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miércoles, 7 de octubre de 2020

El rock perdió a una de sus máximas leyendas


En un año en extremo complejo y extraño, la muerte de icónicos músicos como Neil Pert (Rush), Lee Kerslake (UFO), Frankie Banali (Quiet Riot) y el impar Eddie Van Halen se recibe con particular congoja. Desde hace unos 10 años el mundo del rock duro y del heavy metal ha comenzado a despedir a sus veteranos ídolos en una progresión natural que inició con las pérdidas de Ronnie James Dio y Gary Moore y continuará irrevocablemente hasta dentro de pocos años, liquidando a una generación dorada de músicos que hizo historia entre las décadas de los '70 y '80, cambiando para siempre la forma de entender e interactuar con la música, gestando además nuevos patrones culturales y contraculturales que hoy pudieran parecer un tanto rudimentarios. 

No es posible repasar el monumental legado de Eddie Van Halen en unas pocas líneas, sobra decir que el virtuoso músico y compositor norteamericano fue el arquetipo del guitarrista metalero que señaló el camino a una variopinta generación venidera que replicaron sus riffs desde los  empalagosos esquemas del hair metal al abrasivo virtuosismo del thrash, pasando por el más complejo rock instrumental y el despliegue shred de sus naturales discipulos Joe Satriani, Steve Vai e Yngwie Malmsteen. Ni siquiera el rock alternativo que pretendió sepultar el culto a los héroes de la guitarra, pudo sortear las influencias de Eddie Van Halen, y muestra de ello es que su inspiración es palpable en músicos de la vena más metálica como Jerry Cantrell (Alice In Chains), Billy Corgan (Smashing Pumpkins), Jim Martin (Faith No  More), Dave Navarro (Janes Addiction, RHCP) o Tom Morello (Rage Against The Machine, Audioslave).

Nacidos en Amsterdam, pero radicados desde temprana edad en California, hijos de padre holandés y de madre javanesa, Eddie Van Halen y su hermano Alex encarnan las virtudes del interculturalismo, fenómeno indisociable del rock 'n roll. Inspirado en guitarristas de una generación anterior como Eric Clapton, Allan Holdsworth, Tommy Bolin, Leslie West, Mark Farner y sobre todo: Jimi Hendrix, Jimmy Page y Tony Iommi, Eddie Van Halen aunó los sonidos más eléctricos del rock setentero y los combinó con la velocidad y dinamismo de su también imprescindible influencia: Dick Dale, llevando los sonidos del hard rock al siguiente nivel. De la mano del grandísmo frontman David Lee Roth y ulteriormente Sammy Hagar, Van Halen incorporó además la estética festiva del glam y la dinámica del rock de estadio al punto de convertirse en una de las bandas más aclamadas del rock, en la línea de grupos como Queen, KISS y AC/DC.

Una decena de álbumes de estudio entre 1978 y 1998, con un memorable reencuentro junto a David Lee Roth en 2012, además de connotadas contribuciones con Michael Jackson ("Beat It"), Brian May ("Star Fleet Project") y Roger Waters ("Lost Boys Calling") y la cualidad innovadora de ser una de las primeras bandas en acortar distancias entre el hard rock/metal y el synthpop (resultado del cual devino el himno de himnos: "Jump" del imprescindible álbum 1984) concretan el impecable legado del músico que ayer 6 de octubre partió en su última gira, directo hacia el Olimpo aquejado por un cáncer con el que venía conviviendo hacia décadas. Su música estará por siempre con nosotros.


















sábado, 20 de enero de 2018

El hard rock está de fiesta: Andrew W.K. ataca este año con "You're Not Alone"


Corría el año 2001 y en medio de tanta bazofia rockera -que durante años se dio vuelta sobre los mismos sonidos (nü metal, post-grunge, brit pop, punk revival...) y artistas mediocres, rodados a más no poder en las radios y MTV, cuando este aún era un canal de música- aparecieron el single y el video de "Party Hard" protagonizado por un tipo gigantón de cabello largo, barba de tres días, camiseta blanca y jeans azules, aspecto que recordaba en algo al Brian Johnson de comienzos de los '80, mezclado con la torpeza de Joey Ramone y la veleidad de un thrasher. Ese tipo era desde luego Andrew W.K., que con una banda conformada por músicos parches provenientes del mundo del metal extremo hizo algo impensado para aquellas fechas: reflotar el hard rock, en una combinación inusual con los riffs del nü metal, la velocidad del punk, los teclados del synth pop y un ramillete de influencias que libaba el sonido de grandes conjuntos como Queen, Kiss, Ramones, AC/DC, Metallica, Van Halen, Slayer y Twisted Sister, ¿resultado?: I Get Wet, uno de los mejores discos de la década.

Lamentablemente, las entregas posteriores de W.K. no estuvieron a la altura de I Get Wet y ese obús de rock 'n' roll simple, chusco y no pretencioso que contrariaba todos los clisés y aspectos comunes de la música posnoventera. The Wolf del 2003 orbitó malamente en los sonidos del primero, Close Calls With Brick Walls del 2006, se metió de lleno en el pop/rock, The Japan Covers de 2009 fue una apuesta incoherente y 55 Cadillac del mismo año, un experimento vanguardista difícil de digerir. 

Pero el Andrew W.K. que todos amamos nunca dejó de rockear al estilo de la vieja escuela, ya fuera revisitando los clásicos de I Get Wet o dando vida incluso a la música de The Ramones, en los conciertos realizados junto a Marky Ramone en el periodo 2013-2014; y este 2018 lo traerá de vuelta al rock pesado y fiestero en su quinta placa titulada You're Not Alone que reviene con toda la energía de  un "Party Hard" desde el primer single titulado "Music Is Worth Living For" que puedes bangear bajo estas líneas cortesía de La Religión del Rock Pesado.

jueves, 18 de mayo de 2017

Say Hello To Heaven : Hasta siempre Chris Cornell (1964-2017)


Hoy es un día muy triste para la historia del rock. Chris Cornell, emblemático músico de la era grunge dejó de existir por propia decisión en un desenlace que recuerda demasiado las pérdidas de Andrew Wood (1990), Kurt Cobain (1994), Layne Staley (2002) y Scott Weiland (2015), recordándonos una vez más que las aflicciones del grunge primigenio eran mucho más que una simple postura.

Cornell, músico demasiado importante en el desarrollo del rock pesado desde finales de los '80 lideró durante 13 años continuos a los emblemáticos Soundgarden, aunando en su voz los matices de Robert Plant (Led Zeppelin) y Ozzy Osbourne (Black Sabbath) y aportándolos a un enérgico combo de rock alternativo, nutrido por las influencias del temprano heavy metal, del rock psicodélico y hasta del punk rock. Pero lejos de estancarse tras el receso de Soundgarden, Cornell decidió experimentar nuevos límites como compositor, lanzando en 1999 su primer álbum solista Euphoria Morning, deslindándose provisoriamente del rock duro y estableciendo en paralelo una carrera sólida.

A comienzos de los años 2000, nada hacía prever el regreso de Cornell a los grandes escenarios, pero en 2001 decide unirse a los ex-Rage Against The Machine Tom Morello, Brad Wilk y Tim Commerford, dando vida a una segunda superbanda: Audioslave, con quienes remerge a comienzos de esta década el sonido pesado que le acompañó en sus inicios. Tres álbumes de estudio entre el 2002 y el 2006 y un memorable y políticamente simbólico concierto realizado en Cuba, otorgaron la inmortalidad a Audioslave, quienes se disolvieron en 2008 y volvieron a reunirse en enero de este año en protesta contra la candidatura del anti-demócrata Donald Trump.

Con Soundgarden, la banda que le dio fama y renombre, Cornell volvería a reunirse en 2010, sellando el reencuentro con un opulento LP, titulado King Animal (2012) y es justamente en el liderato de Soundgarden que Cornell decidió poner fin abruptamente a sus días y a su música, dejando una sensación de vacío y nostalgia inconsolables en sus millones de seguidores repartidos por el mundo.

Desde mi temprana adolescencia, junto con Alice In Chains y Nirvana, Soundgarden forman mi tripleta favorita del grunge, música que considero un subgénero más del metal. Sin embargo ahí donde el metal fue perdiendo sentido (toda una suma de clisés como oscurantismo, darwinismo, misoginia, pseudo-satanismo, etcétera) el grunge con su filosofía libertaria de izquierdas, su humanismo y su retrospectiva a las influencias contestatarias del punk/hardcore así como del rock clásico de la década de los '60 y '70 federaba mucho más credibilidad, aunque víctimas de tan crudo existencialismo, devienen sus muchos íconos hoy muertos.

Al gran Chris Cornell lo queremos tributar hoy en La Religión del Rock Pesado a partir de un clásico del álbum único de Temple Of The Dog, titulado "Say Hello To Heaven", dedicado en su momento a la figura de Andrew Wood (Mother Love Bone) y que desde hoy cobra un nuevo sentido.

Hasta siempre y muchas gracias por tu música y humildad en la grandeza, ídolo, amigo Chris Cornell. 

sábado, 4 de marzo de 2017

Brian May y Kerry Ellis lanzarán la secuela de Anthems


La feliz unión entre la bella cantante lírica y el más grande guitarrista del rock británico se forjó en la obertura del presente milenio para el musical "We Will Rock You", desde entonces no han cesado de trabajar juntos, concretando a la fecha varias presentaciones por el mundo y dos espléndidos LPs: Anthems del 2010 (primer álbum de estudio) y Acoustic by Candlelight del 2014.

En los próximos días la dupla Ellis-May nos deleitará con Golden Days, una nueva placa de estudio que en la ocasión incluirá menos versiones de clásicos teatrales, ninguna versión de Queen, pero sí composiciones propias escritas conjuntamente por el guitarrista y la cantante, como así mismo un tributo a Gary Moore y Phil Lynott (quienes compartieron gira con Queen en el '77) en el cover de "Parisienne Walkaways".


Como amante de Queen, de la buena música y del metal puedo apostar que Golden Days será uno de los mejores discos de este año, conjunción de elementos sinfónicos, rockeros y acústicos en una dósis potente, bien estudiada y elegante aunque menos ecléctica quizás que las elaboradísimas creaciones del Queen clásico.

domingo, 20 de noviembre de 2016

Black Sabbath: Un Final con sabor a Eternidad (Estadio Nacional 19/11/16)


Tal como atestigua este blog desde hace casi diez años, el rock pesado es mucho más que un simple género musical. Para nosotros -los sempiternos metaleros- es la matriz cinética de nuestra cultura, sus riffs son los mantras de nuestra liturgia y grupos como Black Sabbath las instituciones referenciales de un sonido que trascendió las décadas, eludió las modas y que sólo será abatido por la vejez o la muerte de sus artífices.

Tras el epígrafe "The End", la banda pionera del heavy metal fue despedida en Chile por 60.000 asistentes en un Estadio Nacional invadido de una nube de poleras negras que entre bengalas, humo de ganja, headbanging y otras manifestaciones de sectarismo metalero peregrinó desde todos los rincones del país para loar por última vez a los apóstoles de una religión global que compite en lealtades con cualquiera de los dogmatismos tradicionales.


Precursores de la movida stoner chilena, el trío Yajaira precalentó a la audiencia a eso de las 18:00 hrs con una buena dósis de rock sabbátesco declamando clásicos de su repertorio como "Dámelo", "Abre el Camino" e "Indecisión". Sin duda, una buena apuesta para enaltecer al metal nacional y emulsionar a pocas horas de la presentación de Black Sabbath la batería de música envasada que -cosa típica de los conciertos de rock pesado en Chile- estuvo animada por canciones del AC/DC setentero.

En lo personal, me hubiera gustado ver sobre ese mismo escenario a Weichafe, opinión compartida por varios de los presentes, cuyo respeto y admiración por el conjunto nuñoíno se plasmó en al menos una decena de camisetas con el logo de la banda que se desplazaron por el perímetro de mi tribuna, en el sector Pacífico Golden.


Tras una presentación digna y potente, bien recibida además por el público, Yajaira asfaltó el escenario para los verdaderos teloneros de la noche: el grupo (revival) de hard rock zeppeliano Rival Sons.

Originarios del sudeste de California, la banda conformada por Jay Buchanan (vocalista), Scott Holiday (guitarra y coros), Dave Beste (bajo y coros), Mike Miley (batería) y Todd Ögren-Brooks (teclados) demostró sobradamente porqué es uno de los grupos más ovacionados del rock actual, al punto de ser considerados número de apertura en la gira final de Sabbath.


Si previo a esta presentación no era un gran seguidor de Rival Sons, admito que desde hoy comenzaré a decantarme por su discografía.

Paradójicamente, parece ser que el futuro del hard rock no está en reinventarlo, sino en revisitarlo. Testimonio de ello es el renombre alcanzado por grupos como Wolfmother, The Answer, The Winery Dogs y los propios Rival Sons, cuyos fundamentos musicales radican en el proto-metal de los '70 y en el caudal de emociones del rock clásico que no hace distinción entre mosh o baladas.


A punta de riffs gruesos y tempos de blues que recuerdan -por partes iguales- a Led Zeppelin y The White Stripes, Rival Sons engancharon fuerte con la audiencia que a eso de las 19:30 comenzaba a llenar la cancha del Nacional.

"Electric Man", "Torture", "Get What's Coming" o la más reciente "Keep On Swinging" fueron las puntas de lanza de un setlist que no se extendería por más de una hora.


La buena música siempre se agradece y Rival Sons, pese a no ser (directamente) un grupo de la línea de Black Sabbath ni tampoco demasiado conocidos por buena parte de los asistentes, se retiraron floreados del escenario a las 20:30 hrs.

Pero la jornada sería larga y objeto de todas las ansiedades el heavy metal de los originarios de Birmigham se daría nuevamente cita con su incondicional público nacional (tres a cuatro generaciones), que aún conserva en la retina y plasmada en el corazón la espléndida presentación de Heaven & Hell del 8 de mayo del 2009 en el Movistar Arena.


La acometida de Ozzy en el escenario a la hora acordada, un arsenal de luces y efectos psicodélicos en las pantallas y la campanada de riffs himnópticos del himno "Black Sabbath" sucitaron el trance hacia el año 1970, dando inicio a una retrospectiva posada sobre la primera década del conjunto.

A la siga de "Black Sabbath" continuaron "Fairies Wear Boots" (álbum Paranoid, 1970), "After Forever" (Master Of Reality, 1971) e "Into The Void" (MOR, 1971) con la modorra propia del doom metal, capaz de mesmerizar tu mente como el más agudo LSD.


Anunciando sin tapujos que el siguiente tema trataba sobre la cocaína, arremeten los riffs de "Snowblind" (Vol. 4, 1972), uno de los primeros hitos de polémica en torno a la música de Sabbath. Luego vendrían "War Pigs" (Paranoid, 1970) y el que es mi tema favorito de la banda "Behind The Wall Of Sleep" (Black Sabbath, 1970) concluído por un espléndido y demoniaco solo del maestro de maestros Tony Iommi.

Con una lucida sesión de bajo, Geezer Buttler da pie a "N.I.B." (Black Sabbath, 1970) clásico que acopla toques de psicodelia, doom y funk en un registro coreado a partir de sus "Oh yeah...". La instrumental "Rat Salad" (Paranoid, 1970) fue subterfugio perfecto para que el batero Tommy Cufletos rematara en un pasmoso solo, demostrando de que fibra está hecho.


Cufletos, a quien tuvimos oportunidad de ver por primera vez en marzo del 2011 en el Movistar Arena, como novel miembro en la renovada banda de Ozzy Osbourne, es hoy toda una eminencia tras los tarros y su estilo lejos de declinar frente al legado de Bill Ward, aporta gran vitalidad al sonido Sabbath.

No menos puede decirse de la contribución del gran Adam Wakeman en los teclados. Hijo del ilustre Rick Wakeman (miembro de los progresivos Yes), el virtusoso "Wako" genera desde su sintetizador Korg Triton las atmósferas siniestras que escoltan la voz de Ozzy.


El último tercio del concierto fue pautado por los clásicos "Hand Of Doom" (Paranoid, 1970), "Iron Man" (Paranoid, 1970), "Dirty Women" (Technical Ectasy, 1976) y "Children Of The Grave" (Master Of Reality, 1971), inyectando algunas cuotas más de dinamismo a una presentación en general letárgica.

Tras la clausura temporal, la vital "Paranoid" (1970) despidió una presentación memorable en su género que lejos de ser recordada como el cierre de un ciclo o el final de la historia de una gran banda ante su fieles sudamericanos, quedará plasmada como una captura de eternidad "...just a picture, an image caught in time..." habría sentenciado el inmortal Ronnie James Dio.


Pese a que no inventaron la rueda, Black Sabbath son el mayor pilar en la historia del heavy metal, su sonido e influencia es reconocible en lo más variados géneros y grupos (familiarizados o no directamente con el metal), siendo esencial -por ejemplo- en los primeros álbumes de Queen y Rush, en el punk flemático y pesado de Black Flag, Wipers, Flipper o D.R.I., en la música alternativa de Killing Joke o en el grunge de Nirvana, Melvins, Soundgarden, Alice In Chains y un largo etcétera.

Una banda que ha dado tanto por el rock sin habérselo jamás propuesto y cuyos principales frontman (Ozzy y Dio) pese a sus diferencias de carácter y distintas capacidades musicales, mantuvieron siempre una posición de humildad y lealtad ante el espíritu de clase obrera que encarna el metal, será por siempre señalada como ícono de una subcultura que trasciende lo propiamente musical.


La Religión del Rock Pesado no podía hacerse menos presente en esta despedida que sin pretender sonar cursis no es vista por nosotros como "el final" sino como un hasta siempre. 

Black Sabbath are the Eternal Idols.

"BLACK SABBATH"

martes, 12 de julio de 2016

Bootlegs: Dio - Holy Evil (Live in Fresno 1983)


El pasado 10 de julio se cumplieron 74 años del nacimiento de nuestro venerado Ronnie James Dio y La Religión del Rock Pesado quiere celebrar su memoria ofrendando este sabroso bootleg de un concierto de 1983, repaso de sus primeras composiciones con la signatura Dio junto con algunos clásicos que le consagraron de la mano de Rainbow y Black Sabbath.

Disfrútalo, compártelo

sábado, 2 de julio de 2016

"Night On Bald Mountain", sensacional videclip del nuevo álbum de Wolf Hoffmann


El alemán Wolf Hoffmann, miembro fundador de ACCEPT, es con toda seguridad uno de los mejores guitarristas del mundo. Su destreza con los modelos Flying V de Gibson y King V de Jackson sólo es comparable a las virtudes renacentistas de un Randy Rhoads (patrón con el que deben medirse los shreders) y están muy por sobre la media del común de guitarristas old school del heavy metal.

En 40 años de trayectoria junto a ACCEPT, Hoffmann sólo se aventuró una vez en solitario con un álbum instrumental titulado Classical (1997) y este año lo hace con Headbangers Symphony, otro disco instrumental que explora en la veta neo-clásica de un Yngwie Malmsteen más que en el espíritu guitar hero de un Joe Satriani o Steve Vai. 

Guitarras, bajo, teclados, violines y cellos, Headbangers Symphony condensa en 50 minutos toda la emotividad y perfección de la maquinaria alemana: música de cámara y rock pesado, una vez más de la mano.

He aquí la primera gran muestra:

lunes, 20 de junio de 2016

Thin Lizzy: Así fue la celebración de los 40 años de Jailbreak en el Monsters Of Rock de Alemania


Monsters Of Rock: el más clásico de los festivales metaleros, tuvo una edición de oro de este año en Europa, pues a su ya habitual potente cartelera se agregó el resurgimiento de dos míticos conjuntos de los años '70: Rainbow y Thin Lizzy.

A treinta años de la muerte de Phil Lynott y 40 desde el lanzamiento del álbum Jailbreak (que les abrió las puertas en EE.UU.), una nueva versión de la banda -que incluye al batero Scott Travis (Judas Priest) y al bajista Tom Hamilton (Aerosmith)- revive gloriosas composiciones que hablan de fugas de la cárcel, desamor, peleas de bar, amistades peligrosas, lucha diaria, juventud y libertad, todos los tópicos que hacen de esta una de nuestras bandas favoritas.

viernes, 17 de junio de 2016

Heart + James Hetfield


Por estos días, las imprescindibles hermanas Wilson se aprestan a lanzar su décima sexta placa de estudio titulada Beautiful Broken: compendio de viejas composiciones y material inédito. 

Single promocional del nuevo álbum es la canción del mismo nombre -que apareció en la versión deluxe de su anterior disco: Fanatic (2012)- sumando una pequeña pero significativa contribución de James Hetfield quien por estos días prepara también el lanzamiento de un nuevo álbum de Metallica.

Beautiful Broken es una concisa y poderosa canción de hard rock con la que puedes deleitarte bajo estas líneas.

martes, 14 de junio de 2016

Megadeth y Nikki Sixx tributaron a los Sex Pistols en Inglaterra


"Anarchy In The U.K." es un clásico de los Sex Pistols que Megadeth ha venido versionando durante muchos años y que en algún momento el pelirrojo Dave Mustaine prometió no volver a tocar en avenencia con su conversión al cristianismo, sólo por aquella línea que sostiene: "I'm an Antichrist".

Tan curioso como el hecho de que la vuelvan a tocar en vivo, es que lo hayan hecho sumando como músico invitado a Nikki Sixx, el mítico bajista de Mötley Crüe que en la ocasión (el Download Festival 2016) se presentó junto a su banda SIXX: A.M. Curioso porque hace menos de un año Sixx tildó de puto idiota a Mustaine en su cuenta de Twitter como réplica a un comentario del guitarrista que insinuó un potencial montaje de parte del gobierno de Barack Obama en la balacera de Colorado Springs.

Los rockeros a lo suyo...

sábado, 28 de mayo de 2016

El hard rock azotó Santiago: grandes presentaciones de S.O.T.O. y The Winery Dogs en el Teatro Cariola


A casi un año de la añorada presentación de los bostonianos Extreme sobre el mismo proscenio, el concierto de ayer en el Teatro Cariola fue una muestra más que extraordinaria de la buena salud y porvenir que esbozan el hard rock y el metal clásico en nuestro país.

Recinto lleno, galería completa y tres de cuatro palcos habilitados. A las 7:30 ingresamos al viejo local de San Diego para abrirnos espacio cerca del escenario, nos encontramos de lleno con un mar de camisetas de The Winery Dogs con las que apenas contrastaban aislados logos de Dream Theater, Metallica, AC/DC, Iron Maiden, KISS, Rush, Motörhead, Black Sabbath o mi polera de Queen. Camino señalado para la superbanda de Richie Kotzen, plato fuerte de la noche.

Pero el entremés, de más está decirlo, no eran simples teloneros y en mi caso -que esperé durante años ver en vivo a su vocalista, a quien considero uno de los míticos en la historia del hard rock/metal- fueron de hecho la primera opción: S.O.T.O. irrumpieron en el escenario cerca de las 20:30 con un setlist que incluye canciones de sus dos discos, sumando varias sorpresas gratificantes.


Refundados como proyecto independiente en el 2014, S.O.T.O. son la culminación de la marca, del estilo y de la enorme trayectoria del cantante Jeff Scott Soto, quien como señalé anteriormente es uno de los grandes íconos del hard rock y del metal clásico. Un rockero infatigable y apasionado por su música, como pocos van quedando en la actualidad.

Saltó a la fama de la mano de Yngwie Malmsteen a mediado de los '80, repitió la fórmula con el guitarrista alemán Axel Rudi Pell en los '90 e hizo una próspera carrera propia, liderando los conjuntos Talisman, Eyes, Takara, Human Clay, Humaninal, Soul SirkUS y W.E.T., junto a músicos consagrados. Voló además tan alto como sus sueños al ser vocalista de Journey en el 2006, posterior a la retirada de Steve Augeri y tributar a Queen con colores propios en el 2003 y el 2012 junto al proyecto Queen Extravaganza, convidado por Brian May y Roger Taylor.


Quienes tengan algo más de edad y sólo un poco de buena memoria, evocarán algunas canciones que marcaron historia en la voz de Jeff Scott Soto, inolvidables para mi generación: "Biker Mice From Mars" (1993), canción de la serie animada Motoratones de Marte o la más popular: "Stand Up", punta de lanza del filme Rockstar del año 2001, protagonizado por Mark Wahlberg. 

Una cita pendiente, sin duda, es la que nos reunió al fin el pasado viernes con Scott Soto y su banda de contertulios, la que incluye por lo demás al superlativo shredder español Jorge Salán que electrificó la atmósfera con sus formidables solos. Los brasileños Edu Cominato (batería) y BJ (guitarra rítimica) son otros dos soldados que tocan con Soto desde hace años, completando el combo el raudo bajista David Z, músico de soporte -años atrás- de la banda de Joan Jett.


A diferencia de los anteriores discos solistas del cantante (medio camino entre el hard rock melódico, el AOR y el hair metal), S.O.T.O. son decididamente una banda metalera, lo cual denotan desde el comienzo con "Freak Show", "Wrath", "Weight Of The World", "The Fall" y "Cyber Masquerade", ramillete de canciones ad hoc para calentar el mosh pit.

Tibios al principio, el público de The Winery Dogs comenzó a contagiarse con el groove de S.O.T.O. al cabo del tercer o cuarto tema y hasta coreó al cantante en baladas como "When I'm Older" y sobretodo en la clásica "I'll Be Waiting" (de su época con Talisman), temazo con el que sellaron el último tercio del concierto, radiografía al legado musical de Jeff Scott Soto.


"I'm The Viking" e "I'll See The Light Tonight" de la era Rising Force con Yngwie Malmsteen, imprimieron un timbre épico a la noche, seguido de un jugueteo entre los músicos, aprovechado por Scott Soto para presentar a la banda y culminar con un gracioso "...and I am George Michael" que sacó varias carcajadas y unas lineas de "Wake Me Up..." en el bajo de David Z, quien también interpretó la intro de "Beat It" con moonwalk incluído.

Edu Cominato hizo lo propio con el "Were Gonna Take It" de Twisted Sister desde los tarros y el guitarrista BJ se la jugó con un fragmento a capella del "Don't Stop Believin' " de Jorney. El infaltable "We Will Rock You" de Queen y el himno metálico de Steel Dragon: "Stand Up", voceado por toda la audiencia, cerraron la velada y Scott Soto (que ha entrado de lleno en sus 50) no se fue sin antes regalarnos dos hermosos falsetes. A esta alturas del concierto muchos ya nos dábamos por pagados.


Pocos minutos después de la bajada de telón de S.O.T.O., a eso de las 22:20, aparecieron sobre el escenario The Winery Dogs rockeando a tope con "Oblivion", el primer corte de su segundo álbum Hot Streak del 2015. La reacción fue inmediata, la manada (cauta hasta la presentación de S.O.T.O.) comenzó a presionar hacia delante en un típico ritual de empujones y saltos.

Un contexto totalmente distinto al vivido en la última presentación de Richie Kotzen en 2014 (en Viña) junto a su conjunto solista: en el ambiente íntimo y placentero de la discoteque OVO, con un repertorio cargado además al sonido del blues, del soul y a las grandes baladas del guitarrista.


Pero esto no se trataba únicamente de Richie Kotzen (otro de mis músicos predilectos), sino de The Winery Dogs, uno de los revivals de hard rock (setentero) más importantes de la última década. La máxima era rockear y así lo hicieron "Captain Love", "We Are One", "How Long", "Hot Streak", "War Machine" y "Empire" fueron la oferta de entrada que animó al mar humano en el sector cancha.

Los primeros acordes de "Think It Over", con Kotzen pasando de la guitarra al piano calmaron un poco la virulencia, seguido de un solo de Mike Portnoy a quien le quedó chica la batería y comenzó a baquetar en los parlantes, en el equipo de grabación y en todo lo que se pilló por delante. Billy Sheehan no se quedó atrás, desplegando un fenomenal solo de bajo a continuación de la muy esperada "The Other Side".

En resúmen, The Winery Dogs son mucho más que una buena banda de rock, son una experiencia que compacta emoción, sonido y mucha técnica en un menú exquisito que fusiona el blues-rock con el hard rock, aderezo de matices funk y un aura de prog setentero. Si a esto agregamos el más puro groove de Jeff Scott Soto y su banda, se tiene por resultado uno de los mejores conciertos en lo que va del año.

jueves, 5 de mayo de 2016

Scorpions suman a Mikkey Dee en su formación


La muerte de Lemmy el pasado 28 de diciembre, estableció el final de Motörhead. Phil Campbell (guitarrista) y Mikkey Dee (batero) debieron ceñirse a un presionado receso, que en el caso de Dee finaliza con su incorporación a la maquinaria alemana en reemplazo de James Kottak, quien en estos días ha sido internado en una clínica de rehabilitación para tratar su lacerante alcoholismo.

Scorpions + Mikkey Dee completarán gira por Estados Unidos y Europa en los meses de mayo a julio, siendo ya anunciado el regreso a Sudamérica en el mes de septiembre, en honor al 50avo aniversario de su carrera musical en el mundo del rock duro y metal.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Artsakh, una sentida composición de Serj Tankian


Siempre aferrado a sus raíces armenias, el líder de System Of A Down ha hecho múltiples guiños y acercamientos a la causa de su pueblo, sea en países como Líbano, Turquía o la ex Unión Soviética.

En esta oportunidad, se trata de un nuevo tema titulado "Artsakh" en honor a un territorio histórico del desaparecido Reino de Armenia, que en la actualidad pertenece y es disputado por el país de Azerbaiyán.

La canción, cantada íntegramente en armenio inicia con el siguiente mensaje redactado por Tankian: Aquella gente ha vivido allá por siglos (...) La apropiación indebida de esta tierra por el imperio de Stalin los colocó bajo Azerbaiyán, desde entonces han ganado su independencia y vivido de manera próspera en los últimos veinte años (...) No creo en las guerras ni en las fronteras, sí en la autodeterminación y en la vida sin opresión.

lunes, 2 de mayo de 2016

Estrenan estatua de Bon Scott en su ciudad natal


A 36 años de su partida, Kirriemuir, ciudad escocesa en la que nació Bon Scott ha decidido rememorar al más ilustre de sus músicos, con una estatua semejante a la que desde hace algunos años da la bienvenida a rockeros de todo el mundo en el puerto de Fremantle en Australia.

Brian Johnson merece similares reconocimientos, ahora que su historia con AC/DC también se encuentra finiquitada.

viernes, 22 de abril de 2016

Veteranos del metal se suman al legado de Thin Lizzy


Phil Lynott: bajista, compositor y el alma de Thin Lizzy falleció el 4 de enero de 1986, a causa de complicaciones generadas por su adicción a la heroína y otras drogas duras. Fue uno de los músicos más influyentes en la historia del rock y su inspiración transversal a grupos tan diferentes como Iron Maiden, Def Leppard, Metallica, Bon Jovi, Black Flag, U2 y Smashing Pumpkins por sólo mencionar unos cuantos.

Tristemente, en sus 15 años de trayectoria (1969-1984) Thin Lizzy no lograron consagrar comercialmente su carrera como merecían. Fueron eso sí el primer gran grupo reconocido de Irlanda, antes de que la gente comenzara a darle crédito al imbécil de Bono (U2), quien como poeta, como compositor y como humanista no llega ni a los talones a la figura de Lynott. 

Pero el tiempo sana todas las ingratitudes y es así como en los últimos diez años, el rock le ha hecho justicia a Thin Lizzy, volviendo a rememorar sus clásicos en las radios y por medio de los grupos tributo y revivals como Slough Feg o los propios Black Star Riders, banda que emergió del recuerdo de Thin Lizzy en el 2o12 y entre cuyos componentes destaca el gran guitarrista Scott Gorham: único miembro de Thin Lizzy en aquel combo.

Este año Black Star Riders (que en vivo nunca han dejado de tocar los himnos de Phil Lynott) vuelven a trajearse con el logo de Thin Lizzy para lo que será una extensa gira por Europa y Norteamérica. Se suman al tributo dos tremendos músicos: el bajista de Aerosmith, Tom Hamilton y el batero de Judas Priest, Scott Travis. 

Los chicos están de vuelta, en la ciudad del rock 'n roll.

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