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lunes, 11 de enero de 2016

El adiós de otra leyenda


Quiso el destino que dos días después de la  celebración de su cumpleaños número 69, dejase de existir ayer el gran e inigualable David Bowie, camaleón del rock y padre del glam, quien por sí solo escribió una página importantísima en la historia de la música.

Extravagante, grandilocuente, místico y andrógino, Bowie inició su carrera en la era de la psicodelia, influenciado por músicos como Elvis Presley y su compatriota Syd Barret (Pink Floyd) desarrollando un estilo complejo que hacia avanzado los '70 podía considerarse como "art rock" o más bien una combinación de elementos progresivos, folk, pop e incluso hard rock, amalgamados bajo la ficción de Ziggy Stardust.

De cara a los '80 la música dance y el punk eran los reyes de la escena, Bowie un artista de por sí experimental combinó ambos y sentó las bases hacia nuevas fórmulas musicales clasificadas bajo cuñas como la de "post-punk", "new wave" y "rock alternativo". Tocó la gloria en el concierto Live AID (1985) y grabó clásicos junto a otros legendarios como Mick Jagger y Queen. A fines de la década se une al conjunto Tin Machine, auspiciando lo que sería el sonido del rock noventoso: denso y ecléctico, en tanto su discografía solista marcharía hacia conceptos más electrónicos, destacando álbumes como Black Tie White Noise (1993), Outside (1995) y Earthling (1997).

El pasado 8 de enero, David Bowie: infatigable músico y actor, seguido y admirado por artistas tan diversos como Bernard Summer (New Order), Patti Smith, Ian Curtis (Joy División), Marilyn Manson, Debbie Harry (Blondie), Robert Smith (The Cure), Trent Reznor (Nine Inch Nails) y el dinfunto Scott Weiland (Stone Temple Pilots), realizó el lanzamiento de su 25ava placa Black Star, última pieza de una magistral historia que no podemos dejar de venerar aquí en La Religión del Rock Pesado.


jueves, 1 de octubre de 2015

Y el show sí debía continuar... El increíble concierto de Queen y Adam Lambert en Chile


Queen es mucho más que mi banda favorita, es la banda sonora de mi vida; música que me acompaña todo el tiempo, desde mi vieja colección en discos compactos, al popurrí de pistas en mp3 que escucho a diario y a todo volume en la radio de mi auto, a través de la nube digital, en el celular, etcétera. Simplemente no imagino mi vida sin las muchas alegrías y las grandes cuotas de energía que me aportan sus clásicos, de una diversidad musical maravillosa que inició en los lejanos años '70 fusionando el art rock con el heavy metal, para luego evolucionar hacia estílos más mainstream, conservando siempre sus potentes melodías, la escencia de rock duro y una elegancia propia de los grandes conjuntos británicos. 

Tras la muerte de Mercury, no cualquiera puede calzar sus zapatos, y bien lo sabe de sobra Paul Rodgers, que acompañó el retorno de la banda entre 2005 y 2009, sin lograr la aceptación de los fans eternos, quienes como yo tampoco vieron con buenos ojos la incorporación de Lambert en 2012; un "wekereke" cualquiera, salido de un programa de talentos (Operación Triunfo) y que además es un artista pop. Pues bien, afortunadamente Brian y Roger supieron mirar mucho más alto que sus fans y esta vez no se equivocaron: Adam Lambert nos cerró la boca a muchos y el concierto de ayer -cierre de gira- vino a confirmar su desbordante potencial y carisma, muy cercano al de Freddie Mercury. Pese a que su voz no es gran cosa, su empoderamiento sobre el escenario, su capacidad de amoldarse a los diversos matices de la parrilla queenera y su actitud de divo andrógino, lo hacen un digno merecedor de su posición actual, al frente de la banda más trascendente en la historia del rock.


A nuestra llegada al Estadio Nacional, guardamos fila durante tres horas en las medianías del famoso "pilucho" entre miles de queeneros que como nosotros lucían orgullosos sus poleras con rostros de Freddie, logotipos zodiacales de la banda, referencias a presentaciones como la de Wembley '86 o las muchas portadas de los álbumes; gente de todos los estratos sociales, amantes de todos los estílos,  familias completas, adultos mayores, padres cuarentones y sus hijos veinteañeros, menores de edad, rockeros jóvenes y pelucones, otros ya viejos y calvos, sinfín de metaleros y hasta un imitador de Freddie pasaron por mi retina, agregando color a la espera.

Pasadas las 19:00 hrs se concretó el ingreso al estadio, y a esa altura ya era previsible que no menos de 20 mil almas se reunirían esa noche en torno del escenario y sus minúsculas pantallas (nimias para un recinto de tal envergadura). Pese a nuestra posición "privilegiada", en el sector VIP de cancha, la gran afluencia de fans al concierto, nos limitó en distancia a unos 14 metros del escenario, algo desalentador, pero no lo suficiente para arruinar una grata experiencia.

"Love Of My Life", fue el primer guiño de la noche a Freddie Mercury. Como en los grandes conciertos de antaño, el tema fue intepretado a dúo entre Brian y (el recuerdo de) Freddie


A las 20:00, un fabuloso telón azul con el logotipo de la era Queen II o de A Day At Races cubrió el escenario, ahogando las pistas de The Beatles, Led Zeppelin y AC/DC que se alternaron durante varios minutos, para dar luego paso al treceavo track del álbum Made In Heaven, un buen preámbulo al concierto que comenzó pasadas las 21:00 horas de la mano de "One Vision", cuyos riffs iniciales echaron abajo el telón, poniendo al decubierto a un Adam Lambert enfundado en cuero negro (al más puro estílo gay leather), a un veterano Roger Taylor luciendo gafas oscuras y una tupida barba centrada en el mentón a lo ZZ Top y al Brian May de siempre, con su prodigia cabellera dignamente encanecida.

A la cola de "One Vision", vinieron  "Another One Bites The Dust", "Fat Bottomed Girls", "Seven Seas Of Rhye", "Killer Queen" y "Crazy Little Thing Called Love", intepretados magistralmente por Lambert, quien se empoderó por completo del escenario luego de interpretar "Killer Queen" dando rienda suelta a su androginismo en un cómico sketch, recostado y abanicánsose sobre un sofá lila a la manera de Maria Antonieta o Cleopatra. Si en los años '70 y '80, las insinuaciones sexuales de Freddie Mercury apenas bordeaban el umbral de lo hilarante, lo de Adam Lambert es sin duda mucho más grotesco y chocante, transgresión invertida, pero no del todo ajena al rock 'n' roll.

"A Kind Of Magic"

Bombástico y grandilocuente, Adam Lambert no se apoca ante la magnitud de los gigantes que tiene a su lado, y a diferencia de su anterior presentación con Paul Rodgers en 2008, Brian y Roger delegan mucho más vocal y coralmente en el estrafalario cantante, quien en un momento se dirigió al público para consultar: are you in love now?, comentando que él estaba en búsqueda del amor y que tal vez alguien del público podría consolarlo, era desde luego el prólogo introductorio a otro himno: "Somebody To Love", seguido por la primera intervención de Brian con "Love Of My Life" (cantada a dúo con el fantasma de Freddie) y su clásico '39, introducido por un comentario sobre astrólogos y observatorios chilenos y finalizado con el soporte acústico de todos los músicos del combo sobre la tarima media, incluyendo al mítico Spike Edney en los teclados.

Algo se debe comentar también sobre las otras dos nuevas incorporaciones de Queen: el bajista Neil Fairclough (quién reemplazó a Danny Miranda) y el suplementario baterista Rufus Taylor, vástago del buen Roger y muy parecido físicamente a su progenitor, en sus inicios con Queen. El primero -dueño de un look muy jazzístico- demostró su cuantía en un solo de bajo que hizo ciertos guiños a la canción "Body Language" y repitió la interacción bajo-baquetas que en 2008 Roger Taylor realizó junto a Danny Miranda en el San Carlos de Apoquindo. Por su parte Rufus, si bien limita su actuar a un segundo plano como acompañamiento en percusión, tuvo un momento destacado a mitad del concierto durante "A Kind Of Magic" -cantada por Roger- y en el duelo de baterías con su viejo, dándole duro a los tarros y recordando la energía y el aspecto no sólo de Roger en los inicios de Queen, sino también al mismísimo Taylor Hawkins de Foo Fighters.

Rufus Taylor en duelo de baterías con su progenitor


Tras los segmentos instrumentales de bajo y baterías, se reincorporan Brian May y Adam Lambert para retocar los clásicos "Under Pressure" y "I Want To Break Free", seguido  de una nueva composición de Lambert titulada "Ghost Town" a la que Brian May añadió los metálicos riffs de su Red Special, dando la impresión de tratarse de otro tema de Queen. Terminada la interpretación, se atenúan las luces y  se enfocan los reflectores sobre Adam Lambert, posicionado ya sobre la tarima media para interpretar una de las canciones más emotivas de la noche: "Who Wants To Live Forever?".

Continuó el turno de Brian y su sesión solista que combina fragmentos de "Brighton Rock", "Bijou" y "Last Horizon" para desembocar finalmente en un estruendoso "Tie Your Mother Down", el tipo de canciones en las que Lambert se nota un poco más cojo, aunque volvió rápidamente a su aire con "Don't Stop Me Now". Simplemente, fabuloso.

Cubierto por un poncho, Adam Lambert intepretó "Under Pressure"

Tal batería de clásicos y su soberbia interpretación vocal e instrumental no dió respiro alguno para esperar "los mejores temas", aunque desde luego, sabemos que Queen se despide siempre con lo más graneado de su repertorio, algo que ya era predecible a la altura que interpretaron "Radio Ga Ga", momento en que decidí guardar la cámara para sumarme a la performance del público, interactúando rítmicamente con mis ídolos musicales de toda la vida.

Mi alma metalera volvió a elevarse tras el coro introductorio de "I Want It All", que con sus potentes riffs, duro toque de batería e incendiaros solos, desterró la voz de Adam Lambert hasta perderlo de vista definitivamente. A esta altura del concierto,  sólo vinieron a mi memoria las imágenes del genial videoclip de 1988 que expone a un barbón y colérico Freddie Mercury que es la quintaescencia del cantante de hard rock, elevando su voz por sobre los decibelios. Cuánto se te extraña Freddie!

Brian ejecutando la intro de "Tie Your Mother Down"


Tras un cúmulo de emociones y recuerdos reactivados en tiempo real, la guinda de la torta se presenta bajo la forma y los acordes inciales de "Bohemian Rhapsody". Iniciada tímidamente por Lambert, pero continuada -afortundamente- por una captura de Freddie hasta el solo de Brian (vestido con un traje dorado, a la usanza de los '70) que da paso al segmento operístico, apoyado por las imágenes del mítico videoclip de 1975, luego en la sesión headbanger la voz de Lambert es apoyada con un soporte del tema original, interpretado por Mercury, con quien se remata el outro. Este mismo juego se ha venido haciendo desde 1992 en el concierto de homenaje a Freddie, primero arruinaron la canción Elton John y Axl Rose, luego lo haría Paul Rodgers y en la actualidad Adam Lambert no lo hace mucho mejor. 

Despedida temporal de los músicos y reaparecen nuevamente en escena para interpretar los últimos dos clasicazos de la noche: "We Will Rock You" y "We Are The Champions". Brian nos hace los mismos honores que en 2008, vistiendo una polera con la bandera y los colores de Chile, haciéndole contraste Adam Lambert con su coronita de plástico y un conjunto de prendas bastante glamorosas, que de seguro jamás se habría colocado Freddie, pero que tal vez volverían verdes de envidia a Gary Glitter o a Boy George.

"We Will Rock You"


23:20 horas y el concierto toca su fin con la despedida de los músicos, sincronizada -como de constumbre- con un playback de la instrumental "God Save The Queen". Sólo me resta agredecer y corear infinitamente los nombres de Brian May y Roger Taylor, pues pese a todas las críticas e incomprensión que expresó en algún momento su fanaticada más ortodoxa (me incluyo), han sido ellos los responsables por mantener viva la chispa de Queen, y esperemos que de ellos derive también la próxima generación de músicos que como Adam Lambert y Rufus Taylor (de apenas 24 años) sotengan en pie el legado y el linaje de esta espectacular banda, para algunos de nosotros tan imprescindibles como la vida misma.

domingo, 21 de junio de 2015

Extreme debutó en Chile con una generosa batería de clásicos


Pese a que descubrí la música de Extreme muchos años antes por medio de recocidos en VHS como el concierto homenaje a Freddie Mercury y la Expo Barcelona (1992), fanático de la banda sólo puedo considerarme desde el año 2002, cuando escuché por primera vez el fabuloso álbum Waiting For The Punchline (1995), cuyo fracaso comercial -en plena era del rock alternativo- fue responsable de la disolución de la banda en 1996. Posteriormente Gary Cherone sería reclutado por Van Halen en reemplazo de Sammy Hagar, pero la unión no trascendió más allá de la onceava placa del conjunto: Van Halen III, que a su vez fue también el último lanzamiento discográfico de los intérpretes de "Jump", hasta hace sólo un par de años. 

Las señales eran inequívocas: el reinado ochentero del glam metal había sido derrocado, más había algo en el WFTP que enraizaba bien con el grunge, sin que por ello la música del conjunto perdiera identidad ni esos matices funky que llevaban a un nuevo nivel las influencias de Led Zeppelin, convirtiéndolo en un álbum preciado por muchos, fuera de la matriz comercial. Para el grueso de los glamers sin embargo, la vedette no es otra que Pornograffitti (1990), álbum que a 25 años de su lanzamiento fue la razón de ser de la gira que trajo a los de Boston a presentarse ayer sábado 20 de junio por vez primera en Santiago, sobre el stage del teatro Cariola.

Nuestro arribo al sector cancha. 20:50 de la noche
Apenas tuve noticias de la visita de Extreme a nuestro país, gestioné con meses de anticipación la compra de mi entrada y si bien no fueron pocos ni menos importantes los compromisos que debí sortear para darme cita en primera fila con Gary Cherone (vocalista y frontman), Nuno Buttencourt (guitarras y piano), Pat Badger (bajo) y Kevin Figueiredo (batería); la velada supo compensar con creces.

Cherone y cia son sobrevivientes de una de las mejores camadas del rock, de la cual sus contemporáneos o terminaron muertos, rendidos al mainstream (caso de Bon Jovi) o como un "remake" patético de ellos mismos (caso de Axl Rose o Mötley Crüe).- Rasguñando ya la cincuentena, resulta increíble comprobar cuán atléticos, intensos y juveniles se mantienen los miembros del cuarteto, entre los cuales, sin duda, fue el virtuoso Nuno Buttencourt quien se llevó la mayor aclamación por parte de los metaleros y los suspiros de una disminuída audiencia femenina.

Nuno y Pat en duelo de riffs

Lamentablemente, pese al increíble nivel de los artistas que tuvimos al frente, la fabulosa jornada en el Cariola, fue opacada por un terrible e imperdonable desacierto en el sonido, donde a ratos voces e instrumentos terminaron acoplados, saturando los parlantes y produciendo intensos e inharmónicos ruidos que a más de alguno nos dejó con una aguda tinnitus, impropia hasta para los conciertos de Sepultura a los que he asistido.

A eso de las 22:15 hrs los músicos entraron en escena para dar ignición al concierto con "Decadence Dance", primera canción y single promocional del álbum Pornograffitti, luego se sumaron "Lil' Jack Horny" y "When I'm President", del mismo álbum, siguiendo en orden el tracklist original y dando cabida a los empujones de rigor, que como en todo buen concierto de rock, devuelves con gusto, agregando como matíz sus buenos codazos.

More Than Words

"Get The Funk Out" sumó aún más adrenalina a la batalla campal vivida sobre la cancha: y es que los presentes se volvieron literalmente locos, asuzados por las posturas de Gary Cherone (el Freddie Mercury de los '90), los imposíbles solos de Nuno y el demoníaco bajo de Badger, seguido a tope por los benditos brazos de Figueiredo, que con cada machacazo que daba a los tarros, te devolvía la juventud o la fe en el rock 'n' roll.

La quinta canción interpretada fue desde luego "More Than Words", aquella queenera balada que los hizo famosos en el mundo entero. Pasamos sin más de los saltos y el baile a la completa sensibilería y pese a que nos fueron requisados los encendedores a la entrada del concierto, más de alguno sacó a relucir uno desde algún bolsillo secreto. Reducida la saturación en los altavoces, la voz de Gary al fin flotaba armónica en el aire, mientras los acordes de Nuno -ejecutando su guitarra española- te acariciaban el alma.

En plan jazz interpretando "When I First Kissed You"

Finiquitado el primer entremés romántico, vinieron luego "Money (In God We Trust)", "It('s a Monster)" y "Pornograffitti" para agregar más riffs metálicos, titánicos solos y groove funky a la alocada velada capitalina. Afuera, en la calle, las bajas temperaturas de una invernal noche, paralizaba los músculos, mientras al interior del teatro, se agitaba el hervidero. 

Al ritmo del vocal jazz, "When I First Kissed You" templó un poco la algarabía, Nuno reemplazó la guitarra por el órgano, Pat hizo lo propio con un contrabajo eléctrico y Gary se vistió de Sinatra para interpretar la que es sin duda la canción más experimental del álbum Pornograffitti.


Cerraron la primera parte del concierto los temazos "Suzi (Wants Her All Day That?)", "He-Man Woman Hater", la power ballad "Song For Love" y la acústica "Hole Hearted" acoplada con el "Crazy Little Thing Called Love" de Queen (una referencia más a los británicos, su principal y más evidente influencia), concluía de este modo el ciclo Pornograffitti.

Al regreso de bambalinas, sonaron los incendiarios clásicos "Play With Me" (del álbum debút Extreme, 1989), "Rest In Peace" (III Sides to Every Story, 1992) y "Kid Ego" (1989), seguido del más reciente "Take Us Alive" (Saudades de Rock, 2008) cuyos juguetones riffs fueron aprovechados por el enérgico Cherone para montar uno de los parlantes en plan Lucky Luke. La acústico-instrumental "Midnight Express" (Waiting For The Punchline, 1995) y "Cupid's Dead" (1992) fueron dos de los temazos más esperados de la noche, que cerraron la segunda parte y final del concierto.

Gary saludando a la gallada

Un generoso reparto de uñetas y baquetas hacia las primeras dos filas de la cancha (nuestra ubicación) despidió los últimos cinco temas de la noche, acelerando la dinámica de los empujones. Tristemente no pude rescatar ninguno de aquellos souvenires, pero me conforma el hecho de haber estrechado las manos de Pat, Gary y Nuno, quienes amablemente despidieron al público pasadas las 0:30 hrs.

Tampoco olvidaré la terrible cara de Nuno quien por poco me golpea cuando pretendiendo registrar el momento en cámara estiré más de la cuenta su mano. Let my fucking fingers, fueron las palabras dedicadas por aquel dios de la guitarra a este anónimo y sudaca fan.

Midnight Express

sábado, 16 de mayo de 2015

Long Live Ronnie James Dio!


Una mágica coincidencia quiso que el día de hoy me levantara con ganas de escuchar uno de los clásicos más amados de mi colección de cd's: el doble disco Inferno: Last In Live (1998), ignorando que hoy precisamente se cumplen cinco años del deceso del maestro Ronnie James Dio, en mi opinión -y en la de muchos- el más grande vocalista y compositor que ha dado la historia del heavy metal y en lo personal: uno de mis tres músicos favoritos, junto con Phil Lynott y Freddie Mercury.

Será este recuerdo el que impulse un nuevo comienzo para La Religión del Rock Pesado tras muchos años de receso. Hombre carismático y humilde, Dio superó la pobreza y por medio de su arte trascendió la vida misma, enfrentándola a través de metáforas como el guerrero que encara dragones o la búsqueda de un arcoiris en medio de la oscuridad: poesía en el más profundo sentido, aplicada a un género músical que en los últimos años -lamentablemente- ha perdido referentes e identidad.

lunes, 29 de diciembre de 2014

Ramones 4EVER


2014 fue el año en que se completó lo que algunos llaman la "maldición de The Ramones", en julio de este año falleció el último de sus miembros fundadores: el batero Tommy Ramone, víctima de un cáncer al igual que sus compañeros Joey y Johnny. La banda pionera del punk es ahora un recuerdo, aunque  muy vigente por lo demás en la cultura pop y en el inconsciente colectivo. Cada vez son más las personas de todas las edades que lucen poleras con el célebre logo, y en la música no son pocos los nuevos conjuntos que como Vivian Girls, Arcade Fire y Teenage Bottlerocket, captan jóvenes audiencias reproduciendo los enérgicos beats de The Ramones desde muy diversas aristas musicales.

Ramones son los Stones neoyorkinos que reverenciaremos por siempre, simples y efectivos, ruidosos y divertidos, una banda influyente como pocas que pese a no triunfar como merecían en su propia patria, cosechó éxitos en el mundo entero, llenaron estadios en lugares tan lejanos como Japón, Brasil y Argentina e irradiaron su sonido a un amplio espectro de artistas que van desde la new wave al thrash metal, por lo conocido bandas tan diversas como U2, Buzzcocks, NOFX, Black Flag, Pixies, Sex Pistols, Beastie Boys, Garbage, Motörhead, Red Hot Chili Peppers, Green Day, Foo Fighters, Cro-Mags, Pearl Jam, Propaghandi, Six Feet Under, The Offspring, Soundgarden, Faith No More, Metallica, Bad Religion, The Clash, etcétera.

Hoy los queremos recordar en LRDRP, repasando brevemente la biografía de sus integrantes originales.


JOHNNY RAMONE 
(8 Oct 1948 - 15 Sep 2004)


John William Cummings fue el líder indiscutido de The Ramones, un tipo de carácter fuerte y cara de pocos amigos. La parquedad de Johnny mantuvo unida a la banda durante 22 años, sobreponiéndose a la volátil personalidad de Joey y a las disfuncionalidades de Dee Dee. Johnny es en gran medida el responsable del concepto de la banda, artífice del republicano logo y de la uniformidad -cuasi militarizada- que representaba la estética de chaquetas negras, bluejeans y cortes de pelo beatleanianos que inmortalizó a Ramones a fines de los '70.

Este fanático de Elvis Presley -a quién dedicó una habitación entera con su colección de discos y objetos- emergió de los suburbios del Bronx, transformando paulatinamente su carácter pendenciero en dotes de liderazgo, gracias a él Ramones pasó a ser de una banda de amigos a una empresa, destacada por todo, menos por sus relaciones interpersonales.

Curiosamente, Johnny contradijo todos los clishés punk: era un destacado conservador, fiel al partido Republicano y acérrimo del presidente George W. Bush. Aún así, fue y será siempre uno de los integrantes más admirados y queridos de The Ramones, al extremo que -por ejemplo- el británico Morrisey declaró que desea ser sepultado al lado de los restos de Johnny, quien pese a su reconocido malhumor, tuvo grandes amigos y seguidores como Lemmy (Motörhead), Eddie Vedder (Pearl Jam) y Joe Strummer (The Clash). 

La historia negra de The Ramones, destaca sobremanera sus tendencias políticas de ultraderecha y el hecho de que le levantó la novia a Joey (Linda Ramone) y terminó casado con ella, socavando el orgullo de su ex amigo y destruyendo todas las cordialidades en la banda, sin embargo Johnny fue el elemento racional y el cemento que unificó a un grupo de junkies que de no haber contado con su presencia, habría terminado como otros tantos grupos del medio: disueltos y olvidados luego de un par de años.


JOEY RAMONE 
(19 May 1951 - 15 Abr 2001)


Jeffrey Ross Hyman fue el alma romántica de The Ramones, dueño de una sensibilidad un tanto más hippie que punky y compositor de las grandes baladas como "I Want Around You", "She's the One" y "She talks to Rainbows" entre muchas otras. Se decía de Joey que era demasiado tímido, retraído, enfermizo y paranoico, un verdadero niño en el cuerpo de un gigante de dos metros de altura, afectado por el síndrome de Marfan (causal de su físico desgarbado), cabello largo y unas gafas de sol que jamás se quitaba.

En cuanto a tendencias políticas, Joey era la contraparte del "facho" Johnny, quien tras robarle a su novia Linda en los '80, se convirtió en su enemigo (dedica a Johnny el tema "The KKK took my baby Away": "El Ku Klux Klan se llevó a mi novia lejos"), luego de ello jamás volvió a tener una relación sólida con ninguna mujer. Joey se reconocía así mismo como demócrata, liberal y pacifista y como todo buen judío de Nueva York, en sus últimos años mostró interés también por la política norteamericana en Medio Oriente.

Fanático por partes iguales del espiritual John Lennon y del irreverente Mick Jagger, la vida y obra de Joey Ramone exhibió todo tipo de contradicciones, pese a que su impronta de rockero no desterró del todo su gusto por la música pop y las palpables influencias de artistas como The Ronettes, The Beach Boys y The Troggs, exhibidas ampliamente en el álbum de 1980 The End Of Century (producido por el legendario Phil Spector). En su rol de frontman, reconció también las influencias de Alice Cooper, Iggy Pop y Jim Morrison.

Joey fue el primer Ramone en fallecer el año 2001, afectado por un linfoma. Por lejos el integrante más querido y tributado de la banda. U2, Blondie, Brant Bjork, Helen Love y otros tantos conjuntos le han dedicado temas póstumos.


DEE DEE RAMONE
(18 Sep 1951 - 5 Jun 2002)


Douglas Gleen Colvin, no hay duda que caiga, fue el tipo más divertido, creativo, arrebatado y  junkie de The Ramones, un punky por excelencia además de principal compositor del cuarteto neoyorkino. En cuanto a géneros, Dee Dee fue quien optó por adaptar las influencias más tóxicas, destacando la música de artistas como New York Dolls, The Stooges y MC5.

Se comenta que llevaba por el mal camino al influenciable Joey y que su descontrol, despilfarro y anarquista existencia tendían a desesperar al rígido Johnny, aún así Dee Dee se las arreglaba para hacer lo que quería y sus canciones inspiradas en una vida peligrosa, llena de drogas, amores psicópatas, peleas de bar y problemas con la autoridad, lograban ser -en apenas un par de estrofas muy repetitivas- la esencia misma de The Ramones.

Dee Dee murió como vivió: reventado en drogas. Una sobredósis de heroína terminó con sus días en junio de 2002. La muerte de Joey, un año antes, lo había deprimido al punto de agudizar su dependencia a las drogas duras. En 1989 Dee Dee fue desvinculado de The Ramones por el propio Johnny, aburrido de sus escándalos, impuntualidades y falta de compromiso con la banda, aquello dió pauta para que experimentara nuevas aventuras en solitario, primero bajo el apelativo de "Dee Dee King", mezclando rock con rap y luego acompañado de distintas formaciones, entre las que destaca The Ramainz, un tributo a sus propias creaciones en compañía del incombustible batero Marky Ramone y de su última novia, la argentina Barbara Zampini.


TOMMY RAMONE
(29 Ene 1952 - 11 Jul 2014)


Nacido en Hungría y de orígen judío, Tamas Erdélyi fue el baterista inicial de The Ramones, un sujeto cuyo único pecado fue no caer en gracia al complicado Johnny, quien se las arregló para sacarlo en 1978. Pese a no ser un gran baterista, Tommy instauró el sonido de The Ramones (y de rebote, de todo el punk), basado fundamentalmente en el ritmo de los tarros, constituyendo una base que suena de continuo tema a tema, especialmente durante los conciertos.

Tommy vuelve a relacionarse con The Ramones en 1984, como productor de su octava placa Too Tought to Die, pero no logra trascender a la siguiente ni ganarse la confianza del acerbo Johnny. Más allá de sus innovaciones en la batería, sus aportes también son valorados en el terreno compositivo, siendo el autor de clásicos como "I Wanna Be Your Boyfriend" y del hímno ramoniano "Blitzkrieg Bop".

Tommy perdió en junio de este año una larga batalla contra el cáncer biliar. Como cuarto miembro de los Ramones originales, su muerte marca el fin de la leyenda.


LOS OTROS RAMONES

Marky Ramone (15 Jul 1956): Tras la presionada salida de Tommy, llega en su reemplazo Mark Steven Bell, un batero proveniente del mundo del hard rock, miembro del power trío Dust. Marky será el batero más omnipresente en la historia de The Ramones, un músico de gran nivel que tuvo que amoldarse al estílo punk y a las pocas cualidades musicales de sus compañeros. En los últimos diez años, Marky ha sacado partido y obtenido buenos réditos al hecho de haber sido un "Ramone", tocando los clásicos del conjunto  en escenarios de todo el planeta, acompañado de incontables artistas, entre ellos el genial Andrew W.K.

Marky tuvo trayectoria de sobra, para ser reconocido como "el último Ramone vivo", hoy por hoy es la llama olímpica que mantiene vigente el espíritu de los neoyorkinos.

CJ Ramone (8 Oct 1965): Cristopher Joseph Ward, fue el reemplazo de Dee Dee en los '90, un chico con gran potencial que tocaba bien el bajo, cantaba fuerte en los coros y recordaba en algo la actitud indómita del gran Dee Dee, sin embargo, pese a todo, no fue más que un reemplazo y Johnny se lo hizo notar.

Richie Ramone (11 Ago 1957): A mediados de los '80 -cuenta la leyenda- Johnny se aburrió de Marky por sus reiterados problemas con la bebida, despidiéndolo de la banda y realizando inmediato un casting que arrojó desde el anonimato a Richard Reinhardt, en adelante "Richie Ramone". Richie era un sujeto fornido y de buena apariencia que además le daba duro a los tarros y tenía una elegancia que robaba protagonismo, tal vez por esa misma razón Johnny terminara presionando su salida, la que a su vez fue aprovechada por Marky para regresar y ya nunca más dejar de ser un Ramone.

domingo, 12 de octubre de 2014

Richie Kotzen descargó pasión y groove en Viña


Que Richie Kotzen es de sobra uno de los mejores guitarristas actuales y de todos los tiempos, no es un misterio para nadie medianamente embebido en el mundo del rock. Su extendida trayectoria (iniciada con apenas 15 años en 1985), más de una veintena de discos en calidad de solista, su efímero pero contundente paso por grandes hitos del hair metal ochentero como son Poison y Mr. Big, así como sus numerosas colaboraciones con músicos del nivel y prestigio de Greg Howe, Guhtrie Govan, Stanley Clarke, Lenny White, Stevie Salas, Glenn Hughes y Gene Simmons, o su más reciente aventura músical paralela: The Winery Dogs junto a Mike Portnoy y Billy Sheehan, engloban una carrera artística y musical como pocas, llena de creatividad, reinvención y refinamiento rockero. 


Es en los pequeños escenarios donde Richie Kotzen -reconocido, pero distante del mainstream- se reencuentra con su público habitual, el mismo que hace 2 años tuvo oportunidad de verlo tocar en la Batuta y en el Centro Cultural Amanda y que en la semana que se nos va, asistió al Teatro Nescafé de las Artes (jueves 9) en Santiago o a la discoteque OVO del Casino Enjoy en Viña del Mar (sábado 11) para alcanzar el éxtasis sobre un mar de riffs, melodías, baladas, rock intimista (con aura de grunge, soul y blues), zarpadas funky, metálicos y estruendosos solos, buen fiato instrumental, y en líneas generales: una dadivosa muestra de virtuosismo y groove, imposíble de superar.

La de Viña fue -tal vez- una presentación que superó todas las espectativas. El escenario: el diminuto stage de la más célebre discoteque de la ciudad jardín, protagonista privilegiada de la vida nocturna y de los carretes del fin de semana, pero que en términos de rock era hasta ayer un escenario poco probado, salvo quizás para unas cuantas bandas tributo o para las orquestas de año nuevo. A nuestra llegada al casino, pisando las 20:30 hrs, poco hacía notar que en su interior se oficiaría un concierto; apenas unas cuantas chaquetas negras y unos pocos tipos con aretes o poleras con logos de bandas por aquí y allá orbitaban la entrada, las cercanías de la boletería y en la escalera principal, 30 minutos más tarde se permitío el ingreso a la disco, la que no estuvo llena hasta pasadas las 22:00 hrs, momento en que Kotzen y cia deciden tomarse el escenario.



A menos de 40 cm de los músicos, lo primero en llamar la atención es la vestimenta de Kotzen: zapatillas Converse, polera negra y una especie de pantalón corto de pijama, de apariencia más bien graciosa y probable inspiración californiana (conjunto semejante al que viste en el videoclip de "War Paint"), abren la presentación los riffs de "War Paint", punta de lanza del próximo compilatorio que llevará por nombre The Essential. Siguieron luego, maravillosos clásicos como "Love Is Blind", "Walk With Me", "Peace Sign" y "Help Me", alternados con pocas sorpresas, una de ellas "Don't What The Devil Says to Do" y una nueva cancíón -absolutamente heavy rock- titulada "Cannibals". 

Pese a que la presentación fue incendiaria desde el primer segundo, los últimos 20 minutos fueron los más emotivos, sintetizando en 4 o 5 temas toda la solidez del prower trío. Luego de un mágico, extenso y virtuosísimo jam de bajo/batería en el que tuvimos oportunidad de ver al mismísmo Kotzen  dándole a los tarros,  por unos cuantos minutos este despachó a sus acompañantes para interpretar en solitario "What Is?" en versión electroacústica, seguida a coro  por todos los presentes. Aquel, el momento más álgido de la noche vino acompañado del cierre con "Fooled Again" y "You Can't Save Me", apasionadas power ballads, casi tan clásicas en el repertorio de Kotzen como la ya poco interpretada "Remember" o el tema de gracia "Go Faster", con el cual se dió fin al concierto a las 00:01 hrs.

Volviendo al principio, se hace indudable que Richie Kotzen es uno de los mejores músicos de todos los tiempos (compositor, cantante, guitarrista y multiinstrumentista), sin embargo aquella cualidad es extensiva también a la banda soporte, consistente para esta gira en Mike Bennett (baterísta) y Dylan Wilson (bajo), probablemente una de las mejores formaciones que ha acompañado a Kotzen a lo largo de sus casi 30 años de carrera solista. Por su parte, el gran plus del guitarrista radica menos en el virtuosismo que  en todo el caudal de sentimientos que imprime a sus composiciones y a su particular estílo de rock clásico, que trae irremisiblemente a la memoria a otros tan grandes como Chris Cornell, Eddie Van Halen, Nuno Buttencourt, Jeff Beck y Allan Holdsworth SUMADOS, aunque sin perder por  ello ni una gota de originalidad ni de la chispeza que lo hacen único.

lunes, 6 de agosto de 2012

RETROspectiva: Bruce Dickinson - "Born In '58" (1990)


Bruce Dickinson, cantante de Iron Maiden y "la voz" del metal británico comenzó su  impecable trayectoria musical a mediados de los '70, tocando en conjuntos del temprano heavy metal y tratando de emular por aquel entonces la vanguardia de artistas como Rob Halford, Ian Gillan, Robert Plant, Freddie Mercury, Phil Mogg, Peter Hammill, David Byron y Ozzy Osbourne. Producto de aquellas grandes influencias, Dickinson se enfoca en obtener no sólo una voz virtuosa y llena de tonalidades, es capaz también de sumar la teatralidad -propia de conjuntos como Jethro Tull, Uriah Heep y Queen- a las atmósferas más siniestras del heavy metal, sembrando el camino hacia los sonidos que hoy consideramos tradicionales o épicos.

A comienzos de los '80 Iron Maiden era uno de los conjuntos más populares de la NWOBHM, pero su vocalista Paul Di'Anno ya no llenaba las expectativas de una banda que anheló desmarcarse a toda costa de la actitud punk y del aura suburbano, para evolucionar hacia un estilo más complejo, progresivo y grandilocuente. Fue entonces cuando el bajista Steve Harris se cita con su viejo conocido Bruce Dickinson (en aquel momento vocalista de Samson) para reestructurar Iron Maiden y dar juntos el siguiente paso en la evolución del heavy metal: emerge de la unión el álbum The Number Of The Beast, que vio la luz en 1982, catapultando a nivel mundial la fama de los británicos y expandiendo una vez más las posibilidades del rock metálico. Durante los siguientes diez años, Iron Maiden no cesó de cosechar éxitos y de lanzar discos cada vez más espectaculares. En 1992, sin embargo, mismo año en que fue lanzado el mítico Fear Of The Dark, Bruce Dickinson se escinde de Maiden para buscar nuevos horizontes musicales y forjar una carrera en solitario.

Ya en 1990, el compositor de "2 Minutes to Midnight" había incursionado como solista, a través del álbum titulado Tattoed Millonarie, de donde desprendemos el autobiográfico clásico de esta RETROspectiva. Manifiestas influencias del hard melódico y hasta del AOR rodean su música por aquellos años. Tiempo más tarde se aventura a declarar que el heavy metal es cosa del pasado y que el futuro del rock duro sería el grunge, estilo con el que también coqueteó hacia mediados de la década, en su faceta de solista y cerrando aún más la puerta a la posibilidad de un reencuentro con Iron Maiden que vivía su peor época con Blaze Bayley al frente.  Felizmente, el gran bache que tuvo que sortear Maiden y el resto del heavy metal tradicional durante los años '90, concluyó en 1999 con el retorno de Dickinson y del guitarrista Adrian Smith a la banda, un año más tarde los británicos hacen debutar su doceava placa: Brave New World y de allí a la fecha han vuelto a tener el mundo a sus pies, vendiendo millones de copias de cada uno de sus discos (nuevos, antiguos, antologías y DVD's en vivo) y llenando estadios en todo el mundo, pero muy especialmente en las grandes capitales de Sudamérica: Santiago, Buenos Aires y Sao Paulo.

martes, 29 de mayo de 2012

Zakk Wylde alimenta esperanzas sobre posíble reunión de Pantera

Hace unos días salió publicada en Billboard.com una entrevista al vikingo metalero, ex compañero de andanzas del venerable Ozzy Osbourne. Prácticamente un cúmulo de preguntas estúpidas y nada trascendentes, salvo en las siguientes líneas:

Billboard: Vinnie Paul sostuvo que de reformarse Pantera, serías tú el tipo ideal para sustituír a Dimebag Darrell

Zakk Wylde: Amo a esos chicos y para mí sería un honor ¿cómo podría decirles que no?. Haría mi mejor esfuerzo para que se sintiesen orgullosos. 

Resumiendo: Phil Anselmo ha dicho añorarlo, Vinnie Paul no lo descarta y a Zakk Wylde le encantaría ser parte. No sé ustedes, pero yo en lo personal presiento que la reunión de Pantera está muy pronta a concretarse, quera el dios del metal que así sea!

martes, 15 de mayo de 2012

Metallica interpretó "The Struggle Within" por primera vez en vivo

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Comenzó con todo la nueva gira europea de Metallica, en la cual los californianos reproducirán completo el Black Album de 1991. El tema que cierra el hasta ahora más popular álbum de la banda es "The Struggle Within" (la lucha interna) nunca antes tocado en vivo y que tras veinte años fue descargado al fin sobre los escenarios, tras el paso de la banda por República Checa.

lunes, 30 de enero de 2012

RETROspectiva: Bad Brains - "Thank JAH" (1995)



La libre evolución de la corriente punk a comienzos de los años '80, tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido, se disgregó hacia las más diversas directrices musicales previamente existentes (electrónica, reggae, folk, metal, pop, jazz, etcétera) y contraculturales (vestuario, literatura, teatro, pintura, cine...) a la vez que la industria captaba en ello el último gran negocio del rock, aniquilando su naturaleza de música y estílo de vida contestatario hasta condenarlo al estancamiento. Al poco tiempo, de un puñado de adalides como The Sex Pistols, The Damned, Dead Boys, Ramones, Clash y Blondie surgieron centenares de nuevas bandas y al menos una docena de nuevos estílos que decían reproducir la actitud e irreverencia de los grupos originarios. The Police, U2, Cindy Lauper, B-52's, Devo, INXS, Television, Joy Division, New Order, Killing Joke y hasta por más increíble que parezca, bandas del calibre de Iron Maiden, Motörhead y Metallica, tuvieron en el infujo del punk rock, un común denominador para innovar desde sus respectivas aristas.

Bajo este mismo sincretismo musical, irradiado por la revolución punk de fines de los '70, nacerían bandas que cambiarían para siempre el modo de entender y de hacer música; a nuestro entender indispensable es la triada conformada por Beastie Boys (1979-), Mr. Bungle (1985-) y desde luego, The Bad Brains (1977-), estos últimos, una banda de músicos afroamericanos cuadrada en Washinghton y que ha llevado a cabo durante varias décadas una insoluble mezcla de reggae, ska, punk, hardcore, metal, funk, dub, hip-hop, jazz y soul, fórmula que servirá de referencia a conjuntos de posterior renombre como Faith No More, Rage Against The Machine, Fishbone y Red Hot Chili Peppers, entre muchos otros.

Tal sólo una decena de álbumes conforman la discografía de The Bad Brains, en ellos fluctúan libremente los matices que van de la rítmica y espiritualidad de la música jamaiquina a la agresividad más desatada del metal alternativo, todo ello coronado por la sedición punk, apreciable en letras que hablan de un común sentimiento entre las clases despojadas del imperio: marginalidad, pobreza y rabia contra el sistema, en contraste con otras que son un verdadero canto a la vida y a la gloria simbólica que encierran los momentos más oscuros, seguidos siempre de nuevos y más sabios renaceres. "Thank JAH" (Gracias Dios), tema elegido para esta RETROspectiva, representa precisamente ese último sentimiento, tal como hacen en general los temas de su sexta placa: God Of Love de 1995, fracaso en términos comerciales, pero reconocido entre sus fans como uno de los mejores discos de la banda.

lunes, 23 de enero de 2012

RETROspectiva: Rollins Band - "Shame" (1997)



A la par de conjuntos como Helmet y Quicksand, la Rollins Band: revancha musical del infatigable Henry Rollins en los '90, fueron instauraradores de aquel subgénero que varios años más tarde rotularían bajo el paraguas de post-hardcore. Es mi humilde opinión, sin embargo, que todas las etiquetas acuñadas por la industria musical en aquella vasta década (comenzando por el grunge) no fueron más que arbitrarias cuñas para ganarse a las rentables audiencias "alternativas" de la década y en el caso de las tres bandas citadas, simplemente estamos ante nuevas fórmulas de rock pesado, tan fiduciarias de Black Sabbath como de Metallica o de los mismísimos Black Flag, aunque destiladas de todo esbozo de virtuosismo e imaginería del género tradicional, para adoptar en su lugar los cánones de la música independiente.

Por fortuna la maquinaria comercial no fue capaz de fagocitar a Black Flag en los años '80, pese a ello grandes conjuntos la década posterior (tales como Kyuss, Nirvana, Soundgarden, Melvins, Faith No More, Dinosaur Jr., Corrosion Of Conformity, Fu Manchu, etcétera) citaron más de alguna vez a los californianos como entrañable influencia. Inclúso miembros de la vieja guardia del punk rock, como Iggy Pop, Wayne Kramer (MC5) y Marky Ramone han hecho patente su admiración y puntualizado los cuantiosos aportes de Henry Rollins al rock. Y es que sin duda, desde Black Flag en adelante podemos hablar de una sincronía perfecta entre el punk y el metal, un ensamble entre la acrimonia de The Stooges y las viciadas atmósferas de Black Sabbath a lo que debe sumarse además la ácida, libertaria y hasta poética composición de Rollins, influenciado en gran parte por las emblemáticas figuras de Jim Morrison y Phil Lynott, matizando sus ideas políticas radicales con un activismo fuerte y una férrea oposición a la maquiavélica elaboración que es la política exterior norteamericana.

En 1987, al año siguiente de concluír su historia con Black Flag, H. Rollins recluta a los músicos sesionistas Chris Haskett (guitarrista), Andrew Weiss (bajista) y Sim Cain (baterista) para dar vida a la Rollins Band, proyecto más a la medida de los nuevos objetivos musicales de Rollins y que se sumará tempranamente en los '90 al avasallante tren del rock alternativo que los mismos Black Flag ayudaron a forjar. Perseverando la mezcla de metal, punk/hardcore y matices de jazz, la Rollins Band logró publicar siete discos de estudio, igual cantidad de registros en vivo y varios EP's, singles y demos. En 1994 lanzaron Weight, su placa más exitosa y en la que destaca el clásico de siete minutos: "Liar", dos años más tarde concluiría la formación tradicional (reemplazada en 1998 por el power trío Mother Superior) tras el lanzamiento de Come in and Burn, el mejor disco de la banda -en opinión de este humilde servidor- y en el que figura como primer track "Shame", temazo elegido para esta RETROspectiva.

lunes, 9 de enero de 2012

RETROspectiva: Alice In Chains - "God Smack" (1992)




Cuando a principio de los '90 comenzó a gestionarse mediática y comercialmente la etiqueta del grunge, a muy pocos entendidos cabió duda de que esta música de "alternativa" bien poco tenía. Y es que la elite misma del género son en verdad grupos de metal, hard rock, punk, post-punk, indie o una mescolanza de todo lo anterior. De modo que artífices como Screaming Trees, Mother Love Bone y Pearl Jam podían ser definidos perfectamente como una cruza entre la mística de Zeppelin con la composición intimista de Neil Young y una remembranza escénica de Jim Morrison, en la figura de los respectivos frontman, Nirvana como una réplica actualizada de Black Flag (entre la furia del hardcore y los riffs post-Sabbath), Mudhoney y Green River como punkys trasnochados y míticos grupos como TAD, Paw, Soundgarden, Gruntruck, Skin Yard o los tratados Alice In Chains, eran grandes revivalistas del legado de Black Sabbath, una retrospetiva al proto-metal psicodélico y oscuro de los años '70.

De hecho, la historia de AIC comienza en plena época del glam-metal, y no precisamente en las filas de la disidencia musical, sino entre los sectarios. Cabe destacar que algunas de las influencias más tempranas de los de Seattle, fueron grupos como Heart, Van Halen, KISS y AC/DC, a las que con el tiempo sumarían otras más under del circuito local (particularmente The Melvins) al punto de forjar un sonido renovador, que si bien se desprende de la corriente principal del metal/hard rock, asimila la identidad y discurso post-punk, a la vez que junto con Nirvana y Soundgarden engrosa la lista de grupos que vienen a a revolucionar la escena norteamericana de comienzos de los '90, imponiendo el "lifestyle" y la lúgubre contracultura de Seattle y del circuito musical de Washington a la decadencia parafernálica de Los Ángeles y Nueva York, que comandaron durante dos décadas la metafísica musical del rock americano y mundial.

Me sumo a la opinión del difunto bajista Mike Starr, respecto a que la historia de Alice In Chains quedó concluída con la muerte de Layne Staley (2002), su súbita reunión a comienzos del 2005 y la salida de una cuarta placa en el 2009, no obedecen realmente a la historia, el contexto y la magia que dan contenido a la música de AIC y suponer lo contrario es tan absurdo como intentar reformar a Nirvana sin Kurt Cobain. El verdadero legado continuará depositado en los tres primeros discos de estudio: Facelift (1990), Dirt (1992) y Alice In Chains (1995), siendo en mi opinión el segundo, el mejor registro de la banda, con grandes clásicos como "Down In A Hole", "Them Bones", "Rooster", "Angry Chair" y "Would?", referencias nostálgicas de una época gloriosa para la música dura y el mal llamado rock alternativo. Tema menos publicitado de aquel disco -aunque no menos importante- es el noveno track: "God Smack", que destacamos en esta RETROspectiva por ser el que curiosamente utilizó de inspiración Sully Erna para dar nombre a su célebre banda.

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