2011 nos quedará también en la retina como un año privilegiado en cuanto a visitas internacionales y por las esperadas primeras presentaciones (aquí en Chile) de conjuntos históricos como Alice In Chains, Down y SOAD, así mismo por la despedida escénica de Judas Priest en septiembre, teloneados por Whitesnake y el espectacular concierto de Ozzy en marzo, junto a su nueva formación, teloneados por Sepultura.
Pero naturalmente, el año que se va no fue todo cifras alegres y pesan en la balanza las muertes de varios grandes de la música dura y del rock clásico, a quienes aprovecho de recordar y tributar en las líneas que siguen. Su legado los hará inmortales, y seguramente en 100 años seguirán sonando en el futurista estéreo de algún adolescente curioso o buen amante de la música, los discos de Woods of Ypres y Gary Moore tal como hoy en día desempolvamos y redescubrimos con asombro las grabaciones de un Son House o Robert Johnson, representantes del blues más arcaico.
Aunque comenzó su odisea por la música varios años antes, Gary Moore saltó a la fama a mediado de los años '70 junto a Thin Lizzy. Pese a que su estadía en la banda fue más bien corta, jamás cortó los lazos de amistad que le unían a Phil Lynott, generando en el inconsciente rockero, la imágen de la eterna dupla. El año '78 aviva su carrera de solista, lanzando Back On Streets y en adelante estrenaría un nuevo disco cada 1 o 2 años. La discografía de Moore, cubre la evolución del blues y del rock clásico hacia los géneros del hard rock y del metal, retornando de forma manifiesta a la veta más bluesera y revivalista desde comienzos de los '90. Más de veinte discos de estudio y presentaciones conjuntas con grandes íconos del blues (B.B. King, Albert King y Albert Collins) y del rock (George Harrison y Mick Jagger, entre otros) atestiguan su enorme trascendencia.
El ataque cardiaco que lo sorprendió de madrugada en una habitación de hotel en Málaga (España), nos quitó a muchos la posibilidad de verlo tocar alguna vez en directo. Tenía 58 años.
El 10 de marzo, Mike Starr es hallado muerto en su hogar de Salt Lake City (Utah), pocas semanas antes de cumplir los 45 años. Un triste desenlace que recuerda en demasía la muerte de Layne Staley en 2002.
Pese a que estuvo alejado de Manowar desde comienzos del año pasado, los principales exponentes de la banda: Joey DeMaio y Eric Adams, como así mismo su gran amigo, el guitarrista Ross The Boss, ungieron sentidos pésames en su memoria, a los que se sumaron múltiples dedicatorias y homenajes de artistas que conforman la gran familia del metal. Columbus partió a los 52 años, 25 de ellos los vivió en Manowar.
Anarquista, neonazi, pionero del grindcore, fundador de los emblemáticos Anal Cunt, amigo y promotor del sadismo, del ultraje sexual, de la violencia pública y doméstica... razones que lo convierten indefectiblemente en un mal recuerdo para la música y como bien escribió alguién por ahí: "muy pocos le echarán de menos", todo lo que él mismo, por cierto siempre quizo y se esforzó en lograr gran parte de su vida.
Quien siempre se rió de la muerte y de las drogas, fue encontrado muerto una mañana de sábado. La prolongada mezcla de alcohol, tranquilizantes y drogas duras se transmutaron en su pasaporte directo al inframundo, donde pasará la etenidad compartiendo las llamas del caldero con su venerado Hitler.
Buena parte de la discografía de Motörhead y algunos de los discos más emblemáticos de la banda, como No Remorse (1984), Orgasmatron (1986), 1916 (1991) y Sacrifice (1995), están provistos de su sello distintivo: las salvajes guitarras y actitud punk de un sujeto que es ancestro y prototipo del "thrasher".
El intérprete de "Cherry Pie" falleció de un coma etílico a los 47 años.
Falleció el miércoles 2 de noviembre, producto de una trombosis coronaria, apenas tenía 34 años. En respeto a su legado, los miembros supervivientes de GWAR decidieron no caracterizar a ningún reemplazante con los atuendos de Flattus Maximus.
El próximo 31 de enero, Woods of Ypres tienen previsto lanzar el álbum póstumo: Grey Skies & Electric Light, quinta placa que sellará la trayectoria de esta banda, encaminada desde hace un buen tiempo a figurar en las primeras listas del metal más dark y extremo.