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jueves, 31 de marzo de 2016

Queen: A Night In Bohemia estrenará en los cines chilenos


Son a mi juicio la banda más épica en la historia del rock, constatación de ello es que tras 24 años seguimos lamentando la pérdida de Freddie Mercury y recordando al Queen de sus mejores días.

Cierto es que los conciertos de Wembley en el '86 y Live AID son las presentaciones más simbólicas que se rememoran del Queen ochentero, aunque su paso por Argentina en el '81, Milton Keynes en el '82 y en Budapest en el '86 fueron aún más incendiaros. La magia de sus directos radica esencialmente en que son los padres del rock de estadio, una virtud que unía música, escenografía, iluminación y desde luego el carisma desbordante de Mercury, aprendiz aventajado de Liberace y Liza Minelli, quien como ninguno adoptó las virtudes del teatro y de la ópera fusionándolas con la música popular, para darle al rockero una experiencia propia de las bellas artes integradas.

Más todo lo que Queen logró desatar sobre los escenarios del mundo en los '80, fue cosecha de un semillero de conciertos como Live At The Rainbow Theatre (1974) y Live At The Hammersmith Odeon (1975), cuando la banda aún no desplegaba a la categoría de leyendas, pero poseía de sobra todos los elementos para congratularse en esa posición; el alquimista y andrógino Mercury jugaba en esos años con el contraste del blanco y el negro en las vestimentas del conjunto y en sus propios arlequines, como a su vez oscilaba la banda entre los melosos matices del art rock y la furia del temprano heavy metal: una combinación tan mágica pero a la vez distinta de la colorida propuesta de la siguiente década.

Es a esos primeros Queen que el filme y documental Queen: A Night In Bohemia pretende inmortalizar, enfocándose en la presentación de 1974 en el Hammersmith Odeon Stadium. En Chile la filmación será exhibida los días 5 y 9 de mayo en las salas de Cinemark Vespucio, Las Condes, Plaza Oeste, Tobalaba, Portal Ñuñoa, Marina Arauco, Open Rancagua, Iquique y Plaza Mirador en Concepción. Oportunidad única para viajar en el tiempo y encontrarse de frente con una página dorada en la biblia del rock.

lunes, 11 de enero de 2016

El adiós de otra leyenda


Quiso el destino que dos días después de la  celebración de su cumpleaños número 69, dejase de existir ayer el gran e inigualable David Bowie, camaleón del rock y padre del glam, quien por sí solo escribió una página importantísima en la historia de la música.

Extravagante, grandilocuente, místico y andrógino, Bowie inició su carrera en la era de la psicodelia, influenciado por músicos como Elvis Presley y su compatriota Syd Barret (Pink Floyd) desarrollando un estilo complejo que hacia avanzado los '70 podía considerarse como "art rock" o más bien una combinación de elementos progresivos, folk, pop e incluso hard rock, amalgamados bajo la ficción de Ziggy Stardust.

De cara a los '80 la música dance y el punk eran los reyes de la escena, Bowie un artista de por sí experimental combinó ambos y sentó las bases hacia nuevas fórmulas musicales clasificadas bajo cuñas como la de "post-punk", "new wave" y "rock alternativo". Tocó la gloria en el concierto Live AID (1985) y grabó clásicos junto a otros legendarios como Mick Jagger y Queen. A fines de la década se une al conjunto Tin Machine, auspiciando lo que sería el sonido del rock noventoso: denso y ecléctico, en tanto su discografía solista marcharía hacia conceptos más electrónicos, destacando álbumes como Black Tie White Noise (1993), Outside (1995) y Earthling (1997).

El pasado 8 de enero, David Bowie: infatigable músico y actor, seguido y admirado por artistas tan diversos como Bernard Summer (New Order), Patti Smith, Ian Curtis (Joy División), Marilyn Manson, Debbie Harry (Blondie), Robert Smith (The Cure), Trent Reznor (Nine Inch Nails) y el dinfunto Scott Weiland (Stone Temple Pilots), realizó el lanzamiento de su 25ava placa Black Star, última pieza de una magistral historia que no podemos dejar de venerar aquí en La Religión del Rock Pesado.


jueves, 29 de enero de 2015

ᗅᗺᗷᗅ


ᗅᗺᗷᗅ es una de las pocas bandas que gustan por igual a amantes de la música ligera y del rock. Su estílo -semejante en algún punto al de artistas como Blondie, Air Supply y Bee Gees- se convirtió en estandarte de la era disco a mediado de los '70, aunque la ignición de su carrera en 1972 estuvo influenciada por el rock progresivo, el glam, el r&b, la música folk sueca y las artistas Motown de los '60 (la también llamada "música chicle") que como The Supremes y The Ronettes fueron una significativa influencia en el pop/rock y la new wave de años ulteriores. 

La banda más popular de Suecia y la segunda (detrás de The Beatles) que más discos ha vendido en el planeta, surgió de la unión artística de dos matrimonios: el conformado por Agnetha Fältskog (05.04.1950) y Björn Ulvæus (25.04.1945) y el de la noruega Anni-Frid Synni Lyngstad (11.11.1945) con Benny Andersson (16.12.1946), de las iniciales de sus nombres proviene el acrónimo ABBA (escrito ᗅᗺᗷᗅ) aunque hay quienes piensan que este es también una referencia ocultista a uno de los nombres de la divinidad en arameo.


Al momento de formar ABBA, sus miembros -con excepción de Agnetha- bordeaban los 25 y 30 años, pero de manera individual todos habían hecho música y grabado discos desde la adolescencia, logrando popularidad en su país. No fue hasta febrero de 1972 que sus destinos se unieron por primera vez de cara al Melodifestivalen de Estocolmo, en el que Björn y Benny participaron con una composición conjunta titulada "Säg det med en sång" que pese a no ganar, fue muy popular en Suecia y les abrió una senda hacia la consolidación internacional.



Con paso firme como compositores y multiinstrumentistas, Björn y Benny suman a sus parejas como cantantes y se lanzan a la conquista del mercado con nuevos éxitos como "She's my kind of Girl" y "People Need Love" que terminan incluídos en el LP debút de ABBA: Ring Ring (1973). Música pop elegante y sofisticada, interpretada a dueto por dos bellezas nórdicas (que parecen salidas del coro celestial) se compacta en cada uno de los 12 temas del disco, cuyas referencias sónicas apuntan a artistas de primer nivel como Sinatra, Elvis, The Beach Boys, The Beatles, The Carpenters, Mamas & The Papas y la cantata melódica del norte de Europa, impregnada del espíritu y alta sensibilidad germánica.

Al año siguiente, incursionan por primera vez en la música disco con temas como "Dance (While the music still goes On)" y "Hasta Mañana" pero es el rock liviano de "Waterloo" el que se lleva los laureles y da nombre a su segundo disco, en mi opinión: el mejor de su carrera junto con Arrival (1976) y Super Trouper (1980). Al igual que ocurriera con The Beatles, a ABBA sólo le llevó diez años convertirse en la banda más emblemática de su generación, entre 1972 y 1982 tuvieron el mundo a sus pies y lograron que cada uno de sus ocho discos vendiera no menos de cuarenta millones de copias, colocando de forma simultánea varios singles a la cabeza de los charts y en el top 1 de  las radios y discoteques. El rompimiento amoroso de las dos parejas y el fin de la amistad entre sus miembros, marca también el ocaso de su música.

La gélida Suecia es célebre por su Estado de Bienestar (orden político-económico), sus autos Volvo, los teléfonos Ericsson, la industria siderúrgica y el potencial de su gente, fuente de una de las sociedades más ejemplares y cívicas de Europa y del mundo entero. No es de extrañar en tanto que cuatro jóvenes locales se convirtieran en su segundo mayor producto de exportación (detrás de Volvo) y volvieran a fijar nuestra vista en tierras de los vikingos, antaño conquistadores del mundo por medio de sus drakkars y en los '70 y '80 a través del encanto y de la magia de temas como "SOS", "Knowing Me, Knowing You", "Dancing Queen", "Thank You For The Music", "Eagle", "Voulez Vous", "Chiquitita", "The Winner Takes It All", "Lay All Your Love On Me" y "Head Over Heels", que bailados -en su tiempo- por nuestros padres, hoy son versionados por bandas de metal melódico y grupos de indie pop.

martes, 9 de diciembre de 2014

Discos Memorables: Confesiones de Invierno (1973)


Confesiones de Invierno es de esos discos que jamás te cansas de escuchar y que puedes dejar corriendo varias veces seguidas en tu reproductor, al menos eso me pasa a mí con esta obra de arte del año '73, segundo LP de una de las bandas más aclamadas por el hippismo sudamericano.

Resulta increíble que con tan sólo 22 años, Charly García mereciera ya el apelativo de "maestro" al escribir todas las canciones de este maravilloso disco y realizar los arreglos instrumentales correspondientes. Confesiones de Invierno es la voz de una generación y como tal aúna los sentimientos de desamparo y sueños rotos de la juventud argentina de la época (sentimientos también extensibles a la realidad de países vecinos como Chile y Uruguay), una cuyas aspiraciones de libertad y cambio de fines de los '60 impactaron de frente con la dictadura. 


Pese a toda la tristeza que encierran canciones como "Confesiones de Invierno", "Cuando ya empiece a quedar solo", "Rasguña las Piedras" (una referencia a la catalepsia) y "Aprendizaje" CDI no es un álbum depresivo, sino la fiel radiografía de una era y de un continente opaco que sangraba por las heridas de los más jóvenes, presos de ilusiones contenidas a punta de bayoneta. El cierre con "Tribulaciones, lamento y ocaso de un tonto rey, imaginario o no" es de hecho una inteligente analogía entre la Revolución Francesa y la realidad política del momento: el fin del régimen del general Lanusse y el retorno a una débil democracia que duraría apenas tres años. De otra naturaleza son "Un hada, un cisne", canción de amor en clave de rock progresivo y "Mr Jones..." un proto-hard rock, directo y sin florituras.

No es de extrañar que Charly ya no toque estas canciones, su genialidad abrazó el lado oscuro el día que decidió ser rockstar, demoler habitaciones de hotel y hacerse seudo punk a comienzos de los '80. Es en cambio Nito Mestre con su angelical voz y presencia quien mantiene vivas estas creaciones que son un verdadero valuarte del rock argentino y sudamericano.

Confesiones de Invierno es levemente mi álbum favorito de Sui Generis y los Sui una de las bandas que más amo. Imborrables recuerdos asociados a "Rasguña las Piedras" y "Canción para mi Muerte" (del álbum debút Vida) atesoro en la mente desde tiempos del colegio y aún hoy me es grato escucharlos en alguna fogata (común cursilería) o en una que otra versión nueva.


lunes, 8 de diciembre de 2014

21 años sin Zappa


El 4 de diciembre de 1993, Frank Zappa perdió la lucha contra un cáncer de próstata que lo afectó en sus últimos tres años de vida. Moría el hombre convertido tiempo ya en leyenda, dejando un vacío que ningún músico ni banda podrá llenar jamás. La creatividad le era algo innato, el humor, el virtuosismo y lo freak también.

Frank Zappa cumpliría este 21 de diciembre 74 años de edad. Hijo único en una familia de inmigrantes de orígen italiano, siciliano, árabe, griego y francés, demostró temprana afición por la música clásica y en casa absorbió gran parte de su cosmovisión artística. La severidad de sus padres forjó en Frank un carácter sobrio y responsable que será su plus en la música para estudiarla -si bien de forma autodidacta- rigurosamente y en toda su dimensión técnica, tras lo cual pudo formar y dirigir bandas que eran una verdadera orquesta, así mismo pese a ser uno de los grandes íconos del rock, jamás probó las drogas, rechazaba el alcohol y se burló toda su vida del perfil de rockstar difundido por la industria. 

Zappa bromeaba con el hecho de venir de una familia tradicional y aburrida, pero aquello fue también determinante para tornarse en un individuo libertario, enemigo de la religión, de los evangelistas, de la clase política, de la gran mentira mediática que era la Guerra Fría y en fin, de cada cosa que implicara un abanderamiento. Tampoco se encasilló en estílos particulares y si bien su formación era la música clásica, abrazó poderosamente el jazz, el funk, el rock instrumental y desde mediados de los setenta en adelante, adhirió también nuevos estílos como el heavy metal o el punk rock. 



Al contrario de lo que ocurría sobre los escenarios, fuera de las luces y en su círculo íntimo, Frank Zappa era tremendamente conservador, casado en segundas nupcias con Gail Sloatman, tuvo 4 hijos a quienes inculcó su pasión por la música y el arte: Moon (actríz, nacida en 1967), Dweezil (guitarrista, nacido en 1969), Ahmet (productor musical, nacido en 1974) y Diva (artista y comediante, nacida en 1979). Zappa defendía los antiguos valores americanos, la impronta de la familia y un patriotismo bien entendido. En 1985 fue un importante portavoz de la lucha contra la censura que pretendía llevar a cabo la Parents Music Resort Center frente al contenido de la música rock, testificó en el senado y ganó una importante batalla en favor de la libertad de expresión.

Sólo la muerte apagó su voz en 1993, pero como sostuve al principio del post, a estas alturas ya era una leyenda. Dado que era imposible, nadie continuó cabalmente el legado de Zappa, pero ahí están Mike Patton con Faith No More, Fantômas, Mondo Cane y Mr Bungle, replicando en algo su escencia, lo mismo bandas como Primus y Sistem Of A Down, el multiinstrumentista John Zorn y hasta los divertidísimos DEVO con su rock bizarro. En el nuevo milenio, de vez en cuando los clásicos de Zappa son revitalizados por el impecable tributo Zappa Plays Zappa, del cual es responsable su hijo Dweezil y en el que participan también como músicos invitados, antiguos compañeros de ruta de Frank: el batero Terry Bozzio, el genial Steve Vai y el trompetista Aaron Arnts. 


Veintiún años han pasado desde su muerte, pero el espíritu de Zappa sigue muy vigente. Es curiosa la fama de este ítalo-americano, cuya música no compatibilizaba con el mainstream, apenas fue difundida por las radios y no era grata a medios como MTV ni a una industria musical con la que se detestaban mutuamente, aún así generó material para un centenar de discos, tocó los más diversos estílos durante casi 30 años y se adelantó a varios de ellos, incluídos el rock progresivo (por el lado de la complejidad) y el punk (por el lado contestatario). Aquellos que desconocen su grandeza, simplemente no lo conocen y quienes le han dado un espacio en sus vidas admiten con toda cordura que Frank Zappa es inmortal!


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