domingo, 26 de octubre de 2014

Falleció Jack Bruce, legendario bajista de Cream


A la edad de 71 años dejó de existir ayer quien fuera compañero de Eric Clapton y Ginger Baker en la mítica banda de blues y rock Cream.  El último gran viaje de Bruce será hacia su reencuentro con el eterno, pero casi medio siglo años atrás lo hacía sobre el expreso de la psicodelia, abriendo el portal a un nuevo caudal de sonidos e ideas, que lograrían hacer escuela en la futura generación del rock duro y heavy metal, entre destacados discipulos como Tim Bogert, Phil Lynott, Roger Glover, Geddy Lee, John Deacon y Lemmy.

En tan sólo cuatro álbumes de estudio y un imprescindible registro en vivo titulado Farewell Concert, Cream despidieron la década de los '60 como creadores del hard rock y power trio referencial, el propio Jimi Hendrix los consideró su principal influencia, versionando "Sunshine Of Your Love" siempre que tenía la ocasión, lo mismo The Beatles y The Who, que endurecieron su estílo a la sombra de la actitud de Cream.

Tras el ocaso de Cream, John Symon Asher, mejor conocido como Jack Bruce, realizó también una carrera respetable, en un cocktail de rock, jazz, blues, psicodelia y progresivo que lo mantuvieron activo hasta la actualidad. Una enfermedad del hígado -al parecer asociada a su viejo alcoholismo- fue lo que apagó su vida y acrecentó desde ayer mismo la leyenda. 

Bruce y su hija, la cantante soul Aruba Red

domingo, 12 de octubre de 2014

Richie Kotzen descargó pasión y groove en Viña


Que Richie Kotzen es de sobra uno de los mejores guitarristas actuales y de todos los tiempos, no es un misterio para nadie medianamente embebido en el mundo del rock. Su extendida trayectoria (iniciada con apenas 15 años en 1985), más de una veintena de discos en calidad de solista, su efímero pero contundente paso por grandes hitos del hair metal ochentero como son Poison y Mr. Big, así como sus numerosas colaboraciones con músicos del nivel y prestigio de Greg Howe, Guhtrie Govan, Stanley Clarke, Lenny White, Stevie Salas, Glenn Hughes y Gene Simmons, o su más reciente aventura músical paralela: The Winery Dogs junto a Mike Portnoy y Billy Sheehan, engloban una carrera artística y musical como pocas, llena de creatividad, reinvención y refinamiento rockero. 


Es en los pequeños escenarios donde Richie Kotzen -reconocido, pero distante del mainstream- se reencuentra con su público habitual, el mismo que hace 2 años tuvo oportunidad de verlo tocar en la Batuta y en el Centro Cultural Amanda y que en la semana que se nos va, asistió al Teatro Nescafé de las Artes (jueves 9) en Santiago o a la discoteque OVO del Casino Enjoy en Viña del Mar (sábado 11) para alcanzar el éxtasis sobre un mar de riffs, melodías, baladas, rock intimista (con aura de grunge, soul y blues), zarpadas funky, metálicos y estruendosos solos, buen fiato instrumental, y en líneas generales: una dadivosa muestra de virtuosismo y groove, imposíble de superar.

La de Viña fue -tal vez- una presentación que superó todas las espectativas. El escenario: el diminuto stage de la más célebre discoteque de la ciudad jardín, protagonista privilegiada de la vida nocturna y de los carretes del fin de semana, pero que en términos de rock era hasta ayer un escenario poco probado, salvo quizás para unas cuantas bandas tributo o para las orquestas de año nuevo. A nuestra llegada al casino, pisando las 20:30 hrs, poco hacía notar que en su interior se oficiaría un concierto; apenas unas cuantas chaquetas negras y unos pocos tipos con aretes o poleras con logos de bandas por aquí y allá orbitaban la entrada, las cercanías de la boletería y en la escalera principal, 30 minutos más tarde se permitío el ingreso a la disco, la que no estuvo llena hasta pasadas las 22:00 hrs, momento en que Kotzen y cia deciden tomarse el escenario.



A menos de 40 cm de los músicos, lo primero en llamar la atención es la vestimenta de Kotzen: zapatillas Converse, polera negra y una especie de pantalón corto de pijama, de apariencia más bien graciosa y probable inspiración californiana (conjunto semejante al que viste en el videoclip de "War Paint"), abren la presentación los riffs de "War Paint", punta de lanza del próximo compilatorio que llevará por nombre The Essential. Siguieron luego, maravillosos clásicos como "Love Is Blind", "Walk With Me", "Peace Sign" y "Help Me", alternados con pocas sorpresas, una de ellas "Don't What The Devil Says to Do" y una nueva cancíón -absolutamente heavy rock- titulada "Cannibals". 

Pese a que la presentación fue incendiaria desde el primer segundo, los últimos 20 minutos fueron los más emotivos, sintetizando en 4 o 5 temas toda la solidez del prower trío. Luego de un mágico, extenso y virtuosísimo jam de bajo/batería en el que tuvimos oportunidad de ver al mismísmo Kotzen  dándole a los tarros,  por unos cuantos minutos este despachó a sus acompañantes para interpretar en solitario "What Is?" en versión electroacústica, seguida a coro  por todos los presentes. Aquel, el momento más álgido de la noche vino acompañado del cierre con "Fooled Again" y "You Can't Save Me", apasionadas power ballads, casi tan clásicas en el repertorio de Kotzen como la ya poco interpretada "Remember" o el tema de gracia "Go Faster", con el cual se dió fin al concierto a las 00:01 hrs.

Volviendo al principio, se hace indudable que Richie Kotzen es uno de los mejores músicos de todos los tiempos (compositor, cantante, guitarrista y multiinstrumentista), sin embargo aquella cualidad es extensiva también a la banda soporte, consistente para esta gira en Mike Bennett (baterísta) y Dylan Wilson (bajo), probablemente una de las mejores formaciones que ha acompañado a Kotzen a lo largo de sus casi 30 años de carrera solista. Por su parte, el gran plus del guitarrista radica menos en el virtuosismo que  en todo el caudal de sentimientos que imprime a sus composiciones y a su particular estílo de rock clásico, que trae irremisiblemente a la memoria a otros tan grandes como Chris Cornell, Eddie Van Halen, Nuno Buttencourt, Jeff Beck y Allan Holdsworth SUMADOS, aunque sin perder por  ello ni una gota de originalidad ni de la chispeza que lo hacen único.

domingo, 5 de octubre de 2014

MUSE entran al estudio


Los nativos de Teignmouth, suroeste de Inglaterra, subieron esta fotografía a su cuenta de Instagram, donde se les ve felices de la vida jammeando en el estudio, en el proceso creativo hacia su ya séptima placa.

Según declaró unos días atrás el vocalista/guitarrista Matthew Bellamy, su siguiente álbum "se pondrá heavy" y estará depurado de elementos experimentales tanto electrónicos como sinfónicos/orquestales, que fueron la tónica de The 2nd Law del 2012.

Es de esperar por tanto, un regreso a los tiempos de Absolution (2003) y Black Holes and Revelations (2006) que son -en mi opinión- los dos mejores discos de la banda, un perfecto equilibrio de sus más patentes influencias: la grandilocuencia de Queen, la mística de Radiohead, la demagogia de U2, el rock de estadio y los punzantes riffs del metal de los '90.

Sigue siendo innegable,  sin embargo, que la magia de MUSE radica menos en el estudio, que en sus emblemáticos conciertos, para muestra los caminos conducen a ROMA.


El adiós de Jimi Jamison

El pasado 31 de agosto, un fallo cardíaco apagó la vida del genial Jimi Jamison, ex vocalista de Survivor: aquel combo de hard rock melódico americano que legó grandes éxitos ochenteros como "Eye of the Tiger", "Burning Heart", "I Can't Hold Back" y la hermosa "The Search Is Over", entre muchos otros.

Hace tan sólo un año la banda había realizado una peculiar gira por Estados Unidos y Europa junto a sus dos vocalistas históricos, el carismático Jamison y el intérprete original de "Eye Of The Tiger": Dave Bickler, sumada la versátil guitarra de Frankie Sullivan, único miembro permamente del grupo.

A pesar de que sus inmortales hits siguen activos en la memoria de todo mundo (desde luego, gracias las películas Rocky III y IV), muchos coinciden en que la fama fue un tanto esquiva a Survivor en comparación a otros conjuntos de la época. Por su parte Jimi Jamison tuvo también una carrera fructífera como solista, inmortalizando en los '90 el clásico "I'm Always Here", canción de pop-rock con tíntes cristianos, convertida en banda sonora de la serie "Guardianes de la Bahía", en 2011 se unió a otro grande de la música: Bobby Kimball (ex Toto) lanzando un álbum que fusiona los matices de ambas voces icónicas de la década de los '80. El talento de Jamison tampoco fue privativo de las grandes urbes y  escenarios, prueba de ello es la gira mundial del 2008 que lo tuvo girando por Sudamérica y por pequeñas ciudades como Rancagua, donde tuvimos oportunidad de verlo desplegar su gran voz y carisma en el mítico Bakana.

Las enérgicas melodías y apasionadas composiciones de Jamison, lo decretan inmortal en la escena del hard rock/AOR y es así como lo recordaremos siempre: como una voz sin par, en la misma línea de Graham Bonett y Joe Lynn Turner, un placer para los amantes del hard rock elegante y contundente.


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