainbow y Ronnie James Dio son artífices del llamado "epic metal" (preámbulo del power metal), así mismo -desde su particular movimiento- el ácido power trío de Newcastle: Venom, sentó las bases del black metal y de todo el metal extremo ulterior. Sin embargo, ninguna otra banda de la NWOBHM obtuvo igual fama y renombre que los ilustres hijos de Sheffield: Def Leppard, por lejos el conjunto más vendedor del circuito y quienes dieron impulso a todo el fenómeno del hair metal, estilo que capturó buena parte del mainstream ochentero (incluyendo a la primera generación MTV), tras haber influenciado a toda una gama de artistas glamorosos como Bon Jovi, Europe, Cinderella, Poison y Tesla, que proliferaron a ambos lados lados del Atlántico.


Pese a que los primeros dos álbumes de Def Leppard son una pasada del más puro heavy metal, con el paso del tiempo, las melodías corales, los tres acordes y los solos estridentes se fueron imponiendo en la estructura de sus canciones, al punto de hacerse más apropiadas comparaciones con sus influencias setenteras: Sweet, T. Rex y Queen que con cualquiera de sus pares de la NWOBHM. Como pocas también, la historia de Def Leppard ha sido un verdadero carrusel de eventos y un registro de triunfos, tragedias, pérdicas y reinvención constante que no viene al caso delinear en esta RETROspectiva. Hoy nos limitamos a recordar un clásico de sus metálicos comienzos: "Answer to the Master", penúltima pieza de On Through The Night de 1980; un álbum hecho a pulso y corazón por unos muy jóvenes, alocados y marginales Steve Clark, Joe Elliot, Rick Savage y Rick Allen, además del desterrado guitarrista Pete Willis. Por aquellos años otra banda del montón, aunque con mucha garra y fe depositada en el destino, que bien hicieron notar en su ambicioso single "Hello America" presagio de la futura conquista del mercado estadounidense y mundial.

lunes, 9 de julio de 2012

RETROspectiva: Toto - "I'll Supply The Love" (1978)


Toto es una de las pocas bandas que a lo largo de su extensa trayectoria ha colectado éxitos sostenidos en el Billboard, compuesto clásicos (como "Africa", "Hold The Line", "Caught In The Balance", "Rosanna", "Stop Loving You"...) célebres en más de una valoración estilística y que pasados los años siguen firmes en las radios, en la cultura pop y en el inconsciente colectivo. Es probable que la notoriedad de la banda la debamos a su mezcla de sensibilidad y sofisticación pop, con la estructura y complejidades propias de un grupo de rock progresivo, curtido además por las influencias del funk, la música disco, el reggae, la new wave, el hard rock y el AOR, géneros que eclipsaron el mundo de la música hacia fines de los '70 y comienzos de los '80.

La historia de Toto tiene sus inicios en la ruidosa y artística ciudad de Los Ángeles en el año '76, por entonces sólo eran un proyecto con inclinaciones musicales mixtas y un gran gusto compartido por estilos como el jazz fusión de Steely Dan y Jaco Pastorius, el pop de Bee Gees, Abba o Elton John y el rock más atronador de artistas como Jimi Hendrix y Led Zeppelin, cuyos riffs adoctrinaron el estilo virtuoso del tremendo Steve Lukather. En 1978, la banda debuta discográficamente con su álbum homónimo: Toto, un popurrí de estilos hilado por la transversalidad del sonido melódico y una clara inclinación hacia el AOR y el rock progresivo, aunque no destiñeron por cierto en la mezcla hitos hard rockeros como el mítico "Hold The Line", el hoy revisitado "I'll Supply The Love" o la más cachonda "Georgy Porgy", fiduciaria de la música disco y de la gran influencia ejercida por la banda de los hermanos Gibb (Bee Gees).

Además de las tremendas guitarras de Steve Lukather, la magia de Toto estuvo tejida por la voz llena de armonía, fuerza y soul de Bobby Kimball, el doble juego de teclados de Steve Porcaro y David Paish y toda la rítmica de David Hungate y Jeff Porcaro, caciques del bajo y de la batería respectivamente. Aquella es la formación clásica de Toto, misma que dio vida a sus mejores clásicos pero que fue amainando hacia la década de los '80, dando espacios en el camino a otros espléndidos músicos como Dennis Frederiksen (voz), el tercer hermano Porcaro, Mike (bajo) y el célebre batero Simon Phillips, entre muchos otros. Hoy Toto es sin lugar a dudas uno de los mayores clásicos (vigentes) del rock y una de las pocas bandas que congrega en su fanaticada a gente muy acérrima del pop con rockeros y hasta metaleros de tomo y lomo, entre los que es digno mencionar a Jon Oliva y Al Pitrelli de Savatage.

lunes, 2 de julio de 2012

RETROspectiva: Quiet Riot - "It's Not So Funny" (1977)


Imprescindibles por excelencia, pero más deslucidos en cuanto a fama que muchos de sus contemporáneos y seguidores, Quiet Riot fueron una de las primeras encarnaciones comerciales del heavy metal, una banda muy semejante en algunos aspectos a Van Halen y Aerosmith, con varias cuotas de carisma, virtuosismo instrumental, actitud "fashion" y letras llamativas al mainstream, que tratan sobre sexo, mujeres, fiestas, juventud eterna, culto al ruido, miserias del mundo moderno, sentimientos, amor/desamor, etcétera. Quizás por esa razón sean considerados unos pioneros del hair metal: ese "algo" a medio camino entre el glamour de Mott The Hoople y lo aciago de Black Sabbath.

Estos fieles representantes del sonido de Los Ángeles (mucho antes de que existieran grupos como  Mötley Crüe y Guns N' Roses, a quienes iluminaron el camino), comenzaron sus andanzas en los circuitos suburbanos hacia el año '73, a punta del liderazgo de los legendarios Kelly Garni (bajo) y Randy Rhoads (guitarrista). Poco después se les unirían los dos miembros restantes: el vocalista Kevin DuBrow y el batero Drew Forsyth. Entre 1975 y 1976 el conjunto da vida a las primeras pistas y demos que terminarán recluidas en sus dos primeros álbumes: Quiet Riot (1977) y Quiet Riot II (1978), discos que congregan algunos clásicos destacados como los covers de Small Faces: "Tin Soldier" y "Afterglow", además de temazos que ensalzan la dupla compositora conformada por Rhoads y Dubrow, tales como "Slick Black Cadillac", "Mama's Little Angels" e "It's Not So Funny", revisitado por esta RETROspectiva.

A comienzos de los '80, tres miembros fundadores parten de la banda: Randy Rhoads se incorpora al proyecto solista de Ozzy Osbourne (literalmente expulsado de Black Sabbath en 1979), y pierde la vida en un triste accidente aéreo el año '82, Kelly Garni grabó algunos temas con el hermano de Randy en el '85 y no volvió a hacer noticia en la música hasta hace un par de años, por su parte Drew Forsyth formó algunos grupos menores y dedicó su vida a otros proyectos dentro y fuera de la música. Sólo Kevin DuBrow continuó dando el 100% de sí en Quiet Riot al menos hasta 1987, año en que se vio fuera de la banda y remplazado por otro excelso vocalista del hard rock americano: Paul Shortino (Rough Cutt), pese a todo retomaría su puesto tres años más tarde y no lo abandonará hasta el día de su prematura muerte en 2007. No cabe duda de que los mejores años de Quiet Riot fueron los de su Mark II, conformada por DuBrow en voces, Carlos Cavazo en guitarras, Rudy Sarzo en el bajo y Frankie Banali en batería, una banda comprometida y de lujo que dio vida a grandes himnos como "Metal Health", "Sign Of The Times" y "Condition Critical" y que repopularizó otros como "Cum On Feel The Noize" y "Mama Weer All Crazee Now", que pese a ser versiones de Slade, son casi más amadas y aclamadas en la voz del inmortal Kevin DuBrow.

lunes, 25 de junio de 2012

RETROspectiva: KISS - "Parasite" (1974)



KISS es sin necesidad halagos, la banda más imprescindible que salió de Norteamérica en los años '70, principales reclutadores de sectarios para los tropeles del heavy metal. Básicamente no debe existir rockero (mucho menos metalero) que se precie de tal, sin conservar en su fonoteca algún CD, casette o vinilo de la banda, a razón de que han sido también uno de los principales fenómenos comerciales en la historia del rock, tanto por sus atributos musicales como pictóricos, a medio camino entre el bondaje (sado-vestimenta) y el comic.

Rockeros duros, pero con un lado amable, agresivos a la vez que románticos y sensuales, KISS encarnan todas las ambigüedades del glam y ahondando sobre esa ambigüedad se rumorea inclúso que el nombre KISS más que la transcripción inglesa de "beso", apuntaría a las iniciales ocultistas de "Knights In Satan Service" (Caballeros en Servicio de Satán), un mito tan viejo como la propia banda y que les aporta un cierto misterio que bien supieron canalizar hacia su gran imperio económico, dado que toda la imaginería KISS es "grito y plata". Los orígenes de KISS se remontan a comienzos de los '70 a un conjunto de rock-country llamado Wicked Lester en que formaron parte todos los miembros fundadores de la futura banda: Gene Simmons (bajo/voz), Paul Stanley (voz/guitarra), Ace Frehley (guitarra/voz) y Peter Criss (batería), en compañía de otros forajidos que la historia quiso olvidar. En 1973 los escindidos de Wicked Lester dan vida a KISS y un año más tarde lanzan al mercado un álbum homónimo, en el que destacan cinco tempranos clásicos: "Strutter", "Cold Gin", "Deuce", "Black Diamond" y "Firehouse". La música del nuevo conjunto es una seductora mezcla de glam, pop/rock, hard rock y heavy metal, con los elementos estéticos de Alice Cooper y la energía de bandas como New York Dolls, Mott The Hoople y Sweet.

El mismo año de su debút discográfico, lanzan una segunda placa titulada Hotter Than Hell, con un sonido algo más pesado, endosable a sus también influencias: Black Sabbath y Grand Funk. "Parasite" es por lejos el tema más metalero del álbum: tres minutos de poder que hoy revivimos en la presente RETROspectiva. En las siguientes tres décadas la música de KISS invadirá de rock el planeta, por medio de una seguidilla de álbumes exitosos, que figurarán varias veces en los primeros 100 puestos del Billboard. Nada escapa a la sed de KISS por liderar el mainstream: periodos con y sin maquillaje, coqueteos con la música disco/funky en el álbum Dinasty de 1979, con el AOR en Unmasked (1980) y Lick It Up (1983) y el grunge metálico -a lo Alice In Chains- en Carnivals Of Souls (1997) y hasta una revisita de sus grandes clásicos en formato acústico (1996) para el ciclo MTV Unplugged o en compañía de la orquesta sinfónica de Melbourne (2003). Vitales e influyentes hacia todas las variantes del rock (y de lo no tan rock) KISS son una leyenda en plena vigencia, tan activos hoy como hace cuatro décadas y ad portas de lanzar su veinteava placa de estudio: Monster, que de seguro está bastante lejos de ser la última. 

lunes, 18 de junio de 2012

RETROspectiva: Deep Purple - "Pictures Of Home" (1972)

 

Amalgama de rock épico, virtuosismo y sobriedad, el heavy metal de Deep Purple sentó los fundamentos de una nueva escuela del rock pesado hacia comienzos de los '70, absolutamente británica, aunque menos sombría que el sonido de Birmigham (Black Sabbath, Judas Priest), ni decantada por las rústicas influencias del blues (Humble Pie, Led Zeppelin) mucho menos por la vistosidad del glam (Queen, UFO, Uriah Heep). Los "Profundo Púrpura" supieron rescatar desde un principio los mejores elementos y el lado "elegante" de artistas como Iron Butterfly, Jeff Beck, Jimi Hendrix, The Who, Cream, It's A Beautiful Day, The Beatles y los propios Led Zeppelin, en un complejo puzzle de riffs, secuencias de órgano (Hammond B3), extensos e intrincados solos de guitarra y altísimos falsettos (cortesía particular de Ian Gillan). 

Aquella banda que iría evolucionando disco tras disco de la psicodelia y el hard rock embrionario a las estructuras del heavy metal más tradicional, se formó el año '67 en la pequeña ciudad inglesa de Hertford (ubicada algunos kilómetros al norte de Lóndres). Sus miembros de cuna fueron los virtuosos Ritchie Blackmore (guitarras), Jon Lord (piano/órgano), Ian Paice (batería) y los más prescindibles Rod Evans (voz) y Nick Simper (bajo), que terminarían fuera de la banda a fines del '69 por diferencias musicales. Ese mismo año la llegada del vocalista Ian Gillan y del bajista Roger Glover consolidó la formación histórica de Deep Purple, mejor conocida como Mark II y que registró cuatro gloriosos discos hasta su disolución en 1973; de esta etapa es imposíble no destacar la impronta que tuvieron trabajos como In Rock (1970) y Machine Head (1972) en la evolución del heavy metal, caudales de creatividad de donde emergieron masterpieces como "Child In Time" (prima maqueta del metal progresivo), "Speed King" y "Highway Star" (antesalas del thrash/speed metal), el clásico de clásicos "Smoke On The Water" y temas más olvidados como el destacado por esta RETRO: "Pictures Of Home".
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Tras la disolución de la vitoreada Mark II en el '73, Deep Purple sorteó algunas crisis de identidad y la salida menos esperada de su emblemático guitarrista en el '75, quien iría a formar otra épica banda (Rainbow) junto al gran cantante italoamericano Ronnie James Dio. Naturalmente, no fueron menos interesante tampoco los tiempos en que Deep Purple tuvo por vocalistas a gente como David Coverdale o Joe Lynn Turner, en los que Glenn Hughes logró implantar el groove funky o aquellos en que las guitarras de Tommy Bolin y Joe Satriani llenaron a su modo el vacío dejado por Ritchie Blackmore. La Mark II volvería a resurgir un par de veces entre las décadas de los '80 y '90, registrando la trilogía: Perfect Strangers (1984), The House Of Blue Light (1987) y The Battle Rages On (1993), aunque tristemente el incesante choque de egos entre Gillan y Blackmore no permitió prosperar a la formación, debiendo marcharse el segundo y siendo reemplazado hasta la actualidad por el ex Kansas, Steve Morse, músico de gran nivel que aportó un nuevo cemento a la banda que tras su integración lleva ya casi dos décadas de ruedo, continuas presentaciones por todo el mundo y cuatro álbumes excepcionales a su haber.

lunes, 11 de junio de 2012

RETROspectiva: Grand Funk Railroad - "Sin's A Good Man's Brother" (1970)

 

Grand Funk Railroad, en otros tiempos llamados "La banda más ruidosa del planeta", son a nuestro parecer los Led Zeppelin de Norteamérica, un conjunto importantísimo en la sujeción del sonido hard rock en tierras yankees, célebres por su mezcla de tonalidades blueseras, funkys y proto-metálicas desprendidas del legado de Jimi Hendrix y la crème de exponentes heavies de los años '60 tales como Blue Cheer, Steppenwolf, Cream y The Who. El groove (rítmica), otro elemento definitorio de Grand Funk, sería atribuíble a sus también destacables influencias de la "música negra", solistas como Marvin Gaye, Smokey Robinson y Aretha Franklin. Aquella suma de elementos hizo de Grand Funk una banda pesada, pero no encasillable en el metal, amigable a las radios y al público en general, arquetipos sin duda del hard rock más comercial que desarrollarían un par de años más tarde discípulos suyos como Aerosmith, KISS y Van Halen.

El legendario power trio conformado por Mark Farner (guitarrista y vocalista), Mel Shacher (bajo) y Don Brewer (baterísta) se cuadró en Michigan (Noreste de Estados Unidos) el año 1969, pero sus exponentes venían haciendo rock desde comienzos de los '60 bajo nombres como Question Mark & The Misterians y Terry Knight & The Pack. Grand Funk Railroad sería una apuesta mucho más revolucionaria, conforme a los nuevos cánones de la época y a la estructura de power trío que habían instaurado The Experience y Cream, ese mismo año debutaron con On Time y  sólo cuatro meses más tarde lanzarían su homónimo "Red Album", ambos discos, piezas emblemáticas del sonido proto-metálico, soporte de venerables clásicos como "Heartbreaker", "Into The Sun", "Are You Ready?" e "Inside Looking Out" que sintetizan un cúmulo de matices, tales como emotividad, fuerza y excelencia instrumental.

Los '70 traería más álbumes extraordinarios de la firma Grand Funk en su versión power trío, tales como Closer To Home (del cual revisitamos para esta RETROspectiva el sabbatesco "Sin's A Good Man's Brother"), Survival y E Pluribus Funk, lanzados entre 1970 y 1971. Sin embargo, la decadencia del conjunto quedó de manifiesto hacia mediados de la gloriosa década tras una seguidilla de conflictos entre sus miembros fundantes y la adhesión de otros músicos. "We Are An American Band" (tema y disco) fue probablemente la última luz de gloria de un conjunto que paulatinamente se fue tornando "anticuado" y menos atractivo en comparación a sus pares del glam, metal, rock progresivo y demás estílos en gestación. Ni el regreso que intentaron llevar a cabo entre 1980 y 1983 logró reflotar el entusiasmo de sus antiguos seguidores, mucho más impactados (en términos de hard rock) por el cese de actividades de Led Zeppelin y el regreso de la Mark II de Deep Purple. En la actualidad Grand Funk es una de tantas fantasmagorías rockeras que sólo conserva el nombre y que no volverá a ser la banda que alguna vez brilló en el firmamento de la música popular, a menos que se vuelva a integrar al sublime genio artístico de Mark Farner.

lunes, 4 de junio de 2012

RETROspectiva: MC5 - "Rocket Reducer No. 62" (1969)

 

MC5 (Motor City Five), la primera banda punk de la historia, se formó en Detroit hacia el año 1963, influenciados por el rock 'n' roll en bruto de Chuck Berry, Little Richard, Mitch Ryder, The Kinks y los Stones, poco después se harían discípulos de la escuela eléctrica de Jimi Hendrix y The Who, fundiendo el rock pesado con ritmos desenfrenados, actitud narcotizada y un discurso sumamente politizado. El quinteto original, conformado por Rob Tyner (vocalista), Wayne Kramer y Fred "Sonic" Smith (guitarras), Michael Davis (bajo) y Dennis Thompson (batería) debutó discográficamente en 1969 con el álbum en vivo Kick Out The Jams, vitoreado durante décadas como uno de los mejores registros en la historia del rock por su sonido explosivo y posterior influencia en la primera camada punk del '77 (The Ramones, Dead Boys, The Dictators, Sex Pistols, The Clash, etc.) y bandas muy ulteriores como Mudhoney, Nirvana, The Melvins, Warrior Soul, QOTSA, Rage Against The Machine, Entombed o los White Stripes entre muchos otros.

Los conflictos internos y el escaso reconocimiento entre sus contemporáneos generaron que la banda se disgregara en la temprana fecha de 1972. Sólo tres discos dejaron como legado: además del mencionado debút del '69, estuvieron Back In The Usa de 1970 y High Time de 1971, ambos con un sonido menos crudo que el Kick Out The Jams y totalmente amoldados a los estándares radiales de la época. Más allá de la música sin embargo, el principal motor de los MC5 fue su mensaje, influenciado por el discurso "libertario" de izquierda y la lucha por la igualdad civil de la minoría racial afroamericana, lo cual les llevó a entablar lazos con la mítica sociedad de las Panteras Negras.
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A comienzos de los '90 hechos fortuitos se llevaron la vida del vocalista Rob Tyner y del guitarrista Fred "Sonic" Smith, hipotecando para siempre el sueño de volver a ver reunidos a los MC5 originales. Otro miembro de cuna, el bajista Michael Davis, falleció en febrero de este año. Pese a estas considerables bajas, la marca MC5 sigue activa y siendo persistida por el guitarrista Wayne Kramer y el batero Dennis Thompson a quienes se sumó en 2005 el vocalista Dick Manitoba (ex The Dicktators). De la poca valoración que gozaron en su época al ulterior rescate y veneración de punkys, hard rockers, metaleros, grungys y stoners pasaron muchos años, sin embargo MC5 estuvieron destinados siempre a convertirse en un conjunto de culto, de esos que no alcanzaron a llenar estadios, ostentar lujos ni llenarse los bolsillos de plata, pero que por las mismas razones nos continúan pareciendo atractivos hoy en día: una suma de simpleza, honestidad y rebeldía que definen al verdadero rock & roll.

lunes, 28 de mayo de 2012

RETROspectiva: Iron Butterfly - "Are You Happy?" (1968)

 

Junto con Blue Cheer, Iron Butterfly fue un importantísimo eslabón en la evolución sónica del hard rock/blues primogenio (Cream, The Who, The Experience) al temprano heavy metal (Led Zeppelin, Black Sabbath, Deep Purple). Menos ensordecedores que su pares liderados por Dickie Peterson, los compositores de In-A-Gadda-Da-Vida cultivaron una línea más progresiva, donde el diálogo guitarras/(órgano) Hammond ocupa el principal enfoque, dicha maqueta es la que secundaron grupos como Deep Purple, D.O.A., Wishbone Ash e inclúso Journey en los dichosos años '70.

La formación original de Iron Butterfly se cuadró hacia el año '66 y estaba conformada por Doug Ingle (voz/órgano), Daniel Weiss (guitarra), Greg Willis (bajo) y Jack Pinney (batería). Al año siguiente grabaron su primera placa: Heavy, con una formación completamente reestructurada y sólo dos de sus miembros fundadores (Doug Ingle y Daniel Weiss), el recambio de integrantes será una constante de la banda. En el verano del '68, la mejor formación de Iron Butterfly, consistente en Doug Ingle, Erik Brann (guitarra), Lee Dorman (bajo) y Ron Bushy (batería), se recluyó en varios estudios de EE.UU. para grabar las pistas del legendario álbum In-A-Gadda-Da-Vida. A su modo (psicodélico, progresivo e introspectivo) nacía con ellos el heavy metal y una de las canciones más emblemáticas y extensas del rock clásico.
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Las canciones de In-A-Gadda-Da-Vida son una buena mezcla entre los temas pop de The Beatles y los arranques más salvajes de Jimi Hendrix y Cream. Sin ir más lejos, el tema que hoy destacamos en nuestra trigésima sexta RETROspectiva, es representativo de la faceta más heavie de Iron Butterfly (el mismo nombre de la banda es una referencia a esa conjunción entre rock pesado "Iron" y pop liviano "Butterfly") un clásico que destaca sobremanera las virtudes del difunto guitarrista Erik Brann y del batero Ron Bushy, íconos menos reconocidos en la gran dinastía del hard rock.

lunes, 21 de mayo de 2012

RETROspectiva: The Jimi Hendrix Experience - "Ezy Rider" (1969)

 

El heavy metal, música desprendida de la evolución del blues y de la psicodelia de finales de los '60 es sin duda que valga, un estílo que debemos a los aportes del artesano Jimi Hendrix, cultor de acordes extraordinarios y formas musicales, situadas en la más absoluta convergencia entre la mente y el alma: entre la técnica y el sentimiento. Es por esta razón que a 41 años de su muerte, las canciones de Hendrix no nos parecen fuera de tiempo ni de épocas tan remotas, la escuela de riffs fundamentales de donde proviene todo el bagaje de los grandes guitarristas del hard rock y heavy metal de los años '70 y '80, revivalistas como Lenny Kravitz y Ritchie Kotzen y hasta estándares del nuevo rock como Matthew Bellamy de Muse.
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Pese a ser el heredero natural de los grandes íconos del blues americano, Hendrix no se detuvo en las formas tradicionales y direccionó su espíritu musical hacia nuevas búsquedas. Junto a The Experience incursionó tanto en el rock duro como en las sendas más rítmicas del r&b, soul y funk, llegando inclúso a fusionar ambos sentidos musicales (distorción y ritmo) al punto de reconocérsele como padre del funk-rock. Temas como "Suspicious", "Crosstown Traffic", "Fire" y "Freedom" atestiguan dicho fundamento, como así mismo la gran obra de arte titulada "Ezy Rider" (en honor a la película de Peter Fonda), pionera en aunar sonidos del funk con el naciente heavy metal, fórmula que querrá ser replicada por conjuntos como Grand Funk, Mahoganny Rush, Queen e inclúso Black Sabbath (en "N.I.B.") en el curso de los años '70.
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Siendo el rock pesado nuestra religión, Jimi Hendrix y The Experience vendrían a ser algo así como Dios, un primer paso en la cadena evolutiva del heavy metal, elementos fundamentales de nuestro propio Big Bang. Es nuestro deber honrrar al tipo que nos legó los mejores riffs de la historia, el mayor espectáculo en vivo sobre los escenarios (con rituales chamánicos, quema de guitarras, destrucción de amplificadores, etcétera) y que hizo del rock una música ampliamente universal, más allá de los topicismos absurdos y del blancocentrismo que continúo mermando libertades civiles a la gente de color en los Estados Unidos de los '60 al mismo tiempo que Hendrix se convertía en héroe de la contracultura hippie. No es una exageración por tanto decir que fueron Jimi Hendrix, Malcom X y Martin Luther King los responsables de suprimir dicha impronta racista.

lunes, 14 de mayo de 2012

RETROspectiva: Cream - "White Room" (1968)

 

Entre las bandas asidas a la British Invasion de mediados de los años '60, destaca particularmente el nombre de Cream, virtuoso conjunto de rock y blues, influenciado mayormente por la música afro-norteamericana y por los acordes de grandes astros de los '40 y '50 como Muddy Waters, Albert King, Howlin' Wolf, Willie Dixon, John Mayall y especialmente la leyenda Robert Johnson. Una breve trayectoria de apenas dos años les bastó para convertirse (hasta estas fechas) en la banda más aclamada del "blues blanco", en íconos británicos del rock clásico y en indiscutidos precursores del hard rock, mostrando el camino a seguir a incontables conjuntos de la siguiente oleada rockera, tales como Led Zeppelin, Black Sabbath, Steppenwolf, Blue Cheer, Iron Butterfly, Sir Lord Baltimore, Thin Lizzy y demás forjadores del sonido heavy metal, inclúso motivaron el estílo más duro de muchas canciones de los últimos álbumes de The Beatles e influyeron en el giro de Jimi Hendrix a The Experience.
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Existe una conexión especial entre la música de Cream, Led Zeppelin y los primeros discos de Jeff Beck solista; en todos ellos se respira un legado de blues y psicodelia rescatado por sus guitarristas que tiempo antes habían tocado juntos en The Yarbirds, otro de los conjuntos míticos de la British Invasion y del llamado "blues blanco". Es un cómun y horrible sesgo de apreciación sin embargo, considerar a Cream una réplica de Yardbirds o más aún, la banda soporte de Eric Clapton, pues ciertamente Clapton no llegó a ensombrecer a Jack Bruce (bajista/vocalista) ni a Ginger Baker (baterísta), Cream fue en efecto la perfecta conjunción de esos tres pilares, músicos impresionantes que indagando en todas las posibilidades del blues alcanzaron el siguiente nivel, alumbrando nuevas fórmulas. 
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Pese a que sus éxitos no tuvieron igual difusión radial que la música de los conjuntos pop de la época, destacan en el recuerdo de varias generaciones de rockeros, clásicos como "I Feel Free", "Spoonful", "N.S.U.", "SWALBR", el clásico de clásicos "Sunshine Of Your Love" y la hermosa y épica "White Room" citada por la presente RETROspectiva, canción encargada de abrir el álbum Weels Of Fire de 1968. Ese mismo año tres estudiantes universitarios de Lóndres lanzaron una demo muy de la tónica de Cream, con melodías y guitarras a tope, dicha banda se hizo llamar Smile y si bien no obtuvo ningún exito relativo, años más tarde dos de sus miembros principales sí llegarían bastante lejos, en esta ocasión bajo el nombre de Queen.

lunes, 7 de mayo de 2012

RETROspectiva: The Beatles - "Helter Skelter" (1968)

 

Apenas diez años de trayectoria y más de cuarenta convertidos en leyenda, nos hablan de lo muy relevantes que fueron The Beatles para  los cimientes del rock 'n' roll y de la música popular en general. La banda de rock definitiva, que tomó todos los elementos del rockabilly americano de Elvis, Chuck Berry y Buddy Holly y los fusionó con la más elaborada instrumentación de The Shadows, sumando algunos guiños a la composición poética de Bob Dylan, sin menospreciar tampoco la música pop primigenia de artistas R&B y de la Motown como The Supremes, The Marvelettes y Fats Domino. 

Fueron The Beatles la mejor síntesis de musicalidad y ritmo convergentes en una época y de hecho, jamás dejaron de incursionar en nuevas sonoridades, siendo evidente que sus últimos cinco álbumes (Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, The Beatles, Yellow Submarine, Abbey Road y Let It Be), lanzados en un periodo de tan sólo tres años, se distancian perpendicularmente de la propuesta "más liviana" de los primeros años o mejor dicho la complementan con nuevos aditivos de psicodelia y blues, suministrados por las certeras influencias de Cream y Yardbirds. Hacia fines de los '60, The Beatles continuaron siendo el conjunto más ungido del pop/rock británico y mundial, aunque poco quedara de aquellos cuatro inocentes beatniks que sólo cinco años antes habían liderado la British Invasion con algunas de las canciones más cadenciosas y vivificantes de todos los tiempos. Los Beatles de finales de los '60, en cambio, fueron unos hippies rebeldes y politizados, filósofos taciturnos, maestros sardónicos de la industria musical.

Esos igual de genuinos, pero más displicentes Beatles compusieron grandes canciones, muchas de ellas menos exitosas y comerciales, por carestía del elemento "pop" con que su público más tradicional los había encasillado. El hard rock, desde luego, no pasó desapercibido para ellos y en especial para las vetas compositoras de George Harrison y Paul McCartney, dando vida a temazos como "Taxman", "Hey Bulldog", "Good Morning Good Morning", "I Want You (She's So Heavy)", "The End", "Everybody's Got Something to Hide Except Me and My Monkey", "Birthday", "Yer Blues", "Revolution", "Back in the U.S.S.R." y por sobretodo "Helter Skelter", prototípica canción de heavy metal, compuesta por McCartney e inspirada en el desenfrenado estílo de Pete Townshend (The Who) en los riffs.

lunes, 30 de abril de 2012

RETROspectiva: The Doors - "Five to One" (1968)

 

Descifrar la composición de The Doors es sumirse en un laberinto de símbolos e interpretaciones (tantas como mande la subjetividad de cada oyente), nadar en el más oscuro charco de poemas provenientes del subconsciente y estados de mente alterados. The Doors fue principal pancarta de un hippismo anti-hippie y de una revolución musical, artística, moral, intelectual y hasta política que en un lenguaje condensado de blues, rock, pop, jazz, cannabis, LSD y la influencia de turbados litaratos como Rimbaud y Jack Kerouac llevó la psicodelia y el rock ácido al siguiente nivel, definiendo a nivel de prototipo los parámetros futuros del rock duro y del punk. En plena era de las flores, de las tomas universitarias, de las masivas movilizaciones por la igualdad cívica y del duro cuestionamiento popular a la Guerra Fría y Vietnam, suspicaces y excépticos, The Doors -y en particular Jim Morrison- tejieron la filosofía del "junkie", aquel sujeto desencantado y autodestructivo que percibiendo el mundo al borde de un abismo, no le hace el quite ni lo condena, sino por el contrario se deja llevar y hasta dirige la batuta de los mutilados psíquica y espiritualmente. No extraña en tanto, su temprana muerte a los 27 años, en la cúspide más absoluta de su carrera musical.

Tras la muerte de Morrison en 1971, los tres miembros supervivientes (Ray Manzarek/tecladista, Robby Krieger/guitarrista y John Densmore/baterísta) intentaron durante un par de años mantener vigente el nombre de The Doors, lanzando en medio un par de discos nada convincentes. No lo lograron en aquel primer momento ni tampoco llegarían tan lejos en futuras reuniones, pero quienes sí recogieron en buena medida el legado de Jim Morrison son sus más variopintos seguidores y personalidades del rock como Alice Cooper, Iggy Pop, David Bowie, Stiv Bators (Dead Boys), Phil Lynott, Billy Idol, Ian Curtis (Joey Division), Ian Astbury (The Cult), Glenn Danzig, Mark Lanegan (Screaming Trees), Andrew Wood (Mother Love Bone), Eddie Vedder y hasta Enrique Bunbury (Héroes del Silencio), quienes en diferentes épocas y desde las más variadas aristas musicales lograron perpetuar y replicar algo de la gesta, actitud, mística o su particular tono de voz. Ian Astbury y Eddie Vedder llegaron inclúso más lejos, atreviéndose a calzar los zapatos del mártir rockero, tocando codo con codo con el resto de los Doors.

En 1968 The Doors publicó Waiting For The Sun, una de sus más célebres placas, amparada del favoritismo de quienes hacemos La Religión del Rock Pesado. Figuran en ella grandes clásicos de la psicodelia como "Hello, I Love You", "Not Touch the Earth", "Spanish Caravan", "My Wild Love", el llamado anti-bélico de "The Unknown Soldier" y una increíble canción al cierre titulada "Five to One" que destaca por transitar de la psicodelia al heavy metal en completa analogía con la era musical tratada (1968 a 1969), misma que vió florecer para luego desaparecer a Jimi Hendrix y Cream, propició el White Album de The Beatles y el Tommy de The Who, una era de distorcionadores y riffs a tope y del más cruento realismo devastando al fin frágiles muros de discursos utópicos y felicidad convertida en bien de consumo. A la vuelta de esa turbulenta esquina gritaron a todo pulmón kick out the jams!!! los MC5 como metáfora de un instante solemne, la muerte declarada de los años '60.

lunes, 23 de abril de 2012

RETROspectiva: King Crimson - "Larks' Tongues in Aspic (Part I & II)" (1973)

 
 

Junto con artistas de la talla de Frank Zappa, David Bowie, Protocol Harum y Magma, King Crimson representa la esencia vanguardista del rock de los '70, una banda que a lo largo de cinco décadas de vigencia jamás hipotecó la creatividad por ascender al mainstream ni tiene entre sus creaciones álbumes más comerciales que otros. Su estílo en esencia experimental/progresivo puede entenderse como una máquina en constante estructuración y que ha ido variando conforme evoluciona el rock y la música popular, siendo desde el principio (finales de los '60) un combo de tremenda musicalidad, abierto a todos los estílos y subgéneros imaginables, pero con particular ahínco en los sonidos del jazz, el folk, la música clásica/filarmónica y el rock pesado.

Naturalmente, toda gran banda es producto de las ideas y de la voluntad disciplinada de una mente singular y en el caso de King Crimson ese genio (y único miembro permanente) se llama Robert Fripp, guitarrista, tecladista y compositor aclamado por generaciones de progres y metaleros, pues posiciona en lo más alto la grandilocuencia del rock clásico británico, habiendo hecho el puente entre las sonoridades psicodélicas más descabelladas de la década hippie con buena parte de lo que se comenzó a gestar en los '70 y aunando entre sus riffs pasajes llenos de harmonía, típicos del rock progresivo, con las más esquizofrénicas improvizaciones del jazz y una cuota no menor de salvaje heavy metal, casi más atronador que los acordes de Tony Iommi. Su temprana obra maestra: "21st Century Schizoid Man", tema apertura del primer disco: In The Court Of The Crimson King, resume en gran medida la propuesta de la banda, una experiencia cualificada para oídos doctos, amantes de los tecnicismos jazzísticos y del rock metálico más elaborado, fórmula que con el paso de los años les convertirá en referentes de algunos de los conjuntos más complejos o menos convencionales de la industria rockera, tales como Rush, Primus, Tool, Radiohead, Opeth y Devin Townsend, entre muchos otros.

A fines de 1972 se cuadró una de las más emblemáticas formaciones de los Crimson, con John Wetton de Wishbone Ash en bajo y voces, el ex Yes, Bill Bruford en batería, David Cross en violín e instrumentación clásica y Fripp en sus particulares ocupaciones, al año siguiente lanzaron Larks' Tongues in Aspic, excelentísima quinta placa, copada de sonidos experimentales y unos cuantos guiños al heavy metal. El tema que da nombre al álbum se divide en dos partes (una en la apertura y otra en el cierre), tratándose de un concepto instrumental que auna las influencias clásicas con el jazz, el metal y unos liados beats tribales, lo que en suma configura una verdadera obra de arte sónica, antesala de todo el avant garde, del metal progresivo y herencia indiscutible del "In-A-Gadda-Da-Vida" de Iron Butterfly o el "Break Song" de Vanilla Fudge.

lunes, 16 de abril de 2012

RETROspectiva: Sir Lord Baltimore - "Hard Rain Fallin'" (1970)



"Qué es el heavy metal, sino la más artística expresión de rabia, empleando a su favor todos los elementos del rock clásico (post Hendrix) para aglutinar entre sablazos de beats, riffs altisonantes, chirriantes solos y apasionadas voces todo el ardor de nuestras hirvientes entrañas, producto del amor y del odio: las dos energías que impulsan al mundo y nos hacen sentir parte". Esta breve descripción de mi género favorito, la realicé años atrás a pedido del ya descontinuado sitio Metal Urbano, y la banda que tuve en mente por aquel entónces (recuerdo perfectamente) no fue otra sino Sir Lord Baltimore.

Manados hace 45 años de Brooklyn, NY, el power trío norteamericano Sir Lord Baltimore es otro de tantos conjuntos que nació destinado a menciones honrosas y reconocimientos ulteriores, pese a que su forma de rockear -en términos de época- era ostensiblemente de otro mundo, un ensamble imposible entre el revivalismo rock 'n' rolero de MC5 y la furia instrumental de Zeppelin, pero multiplicada por tres. Definitivamente, la banda más heavy metalera que surgiera en territorio americano, aunque para la pobre crítica de aquellos años, resultaran tan secundarios como unos Blue Cheer, vale decir, el tipo de bandas que la industria relegó por considerarlas excesivas, y que décadas más tarde lograron hacerse justicia entre grungys y stoners que supieron apreciar en su música un prototipo del punk-metal, la convergencia de los orígenes, la suma de todas las bondades del rock de los '70.

El mágico combo lanzó su primera placa (titulada Kingdome Come) el mismo año que Jimi Hendrix ejecutó el último riff. Las canciones del álbum son la consiguiente evolución de aquel rock salvaje, copado de chamanismo eléctrico que poquísimos conjuntos posteriores y hasta contemporáneos de los de Brooklyn pudieron alguna vez reproducir, una verdadera pieza de arte olvidada entre las incontables y amarillentas crónicas que adornan el museo del rock y que bien vale la pena someter a la desfachatez de extraerle un tema para colgarlo en la presente RETROspectiva. John Garner (vocalista/baterísta), Louis Dambra (guitarras) y Gary Justin (bajo) configuraron el power trío original, responsable del primer disco. Un año más tarde se sumaría un cuarto miembro y segunda guitarra, el hermano de Louis Dambra, Joey.

lunes, 9 de abril de 2012

RETROspectiva: Black Sabbath - "Black Sabbath" (1970)



Tan tétrica como la portada del disco, la hímnica "Black Sabbath" se inscribe en la historia de la música como canción pionera del doom y el álbum del mismo nombre como la culminación del sonido y estílo heavy metal. Tras la aparición del cuarteto de Birmighan, ya nada sería igual en el mundo del rock, a tal punto que una nueva identidad: el metalero, se escindirá del resto de la tribu rockera, generando una subcultura propia, con terminologías, usos, vestimentas y visiones muy particulares, que a cuatro décadas del nacimiento de Black Sabbath continúan vigentes y en progresiva evolución.

En su tiempo, Black Sabbath fueron considerados los bichos más raros entre un montón de nuevos grupos ruidosos que tenían en común el sacar a colación las influencias eléctricas de Jimi Hendrix, Cream o Iron Butterfly (génesis de todo el rock pesado) en oposición al rock más ligero de The Beatles, The Animals, los Stones e inclúso The Who. Sin embargo, algo de visión comercial medió también en la propuesta diferente de estos dopados e irreverentes músicos que tomaron de sus contemporáneos Led Zeppelin la llave al mundo del ocultismo y de la psicodelia dura, reempazando sus expresiones simbólicas y poéticas por historias decididamente macabras, veneración no disimulada al cuernudo (aunque en un sentido aún metafórico y no ritual o demencial como el black metal), empleo de la imaginería religiosa (cruces y cruces invertidas) en tono blasfémico y una apología al libertinaje sexual y al consumo de drogas, tal como destacara el clásico "Snowblind" de 1972, una verdadera oda a la cocaína.

Lo políticamente incorrecto, lo moral y espiritualmente condenable, es toda una ciencia de la que se nutre Black Sabbath para complacencia de jóvenes inadaptados de todas las generaciones (nos incluímos al grupo sin nada de cortedad) y para legado de millones de bandas no sólo del amplio espectro metalero, también de otros estílos turbados como el hardcore, el grunge y buena parte del movimiento alternativo de los '90. Siendo sus discos altamente adictivos, tornarse fan puede retrasar en años cualquier proceso de empatía con la realidad, aún así Black Sabbath sigue siendo música para gente con sangre en las venas, por lo mismo gratifica el hecho de que sus miembros originales (con salvedad del batero Bill Ward) sigan en ruedo y prontos a lanzar una nueva entrega discográfica, condensación de cuarenta años de historia e intermitente labor individual en las lides del heavy metal, que más que un simple estilo musical, es nuestra forma de ver la vida, entender el mundo y acompañar en todo momento los tragos dulces y amargos que conlleva la existencia.

lunes, 2 de abril de 2012

RETROspectiva: The Who - "The Song Is Over" (1971)



Si de clásicos del rock se trata, The Who es sin lugar a dudas uno de los máximos imprescindibles. Derivados de la invasión británica de comienzos de los '60 junto a The Beatles y los Rolling Stones, tomaron de los primeros sus peinados y melodías coreables y de los segundos su conatural agresividad, consistente en una mayor asimilación bluesera y amplitud de los instrumentos. Su anclaje al estílo de vida MOD (medio camino entre la subcultura beatnik y la contracultura hippie), un excesivo consumo de drogas y la constante necesidad de experimentarlo todo, tanto dentro como fuera de la música, son elementos determinantes para comprender la excesiva contribución de esta banda a la evolución del preciado género y el encause hacia nuevos estílos como el art rock, el progresivo y el hard rock.

El glorioso cuarteto de Lóndres saltó a la fama en la temprana fecha de 1965, por medio del single "My Generation", perteneciente al LP (debút) del mismo nombre. La canción, una enrabiada protesta contra la crítica musical de su tiempo, tiene un ritmo y acidéz propias del punk rock, género del que años más tarde serán considerados profetas o prototipo, pero pese a conquistar un conveniente status de irreverencia y rebeldía en el temprano rock 'n' roll, ni My Generation (el álbum) ni su sucesor A Quick One de 1966 complacen la sed de innovación de unos Who liderados por la tremenda ambición creativa del guitarrista Pete Townsend, además del controvertido y enérgico baterísta Keith Moon o el gran bajista y compositor John Enwistle, seguidos varios pasos atrás por el vocalista Roger Daltrey quien hasta fines de los '60 careció de algún sello estilístico que le destacara o pusiera a la par de tan tremendos talentos y egos con los que compartió el podio.

La oportunidad de brillar llegó a Roger Daltrey en 1969 conjunto a la grabación del mítico álbum conceptual Tommy, considerado una obra maestra de la post psicodelia y la génesis del art rock. Será entre las variaciones y tempos de "We're Gonna Take It", el hard rock de "Pinball Wizard" o las cuidadas melodías de "Sensation" que el cuarteto afiance todo su potencial y tanto Daltrey como el resto de la banda, den finalmente con su distintivo sónico. Dos años más tarde lanzan Who's Next, el que es para muchos (incluyéndome) el mejor disco de la banda, un ejercicio de actitud y buen gusto que mezcla el hard rock con el progresivo y la tradicional rítmica de los Who en grandes himnos como "Baba O' Riley", "Won't Get Fooled Again" o las deleitables harmonías de "Behind Blue Eyes", "Gettin in Tune" y "The Song Is Over"* que hacen de este álbum una obra maestra de los '70, transparentada influencia en otros memorables discos de la década como el debút de Aerosmith (1973), Queen (1973) y Queen II (1974) de Queen o hasta el mismísimo The Wall (1979) de Pink Floyd.

lunes, 26 de marzo de 2012

RETROspectiva: Led Zeppelin - "The Wanton Song" (1975)


En general, se apunta a The Beatles como la banda más consagrada e influyente en la historia del rock/pop (británico y mundial) y ciertamente lo fueron, pero sólo hasta 1969, de aquella fecha en adelante ese sitial de excelencia será compartido con un conjunto mucho más abrasivo: los sectarios del nuevo blues y padres del heavy metal, Led Zeppelin.

Surgidos de las cenizas de The Yardbirds (clásico del blues blanco en el que militó Jimmy Page junto al también excelso guitarrista Jeff Beck), la formación conocida como Led Zeppelin tomó forma en los suburbios de Lóndres en 1968 y unos pocos meses más tarde dio vida a su primera placa homónima, caudal de energía y destreza instrumental que fijó nuevos horizontes para todo el rock venidero. Lo que hizo únicos a Led Zeppelin no fue una búsqueda exagerada de vanguardia estilística, sino más bien el nutrirse de los distintos sonidos de la época, bajo esquemas mucho más personalistas que incrementaron -a niveles salvajes- la potencia del blues y el rock hasta crear prototípicos riffs de heavy metal, toda vez que fueron capaces de componer también las más bellas baladadas folk, de profunidizar en la psicodelia y hasta de evolucionar hacia las complejidades propias del rock progresivo.

La pasmosa y cautivante voz de Robert Plant (devoto de Elvis, Janis Joplin, Howlin' Wolf y Willie Dixon), la técnica y ritmos inimitables del gran baterísta John Bonham (probablemente el segundo mejor baterista de la historia, tras los pasos de Keith Moon de The Who), los venerables acordes de Jimmy Page y todo el groove del gran bajista John Paul Jones suman gloria a cada uno de sus masterpieces, que más allá de lo netamente musical o de la técnica, en lo tocante a la composición están cargados de esoterismo, simbologías ocultas y una excéntrica mirada de los músicos (en especial de Jimmy Page) seducidos por temáticas como el ocultismo, la magia crowliana y el paganismo celta. Phisycal Graffiti (1975), sexto disco de estudio de la banda, representa a mi parecer una condensación de todo lo mencionado arriba, con clásicos de una belleza y matemática indescifrable como "Kashmir" y "Ten Years Gone", potentes bluesy como "Custard Pie" y la maravillosa "Houses Of The Holy", el más puro blues y bluegrass de "Boogie with Stu" y "Black Country Woman" y todo el rock pesado de "The Rover", "Sick Again" y "The Wanton Song", hit recordado por la presente RETROspectiva.

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