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miércoles, 7 de octubre de 2020

El rock perdió a una de sus máximas leyendas


En un año en extremo complejo y extraño, la muerte de icónicos músicos como Neil Pert (Rush), Lee Kerslake (UFO), Frankie Banali (Quiet Riot) y el impar Eddie Van Halen se recibe con particular congoja. Desde hace unos 10 años el mundo del rock duro y del heavy metal ha comenzado a despedir a sus veteranos ídolos en una progresión natural que inició con las pérdidas de Ronnie James Dio y Gary Moore y continuará irrevocablemente hasta dentro de pocos años, liquidando a una generación dorada de músicos que hizo historia entre las décadas de los '70 y '80, cambiando para siempre la forma de entender e interactuar con la música, gestando además nuevos patrones culturales y contraculturales que hoy pudieran parecer un tanto rudimentarios. 

No es posible repasar el monumental legado de Eddie Van Halen en unas pocas líneas, sobra decir que el virtuoso músico y compositor norteamericano fue el arquetipo del guitarrista metalero que señaló el camino a una variopinta generación venidera que replicaron sus riffs desde los  empalagosos esquemas del hair metal al abrasivo virtuosismo del thrash, pasando por el más complejo rock instrumental y el despliegue shred de sus naturales discipulos Joe Satriani, Steve Vai e Yngwie Malmsteen. Ni siquiera el rock alternativo que pretendió sepultar el culto a los héroes de la guitarra, pudo sortear las influencias de Eddie Van Halen, y muestra de ello es que su inspiración es palpable en músicos de la vena más metálica como Jerry Cantrell (Alice In Chains), Billy Corgan (Smashing Pumpkins), Jim Martin (Faith No  More), Dave Navarro (Janes Addiction, RHCP) o Tom Morello (Rage Against The Machine, Audioslave).

Nacidos en Amsterdam, pero radicados desde temprana edad en California, hijos de padre holandés y de madre javanesa, Eddie Van Halen y su hermano Alex encarnan las virtudes del interculturalismo, fenómeno indisociable del rock 'n roll. Inspirado en guitarristas de una generación anterior como Eric Clapton, Allan Holdsworth, Tommy Bolin, Leslie West, Mark Farner y sobre todo: Jimi Hendrix, Jimmy Page y Tony Iommi, Eddie Van Halen aunó los sonidos más eléctricos del rock setentero y los combinó con la velocidad y dinamismo de su también imprescindible influencia: Dick Dale, llevando los sonidos del hard rock al siguiente nivel. De la mano del grandísmo frontman David Lee Roth y ulteriormente Sammy Hagar, Van Halen incorporó además la estética festiva del glam y la dinámica del rock de estadio al punto de convertirse en una de las bandas más aclamadas del rock, en la línea de grupos como Queen, KISS y AC/DC.

Una decena de álbumes de estudio entre 1978 y 1998, con un memorable reencuentro junto a David Lee Roth en 2012, además de connotadas contribuciones con Michael Jackson ("Beat It"), Brian May ("Star Fleet Project") y Roger Waters ("Lost Boys Calling") y la cualidad innovadora de ser una de las primeras bandas en acortar distancias entre el hard rock/metal y el synthpop (resultado del cual devino el himno de himnos: "Jump" del imprescindible álbum 1984) concretan el impecable legado del músico que ayer 6 de octubre partió en su última gira, directo hacia el Olimpo aquejado por un cáncer con el que venía conviviendo hacia décadas. Su música estará por siempre con nosotros.


















lunes, 11 de enero de 2016

El adiós de otra leyenda


Quiso el destino que dos días después de la  celebración de su cumpleaños número 69, dejase de existir ayer el gran e inigualable David Bowie, camaleón del rock y padre del glam, quien por sí solo escribió una página importantísima en la historia de la música.

Extravagante, grandilocuente, místico y andrógino, Bowie inició su carrera en la era de la psicodelia, influenciado por músicos como Elvis Presley y su compatriota Syd Barret (Pink Floyd) desarrollando un estilo complejo que hacia avanzado los '70 podía considerarse como "art rock" o más bien una combinación de elementos progresivos, folk, pop e incluso hard rock, amalgamados bajo la ficción de Ziggy Stardust.

De cara a los '80 la música dance y el punk eran los reyes de la escena, Bowie un artista de por sí experimental combinó ambos y sentó las bases hacia nuevas fórmulas musicales clasificadas bajo cuñas como la de "post-punk", "new wave" y "rock alternativo". Tocó la gloria en el concierto Live AID (1985) y grabó clásicos junto a otros legendarios como Mick Jagger y Queen. A fines de la década se une al conjunto Tin Machine, auspiciando lo que sería el sonido del rock noventoso: denso y ecléctico, en tanto su discografía solista marcharía hacia conceptos más electrónicos, destacando álbumes como Black Tie White Noise (1993), Outside (1995) y Earthling (1997).

El pasado 8 de enero, David Bowie: infatigable músico y actor, seguido y admirado por artistas tan diversos como Bernard Summer (New Order), Patti Smith, Ian Curtis (Joy División), Marilyn Manson, Debbie Harry (Blondie), Robert Smith (The Cure), Trent Reznor (Nine Inch Nails) y el dinfunto Scott Weiland (Stone Temple Pilots), realizó el lanzamiento de su 25ava placa Black Star, última pieza de una magistral historia que no podemos dejar de venerar aquí en La Religión del Rock Pesado.


jueves, 1 de octubre de 2015

Y el show sí debía continuar... El increíble concierto de Queen y Adam Lambert en Chile


Queen es mucho más que mi banda favorita, es la banda sonora de mi vida; música que me acompaña todo el tiempo, desde mi vieja colección en discos compactos, al popurrí de pistas en mp3 que escucho a diario y a todo volume en la radio de mi auto, a través de la nube digital, en el celular, etcétera. Simplemente no imagino mi vida sin las muchas alegrías y las grandes cuotas de energía que me aportan sus clásicos, de una diversidad musical maravillosa que inició en los lejanos años '70 fusionando el art rock con el heavy metal, para luego evolucionar hacia estílos más mainstream, conservando siempre sus potentes melodías, la escencia de rock duro y una elegancia propia de los grandes conjuntos británicos. 

Tras la muerte de Mercury, no cualquiera puede calzar sus zapatos, y bien lo sabe de sobra Paul Rodgers, que acompañó el retorno de la banda entre 2005 y 2009, sin lograr la aceptación de los fans eternos, quienes como yo tampoco vieron con buenos ojos la incorporación de Lambert en 2012; un "wekereke" cualquiera, salido de un programa de talentos (Operación Triunfo) y que además es un artista pop. Pues bien, afortunadamente Brian y Roger supieron mirar mucho más alto que sus fans y esta vez no se equivocaron: Adam Lambert nos cerró la boca a muchos y el concierto de ayer -cierre de gira- vino a confirmar su desbordante potencial y carisma, muy cercano al de Freddie Mercury. Pese a que su voz no es gran cosa, su empoderamiento sobre el escenario, su capacidad de amoldarse a los diversos matices de la parrilla queenera y su actitud de divo andrógino, lo hacen un digno merecedor de su posición actual, al frente de la banda más trascendente en la historia del rock.


A nuestra llegada al Estadio Nacional, guardamos fila durante tres horas en las medianías del famoso "pilucho" entre miles de queeneros que como nosotros lucían orgullosos sus poleras con rostros de Freddie, logotipos zodiacales de la banda, referencias a presentaciones como la de Wembley '86 o las muchas portadas de los álbumes; gente de todos los estratos sociales, amantes de todos los estílos,  familias completas, adultos mayores, padres cuarentones y sus hijos veinteañeros, menores de edad, rockeros jóvenes y pelucones, otros ya viejos y calvos, sinfín de metaleros y hasta un imitador de Freddie pasaron por mi retina, agregando color a la espera.

Pasadas las 19:00 hrs se concretó el ingreso al estadio, y a esa altura ya era previsible que no menos de 20 mil almas se reunirían esa noche en torno del escenario y sus minúsculas pantallas (nimias para un recinto de tal envergadura). Pese a nuestra posición "privilegiada", en el sector VIP de cancha, la gran afluencia de fans al concierto, nos limitó en distancia a unos 14 metros del escenario, algo desalentador, pero no lo suficiente para arruinar una grata experiencia.

"Love Of My Life", fue el primer guiño de la noche a Freddie Mercury. Como en los grandes conciertos de antaño, el tema fue intepretado a dúo entre Brian y (el recuerdo de) Freddie


A las 20:00, un fabuloso telón azul con el logotipo de la era Queen II o de A Day At Races cubrió el escenario, ahogando las pistas de The Beatles, Led Zeppelin y AC/DC que se alternaron durante varios minutos, para dar luego paso al treceavo track del álbum Made In Heaven, un buen preámbulo al concierto que comenzó pasadas las 21:00 horas de la mano de "One Vision", cuyos riffs iniciales echaron abajo el telón, poniendo al decubierto a un Adam Lambert enfundado en cuero negro (al más puro estílo gay leather), a un veterano Roger Taylor luciendo gafas oscuras y una tupida barba centrada en el mentón a lo ZZ Top y al Brian May de siempre, con su prodigia cabellera dignamente encanecida.

A la cola de "One Vision", vinieron  "Another One Bites The Dust", "Fat Bottomed Girls", "Seven Seas Of Rhye", "Killer Queen" y "Crazy Little Thing Called Love", intepretados magistralmente por Lambert, quien se empoderó por completo del escenario luego de interpretar "Killer Queen" dando rienda suelta a su androginismo en un cómico sketch, recostado y abanicánsose sobre un sofá lila a la manera de Maria Antonieta o Cleopatra. Si en los años '70 y '80, las insinuaciones sexuales de Freddie Mercury apenas bordeaban el umbral de lo hilarante, lo de Adam Lambert es sin duda mucho más grotesco y chocante, transgresión invertida, pero no del todo ajena al rock 'n' roll.

"A Kind Of Magic"

Bombástico y grandilocuente, Adam Lambert no se apoca ante la magnitud de los gigantes que tiene a su lado, y a diferencia de su anterior presentación con Paul Rodgers en 2008, Brian y Roger delegan mucho más vocal y coralmente en el estrafalario cantante, quien en un momento se dirigió al público para consultar: are you in love now?, comentando que él estaba en búsqueda del amor y que tal vez alguien del público podría consolarlo, era desde luego el prólogo introductorio a otro himno: "Somebody To Love", seguido por la primera intervención de Brian con "Love Of My Life" (cantada a dúo con el fantasma de Freddie) y su clásico '39, introducido por un comentario sobre astrólogos y observatorios chilenos y finalizado con el soporte acústico de todos los músicos del combo sobre la tarima media, incluyendo al mítico Spike Edney en los teclados.

Algo se debe comentar también sobre las otras dos nuevas incorporaciones de Queen: el bajista Neil Fairclough (quién reemplazó a Danny Miranda) y el suplementario baterista Rufus Taylor, vástago del buen Roger y muy parecido físicamente a su progenitor, en sus inicios con Queen. El primero -dueño de un look muy jazzístico- demostró su cuantía en un solo de bajo que hizo ciertos guiños a la canción "Body Language" y repitió la interacción bajo-baquetas que en 2008 Roger Taylor realizó junto a Danny Miranda en el San Carlos de Apoquindo. Por su parte Rufus, si bien limita su actuar a un segundo plano como acompañamiento en percusión, tuvo un momento destacado a mitad del concierto durante "A Kind Of Magic" -cantada por Roger- y en el duelo de baterías con su viejo, dándole duro a los tarros y recordando la energía y el aspecto no sólo de Roger en los inicios de Queen, sino también al mismísimo Taylor Hawkins de Foo Fighters.

Rufus Taylor en duelo de baterías con su progenitor


Tras los segmentos instrumentales de bajo y baterías, se reincorporan Brian May y Adam Lambert para retocar los clásicos "Under Pressure" y "I Want To Break Free", seguido  de una nueva composición de Lambert titulada "Ghost Town" a la que Brian May añadió los metálicos riffs de su Red Special, dando la impresión de tratarse de otro tema de Queen. Terminada la interpretación, se atenúan las luces y  se enfocan los reflectores sobre Adam Lambert, posicionado ya sobre la tarima media para interpretar una de las canciones más emotivas de la noche: "Who Wants To Live Forever?".

Continuó el turno de Brian y su sesión solista que combina fragmentos de "Brighton Rock", "Bijou" y "Last Horizon" para desembocar finalmente en un estruendoso "Tie Your Mother Down", el tipo de canciones en las que Lambert se nota un poco más cojo, aunque volvió rápidamente a su aire con "Don't Stop Me Now". Simplemente, fabuloso.

Cubierto por un poncho, Adam Lambert intepretó "Under Pressure"

Tal batería de clásicos y su soberbia interpretación vocal e instrumental no dió respiro alguno para esperar "los mejores temas", aunque desde luego, sabemos que Queen se despide siempre con lo más graneado de su repertorio, algo que ya era predecible a la altura que interpretaron "Radio Ga Ga", momento en que decidí guardar la cámara para sumarme a la performance del público, interactúando rítmicamente con mis ídolos musicales de toda la vida.

Mi alma metalera volvió a elevarse tras el coro introductorio de "I Want It All", que con sus potentes riffs, duro toque de batería e incendiaros solos, desterró la voz de Adam Lambert hasta perderlo de vista definitivamente. A esta altura del concierto,  sólo vinieron a mi memoria las imágenes del genial videoclip de 1988 que expone a un barbón y colérico Freddie Mercury que es la quintaescencia del cantante de hard rock, elevando su voz por sobre los decibelios. Cuánto se te extraña Freddie!

Brian ejecutando la intro de "Tie Your Mother Down"


Tras un cúmulo de emociones y recuerdos reactivados en tiempo real, la guinda de la torta se presenta bajo la forma y los acordes inciales de "Bohemian Rhapsody". Iniciada tímidamente por Lambert, pero continuada -afortundamente- por una captura de Freddie hasta el solo de Brian (vestido con un traje dorado, a la usanza de los '70) que da paso al segmento operístico, apoyado por las imágenes del mítico videoclip de 1975, luego en la sesión headbanger la voz de Lambert es apoyada con un soporte del tema original, interpretado por Mercury, con quien se remata el outro. Este mismo juego se ha venido haciendo desde 1992 en el concierto de homenaje a Freddie, primero arruinaron la canción Elton John y Axl Rose, luego lo haría Paul Rodgers y en la actualidad Adam Lambert no lo hace mucho mejor. 

Despedida temporal de los músicos y reaparecen nuevamente en escena para interpretar los últimos dos clasicazos de la noche: "We Will Rock You" y "We Are The Champions". Brian nos hace los mismos honores que en 2008, vistiendo una polera con la bandera y los colores de Chile, haciéndole contraste Adam Lambert con su coronita de plástico y un conjunto de prendas bastante glamorosas, que de seguro jamás se habría colocado Freddie, pero que tal vez volverían verdes de envidia a Gary Glitter o a Boy George.

"We Will Rock You"


23:20 horas y el concierto toca su fin con la despedida de los músicos, sincronizada -como de constumbre- con un playback de la instrumental "God Save The Queen". Sólo me resta agredecer y corear infinitamente los nombres de Brian May y Roger Taylor, pues pese a todas las críticas e incomprensión que expresó en algún momento su fanaticada más ortodoxa (me incluyo), han sido ellos los responsables por mantener viva la chispa de Queen, y esperemos que de ellos derive también la próxima generación de músicos que como Adam Lambert y Rufus Taylor (de apenas 24 años) sotengan en pie el legado y el linaje de esta espectacular banda, para algunos de nosotros tan imprescindibles como la vida misma.

lunes, 13 de julio de 2015

Discos Memorables: Badlands - Badlands (1989)


Cabe preguntarse, cuan lejos habría llegado la música de Badlands o los proyectos individuales del cantante Ray Gillen, de no haber desaparecido de forma tan prematura, a los 34 años de edad (víctima del VIH) en 1993,  en el ascenso de una gran carrera. El álbum debút de 1989: Badlands, entrona lo más alto de esa promesa, en un compacto del mejor sonido hair metal: un imprescible a la altura del Night Songs (1986) de Cinderella, The Final Countdown (1986) de Europe, el Appetite For Destruction (1987) de Guns N' Roses, el homónimo (1989) de Skid Row o el Pornograffitti (1990) de Extreme.

La historia de Badlands inicia el año 1988, luego de que el excelso guitarrista Jake E. Lee se viera escindido del conjunto de Ozzy Osbourne para ser reemplazado por Zakk Wylde. Decidido a crear su propia superbanda, Lee audiciona con distintos músicos, hasta que -curiosidades del destino- cruza caminos con dos miembros despedidos de una de las múltiples versiones parche de Black Sabbath: el vocalista Ray Gillen y el batero Eric Singer (futuro miembro de KISS). Completa filas el ex-Steeler Greg Chaisson al bajo.

Los Badlands originales, de izquierda a derecha: Eric Singer, Ray Gillen, Greg Chaisson y Jake E. Lee (circa 1989).

El primer LP de Badlands vió la luz en junio de 1989, ganando celerosa popularidad entre los seguidores del metal más comercial, de la mano de sus poderosos singles "Dreams In The Dark" y "Winter's Call, reproducidos de forma intermitente en el espacio Headbangers Ball de MTV. Con un sonido general bastante metalero, pero reminiscente a su vez del legado setentero de Led Zeppelin y Humble Pie, la placa recibió muy buenas críticas por parte de medios especializados como Metal Hammer y Rock Hard que vieron en Lee y Gillen a los nuevos Page y Plant del rock venidero.


11 canciones de buen rock pesado, compuestas en su mayoría por Jake E. Lee, Ray Gillen y el letrista Paul O'Neill dan forma a este clásico que se resiste al olvido, a partir de sus matices blueseros, flamantes solos de guitarra y la emotiva y enérgica voz de Ray Gillen, dándose al cien por cien y recordándonos que -en términos de rock- todo tiempo pasado fue mejor. Si he de destacar temas: "Dreams In The Dark" es desde luego mi favorito (de esto se trata el metal!), pero "High Wire", "Streets Cry Freedom", "Dancing On The Edge" o la breve instrumental "Jade's Song" impactan también en lo más profundo de mis fibras.

Otros dos discos: Voodoo Highway (1991) y el póstumo Dusk (1998) completan la discografía de estudio de Badlands, progresando hacia un sonido más zeppeliano y bluesy, aunque menos fresco y potente que el de su LP debút. En 1990 Eric Singer fue el primer miembro original en abandonar Badlands y un año después lo haría el propio Ray Gillen, despedido por Jake E. Lee, lo cual le dió chance para formar su mítico conjunto Sun Red Sun (pendiente para futuros posts) y de compartir escenario y estudio con músicos amigos como George Lynch de Dokken y Criss Oliva de Savatage.

domingo, 21 de junio de 2015

Extreme debutó en Chile con una generosa batería de clásicos


Pese a que descubrí la música de Extreme muchos años antes por medio de recocidos en VHS como el concierto homenaje a Freddie Mercury y la Expo Barcelona (1992), fanático de la banda sólo puedo considerarme desde el año 2002, cuando escuché por primera vez el fabuloso álbum Waiting For The Punchline (1995), cuyo fracaso comercial -en plena era del rock alternativo- fue responsable de la disolución de la banda en 1996. Posteriormente Gary Cherone sería reclutado por Van Halen en reemplazo de Sammy Hagar, pero la unión no trascendió más allá de la onceava placa del conjunto: Van Halen III, que a su vez fue también el último lanzamiento discográfico de los intérpretes de "Jump", hasta hace sólo un par de años. 

Las señales eran inequívocas: el reinado ochentero del glam metal había sido derrocado, más había algo en el WFTP que enraizaba bien con el grunge, sin que por ello la música del conjunto perdiera identidad ni esos matices funky que llevaban a un nuevo nivel las influencias de Led Zeppelin, convirtiéndolo en un álbum preciado por muchos, fuera de la matriz comercial. Para el grueso de los glamers sin embargo, la vedette no es otra que Pornograffitti (1990), álbum que a 25 años de su lanzamiento fue la razón de ser de la gira que trajo a los de Boston a presentarse ayer sábado 20 de junio por vez primera en Santiago, sobre el stage del teatro Cariola.

Nuestro arribo al sector cancha. 20:50 de la noche
Apenas tuve noticias de la visita de Extreme a nuestro país, gestioné con meses de anticipación la compra de mi entrada y si bien no fueron pocos ni menos importantes los compromisos que debí sortear para darme cita en primera fila con Gary Cherone (vocalista y frontman), Nuno Buttencourt (guitarras y piano), Pat Badger (bajo) y Kevin Figueiredo (batería); la velada supo compensar con creces.

Cherone y cia son sobrevivientes de una de las mejores camadas del rock, de la cual sus contemporáneos o terminaron muertos, rendidos al mainstream (caso de Bon Jovi) o como un "remake" patético de ellos mismos (caso de Axl Rose o Mötley Crüe).- Rasguñando ya la cincuentena, resulta increíble comprobar cuán atléticos, intensos y juveniles se mantienen los miembros del cuarteto, entre los cuales, sin duda, fue el virtuoso Nuno Buttencourt quien se llevó la mayor aclamación por parte de los metaleros y los suspiros de una disminuída audiencia femenina.

Nuno y Pat en duelo de riffs

Lamentablemente, pese al increíble nivel de los artistas que tuvimos al frente, la fabulosa jornada en el Cariola, fue opacada por un terrible e imperdonable desacierto en el sonido, donde a ratos voces e instrumentos terminaron acoplados, saturando los parlantes y produciendo intensos e inharmónicos ruidos que a más de alguno nos dejó con una aguda tinnitus, impropia hasta para los conciertos de Sepultura a los que he asistido.

A eso de las 22:15 hrs los músicos entraron en escena para dar ignición al concierto con "Decadence Dance", primera canción y single promocional del álbum Pornograffitti, luego se sumaron "Lil' Jack Horny" y "When I'm President", del mismo álbum, siguiendo en orden el tracklist original y dando cabida a los empujones de rigor, que como en todo buen concierto de rock, devuelves con gusto, agregando como matíz sus buenos codazos.

More Than Words

"Get The Funk Out" sumó aún más adrenalina a la batalla campal vivida sobre la cancha: y es que los presentes se volvieron literalmente locos, asuzados por las posturas de Gary Cherone (el Freddie Mercury de los '90), los imposíbles solos de Nuno y el demoníaco bajo de Badger, seguido a tope por los benditos brazos de Figueiredo, que con cada machacazo que daba a los tarros, te devolvía la juventud o la fe en el rock 'n' roll.

La quinta canción interpretada fue desde luego "More Than Words", aquella queenera balada que los hizo famosos en el mundo entero. Pasamos sin más de los saltos y el baile a la completa sensibilería y pese a que nos fueron requisados los encendedores a la entrada del concierto, más de alguno sacó a relucir uno desde algún bolsillo secreto. Reducida la saturación en los altavoces, la voz de Gary al fin flotaba armónica en el aire, mientras los acordes de Nuno -ejecutando su guitarra española- te acariciaban el alma.

En plan jazz interpretando "When I First Kissed You"

Finiquitado el primer entremés romántico, vinieron luego "Money (In God We Trust)", "It('s a Monster)" y "Pornograffitti" para agregar más riffs metálicos, titánicos solos y groove funky a la alocada velada capitalina. Afuera, en la calle, las bajas temperaturas de una invernal noche, paralizaba los músculos, mientras al interior del teatro, se agitaba el hervidero. 

Al ritmo del vocal jazz, "When I First Kissed You" templó un poco la algarabía, Nuno reemplazó la guitarra por el órgano, Pat hizo lo propio con un contrabajo eléctrico y Gary se vistió de Sinatra para interpretar la que es sin duda la canción más experimental del álbum Pornograffitti.


Cerraron la primera parte del concierto los temazos "Suzi (Wants Her All Day That?)", "He-Man Woman Hater", la power ballad "Song For Love" y la acústica "Hole Hearted" acoplada con el "Crazy Little Thing Called Love" de Queen (una referencia más a los británicos, su principal y más evidente influencia), concluía de este modo el ciclo Pornograffitti.

Al regreso de bambalinas, sonaron los incendiarios clásicos "Play With Me" (del álbum debút Extreme, 1989), "Rest In Peace" (III Sides to Every Story, 1992) y "Kid Ego" (1989), seguido del más reciente "Take Us Alive" (Saudades de Rock, 2008) cuyos juguetones riffs fueron aprovechados por el enérgico Cherone para montar uno de los parlantes en plan Lucky Luke. La acústico-instrumental "Midnight Express" (Waiting For The Punchline, 1995) y "Cupid's Dead" (1992) fueron dos de los temazos más esperados de la noche, que cerraron la segunda parte y final del concierto.

Gary saludando a la gallada

Un generoso reparto de uñetas y baquetas hacia las primeras dos filas de la cancha (nuestra ubicación) despidió los últimos cinco temas de la noche, acelerando la dinámica de los empujones. Tristemente no pude rescatar ninguno de aquellos souvenires, pero me conforma el hecho de haber estrechado las manos de Pat, Gary y Nuno, quienes amablemente despidieron al público pasadas las 0:30 hrs.

Tampoco olvidaré la terrible cara de Nuno quien por poco me golpea cuando pretendiendo registrar el momento en cámara estiré más de la cuenta su mano. Let my fucking fingers, fueron las palabras dedicadas por aquel dios de la guitarra a este anónimo y sudaca fan.

Midnight Express

sábado, 16 de mayo de 2015

Long Live Ronnie James Dio!


Una mágica coincidencia quiso que el día de hoy me levantara con ganas de escuchar uno de los clásicos más amados de mi colección de cd's: el doble disco Inferno: Last In Live (1998), ignorando que hoy precisamente se cumplen cinco años del deceso del maestro Ronnie James Dio, en mi opinión -y en la de muchos- el más grande vocalista y compositor que ha dado la historia del heavy metal y en lo personal: uno de mis tres músicos favoritos, junto con Phil Lynott y Freddie Mercury.

Será este recuerdo el que impulse un nuevo comienzo para La Religión del Rock Pesado tras muchos años de receso. Hombre carismático y humilde, Dio superó la pobreza y por medio de su arte trascendió la vida misma, enfrentándola a través de metáforas como el guerrero que encara dragones o la búsqueda de un arcoiris en medio de la oscuridad: poesía en el más profundo sentido, aplicada a un género músical que en los últimos años -lamentablemente- ha perdido referentes e identidad.

domingo, 29 de marzo de 2015

Un registro invaluable


Del 24 a 27 de agosto del año 1984, se celebró en West Yorkshire (Inglaterra) la segunda edición del Nostell Priory Music Festival, evento de rock abierto en el que tocaron los emblemáticos conjuntos Steppenwolf (hard rock/EE.UU.), Steeleye Span (folk/Inglaterra), The Damned (punk/Inglaterra), The Band (folk rock/Canadá) y unos recientemente formados Grand Slam (heavy metal/Irlanda), banda certificada en el atractivo de ser liderada por el mítico bajista de Thin Lizzy, Phil Lynott.

31 años después, el registro completo de la presentación (en una calidad mejor que regular) nos llega vía YouTube, cortesía de Dickymint62. Un estupendo bootleg que compendia clásicos de Thin Lizzy con premisas de Grand Slam y composiciones del Lynott solista como "Yellow Pearl" (experimento synthpop a la Devo), "Nineteen" y una versión de "Lonely Hearts" mezclada con la introducción del "Everybreath You Take" de The Police, además de temas inusualmente tocados en directo como "Military Man" (Gary Moore) y "Dedication". Simplemente maravilloso!

lunes, 2 de febrero de 2015

La Voz de los '80: Un canto mainstream contra la dictadura

Proscrita la oposición política en 1973, el trío san miguelino demostró en los '80 que el pop pudo ser tan peligroso al statu quo de la dictadura como una rebelión, un paro nacional o una guerrilla.

Es fácil ser rebelde cuando se vive en un país desarrollado y democrático, se cuenta con el seguro social y se vive sin miedo de represalias por parte del gobierno o alguno de sus múltiples agentes. No hace falta decir que aquella no fue precisamente la situación que vivió Chile entre 1973 y 1990, extenso periodo de enclaustramiento que contrastó con la liberación juvenil y los recambios culturales que habían germinando en los países de habla inglesa, justamente cuando estilos musicales (y de vida) como el punk ya habían prosperado y estaban amainando. 

La dictadura cortó de raíz varios años de tradición artística nacional, censuró, expatrió y hasta fusiló músicos (emblemático es el caso de Víctor Jara), echando tierra sobre las desarrolladas escenas del canto nuevo y el rock de la época, el cual ya se encontraba consolidado en conjuntos como Los Jaivas, Congreso (rock progresivo), Arena Movediza y Tumulto (hard rock) y hasta había florecido espectáculos memorables como el Festival de Piedra Roja de 1970. Ser rockero durante la intervención militar, fue sinónimo de estar en la cuerda floja, ponerse bajo sospecha en los cargos de "chascón", "hippie", "upeliento", "comunista" o cualquier otro rótulo prejuicioso que en léxico fascista, significase contrariar a la autoridad.

Resultado de la represión, de la censura y de los toques de queda, la escena musical chilena sufrió un revés y estancamiento considerables, lo cual ya de cara a los '80, impulsó un excesivo interés por el pop internacional, liderado por las bandas new wave y los conjuntos trasandinos del llamado "rock latino" (Miguel Abuelo, Miguel Mateos, Virus, Soda Stereo, GIT...) que no era más que una versión castellanizada de la new wave y del pop-rock de la época.

Bajo ese contexto ochentero, una ignorada banda san miguelina de punk rock: los Vinchucas (formada en 1978), decide cambiar su nombre por el de "Los Prisioneros" en irónica referencia a la convulsión política del país. Hasta la salida de su primer disco, el trío liderado por el genial Jorge González se curtió tocando en gimnasios municipales y eventos universitarios, haciendo un giro del punk rebelde y virulento al pop/new wave sarcástico y contestatario, que en una misma canción a la par de hacerte corear y bailar, lograba instaurar en las audiencias tópicos políticos y de crítica social que cuestionaban el sistema económico y la estructura gobernante.

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Discografía oficial de Los Prisioneros. Sus últimos dos discos de estudio: Los Prisioneros (2003) y Manzana (2004) no son más que una desafortunada apuesta comercial, ajena al espíritu original de la banda.

Tras el lanzamiento del álbum La Voz de Los '80 en 1984, es factible decir que comienza una re apertura del rock, de la música y de las artes nacionales en general, que ya no se reconocieron desterradas del "nuevo Chile" que pretendía construir la dictadura. La música de Los Prisioneros, cargada de vieja actitud punk y de la inspiración de The Clash, se sumó al sistema y utilizó en su favor las señales del mercado, para hacerse ampliamente populares, y así atacar impunemente canción por canción y disco tras disco al enemigo de las libertades civiles, a fuerza de rock rítmico simplón o bases electrónicas, las cuales comienzan a desplegar más abiertamente en su segundo LP Pateando Piedras (1986).

Ni mohicanos, ni gruesas cadenas, ni pesadas botas militares formaron parte en la presentación de Los Prisioneros y de haberlo hecho, habrían quitado fuerza y credibilidad a su propuesta de recuperar el espíritu popular no sólo de la música sino de todo el acontecer nacional capturado por garras esnobistas y voladeros de luces capitalistas, que pululaban en torno de un régimen que había exacerbado las diferencias de clase hasta vendernos la idea de que "el populacho" no era capaz de generar cultura ni de autogobernarse.

En un Chile patético donde una nueva clase de oligarcas, comenzaban a repartirse la torta con beneplácito del Estado y no del mercado y emergía una especie de mesianismo en torno de un grupo de pelotudos llamados los "Chicago Boys", bienvenida era la música de Los Prisioneros para agregar color y despertar las consciencias de un país dormitado y temeroso de defender sus derechos. La (primera) disolución de la banda coincide con el cese de la dictadura y el retorno a la democracia, cerrando el ciclo el álbum new romantic Corazones (1990). Reseña de todo esto es que el verdadero impulso artístico punk no colapsa en épocas de crisis, sino que al parecer se hace más fuerte y cobra un particular sentido cuando define un rival, un muro contra el cual escupir.

jueves, 15 de enero de 2015

Gato Inmortal


A 12 años de la muerte de Eduardo "Gato" Alquinta, tributamos su memoria en LRDRP, recordándolo como el más grande ícono del rock nacional. 

La voz de Los Jaivas -quien hoy tendría 70 años- llevó a lo más alto la música de nuestro país, compactando una maravillosa fusión de música andina y latinoamericana con rock progresivo, poesía, sangre mestiza y alma hippie, que calza muy bien en la descripción que los propios Jaivas hicieron alguna vez de su música: "una cruza entre Violeta Parra y Jimi Hendrix". Gran compositor y frontman, el Gato Alquinta fue trovador de vida y mensajero de libertad, un guerrillero sin más armas en las manos que la guitarra eléctrica, el charango, la quena y la trutruca, instrumentos con los cuales hizo gala de lo propio y lo adoptó a lo universal.

Sobre Los Jaivas, una de mis bandas favoritas, escribiré mucho más en el futuro, pero hoy sólo bastan estas pocas líneas para recordar y conectarse con el más grande músico, compositor y frontman de la historia musical chilena, el porteño que conquistó las Alturas del Machu Picchu (1981) y cantó a los mil vientos que es un hijo de esta tierra.

domingo, 4 de enero de 2015

Philip Parris Lynott


Arrancamos el 2015 en La Religión del Rock Pesado, con el recuerdo de uno de los más grandes íconos de Irlanda, mi músico favorito y alma de Thin Lizzy, quien colgó el bajo un día como hoy hace ya 29 años.

La mitad de mi vida he sido fan de Thin Lizzy, sobre la banda y sobre su impar frontman he escrito varias columnas para blogs e e-zines, algunas que no llegaron a ser publicadas. Pienso que Lynott es uno de los músicos más completos en la historia del rock: sensible, culto, inteligente, poético y a la vez un rockstar peligroso y autodestructivo, rara mezcla que al final de sus días resultó ser contraindicativa.

Como muchos de sus contemporáneos, Lynott glorificaba al más grande músico de color de la historia: Jimi Hendrix y los Stones eran su influencia de cabecera, también es manifiesto que sus composiciones (tanto lo que desarrolló en Thin Lizzy como en solitario) fueron muy deudoras de Bob Dylan y Van Morrison, vale decir de aquella veta poética del rock que en el caso de los primeros tres álbumes de Thin Lizzy nos sumerge en los más profundos arquetipos irlandeses, en el apego por la tierra y la tradición cristiano-celta. Sólo me basta escuchar canciones como "Dublín" y "Old Town" para compenetrarme con el Phil Lynott más auténtico, uno que emociona hasta las lágrimas.

Sin necesidad de explayarme mucho más, comparto con ustedes vida, obra y curiosidades del gran Phil Lynott en un especial foto-biográfico.

lunes, 29 de diciembre de 2014

Ramones 4EVER


2014 fue el año en que se completó lo que algunos llaman la "maldición de The Ramones", en julio de este año falleció el último de sus miembros fundadores: el batero Tommy Ramone, víctima de un cáncer al igual que sus compañeros Joey y Johnny. La banda pionera del punk es ahora un recuerdo, aunque  muy vigente por lo demás en la cultura pop y en el inconsciente colectivo. Cada vez son más las personas de todas las edades que lucen poleras con el célebre logo, y en la música no son pocos los nuevos conjuntos que como Vivian Girls, Arcade Fire y Teenage Bottlerocket, captan jóvenes audiencias reproduciendo los enérgicos beats de The Ramones desde muy diversas aristas musicales.

Ramones son los Stones neoyorkinos que reverenciaremos por siempre, simples y efectivos, ruidosos y divertidos, una banda influyente como pocas que pese a no triunfar como merecían en su propia patria, cosechó éxitos en el mundo entero, llenaron estadios en lugares tan lejanos como Japón, Brasil y Argentina e irradiaron su sonido a un amplio espectro de artistas que van desde la new wave al thrash metal, por lo conocido bandas tan diversas como U2, Buzzcocks, NOFX, Black Flag, Pixies, Sex Pistols, Beastie Boys, Garbage, Motörhead, Red Hot Chili Peppers, Green Day, Foo Fighters, Cro-Mags, Pearl Jam, Propaghandi, Six Feet Under, The Offspring, Soundgarden, Faith No More, Metallica, Bad Religion, The Clash, etcétera.

Hoy los queremos recordar en LRDRP, repasando brevemente la biografía de sus integrantes originales.


JOHNNY RAMONE 
(8 Oct 1948 - 15 Sep 2004)


John William Cummings fue el líder indiscutido de The Ramones, un tipo de carácter fuerte y cara de pocos amigos. La parquedad de Johnny mantuvo unida a la banda durante 22 años, sobreponiéndose a la volátil personalidad de Joey y a las disfuncionalidades de Dee Dee. Johnny es en gran medida el responsable del concepto de la banda, artífice del republicano logo y de la uniformidad -cuasi militarizada- que representaba la estética de chaquetas negras, bluejeans y cortes de pelo beatleanianos que inmortalizó a Ramones a fines de los '70.

Este fanático de Elvis Presley -a quién dedicó una habitación entera con su colección de discos y objetos- emergió de los suburbios del Bronx, transformando paulatinamente su carácter pendenciero en dotes de liderazgo, gracias a él Ramones pasó a ser de una banda de amigos a una empresa, destacada por todo, menos por sus relaciones interpersonales.

Curiosamente, Johnny contradijo todos los clishés punk: era un destacado conservador, fiel al partido Republicano y acérrimo del presidente George W. Bush. Aún así, fue y será siempre uno de los integrantes más admirados y queridos de The Ramones, al extremo que -por ejemplo- el británico Morrisey declaró que desea ser sepultado al lado de los restos de Johnny, quien pese a su reconocido malhumor, tuvo grandes amigos y seguidores como Lemmy (Motörhead), Eddie Vedder (Pearl Jam) y Joe Strummer (The Clash). 

La historia negra de The Ramones, destaca sobremanera sus tendencias políticas de ultraderecha y el hecho de que le levantó la novia a Joey (Linda Ramone) y terminó casado con ella, socavando el orgullo de su ex amigo y destruyendo todas las cordialidades en la banda, sin embargo Johnny fue el elemento racional y el cemento que unificó a un grupo de junkies que de no haber contado con su presencia, habría terminado como otros tantos grupos del medio: disueltos y olvidados luego de un par de años.


JOEY RAMONE 
(19 May 1951 - 15 Abr 2001)


Jeffrey Ross Hyman fue el alma romántica de The Ramones, dueño de una sensibilidad un tanto más hippie que punky y compositor de las grandes baladas como "I Want Around You", "She's the One" y "She talks to Rainbows" entre muchas otras. Se decía de Joey que era demasiado tímido, retraído, enfermizo y paranoico, un verdadero niño en el cuerpo de un gigante de dos metros de altura, afectado por el síndrome de Marfan (causal de su físico desgarbado), cabello largo y unas gafas de sol que jamás se quitaba.

En cuanto a tendencias políticas, Joey era la contraparte del "facho" Johnny, quien tras robarle a su novia Linda en los '80, se convirtió en su enemigo (dedica a Johnny el tema "The KKK took my baby Away": "El Ku Klux Klan se llevó a mi novia lejos"), luego de ello jamás volvió a tener una relación sólida con ninguna mujer. Joey se reconocía así mismo como demócrata, liberal y pacifista y como todo buen judío de Nueva York, en sus últimos años mostró interés también por la política norteamericana en Medio Oriente.

Fanático por partes iguales del espiritual John Lennon y del irreverente Mick Jagger, la vida y obra de Joey Ramone exhibió todo tipo de contradicciones, pese a que su impronta de rockero no desterró del todo su gusto por la música pop y las palpables influencias de artistas como The Ronettes, The Beach Boys y The Troggs, exhibidas ampliamente en el álbum de 1980 The End Of Century (producido por el legendario Phil Spector). En su rol de frontman, reconció también las influencias de Alice Cooper, Iggy Pop y Jim Morrison.

Joey fue el primer Ramone en fallecer el año 2001, afectado por un linfoma. Por lejos el integrante más querido y tributado de la banda. U2, Blondie, Brant Bjork, Helen Love y otros tantos conjuntos le han dedicado temas póstumos.


DEE DEE RAMONE
(18 Sep 1951 - 5 Jun 2002)


Douglas Gleen Colvin, no hay duda que caiga, fue el tipo más divertido, creativo, arrebatado y  junkie de The Ramones, un punky por excelencia además de principal compositor del cuarteto neoyorkino. En cuanto a géneros, Dee Dee fue quien optó por adaptar las influencias más tóxicas, destacando la música de artistas como New York Dolls, The Stooges y MC5.

Se comenta que llevaba por el mal camino al influenciable Joey y que su descontrol, despilfarro y anarquista existencia tendían a desesperar al rígido Johnny, aún así Dee Dee se las arreglaba para hacer lo que quería y sus canciones inspiradas en una vida peligrosa, llena de drogas, amores psicópatas, peleas de bar y problemas con la autoridad, lograban ser -en apenas un par de estrofas muy repetitivas- la esencia misma de The Ramones.

Dee Dee murió como vivió: reventado en drogas. Una sobredósis de heroína terminó con sus días en junio de 2002. La muerte de Joey, un año antes, lo había deprimido al punto de agudizar su dependencia a las drogas duras. En 1989 Dee Dee fue desvinculado de The Ramones por el propio Johnny, aburrido de sus escándalos, impuntualidades y falta de compromiso con la banda, aquello dió pauta para que experimentara nuevas aventuras en solitario, primero bajo el apelativo de "Dee Dee King", mezclando rock con rap y luego acompañado de distintas formaciones, entre las que destaca The Ramainz, un tributo a sus propias creaciones en compañía del incombustible batero Marky Ramone y de su última novia, la argentina Barbara Zampini.


TOMMY RAMONE
(29 Ene 1952 - 11 Jul 2014)


Nacido en Hungría y de orígen judío, Tamas Erdélyi fue el baterista inicial de The Ramones, un sujeto cuyo único pecado fue no caer en gracia al complicado Johnny, quien se las arregló para sacarlo en 1978. Pese a no ser un gran baterista, Tommy instauró el sonido de The Ramones (y de rebote, de todo el punk), basado fundamentalmente en el ritmo de los tarros, constituyendo una base que suena de continuo tema a tema, especialmente durante los conciertos.

Tommy vuelve a relacionarse con The Ramones en 1984, como productor de su octava placa Too Tought to Die, pero no logra trascender a la siguiente ni ganarse la confianza del acerbo Johnny. Más allá de sus innovaciones en la batería, sus aportes también son valorados en el terreno compositivo, siendo el autor de clásicos como "I Wanna Be Your Boyfriend" y del hímno ramoniano "Blitzkrieg Bop".

Tommy perdió en junio de este año una larga batalla contra el cáncer biliar. Como cuarto miembro de los Ramones originales, su muerte marca el fin de la leyenda.


LOS OTROS RAMONES

Marky Ramone (15 Jul 1956): Tras la presionada salida de Tommy, llega en su reemplazo Mark Steven Bell, un batero proveniente del mundo del hard rock, miembro del power trío Dust. Marky será el batero más omnipresente en la historia de The Ramones, un músico de gran nivel que tuvo que amoldarse al estílo punk y a las pocas cualidades musicales de sus compañeros. En los últimos diez años, Marky ha sacado partido y obtenido buenos réditos al hecho de haber sido un "Ramone", tocando los clásicos del conjunto  en escenarios de todo el planeta, acompañado de incontables artistas, entre ellos el genial Andrew W.K.

Marky tuvo trayectoria de sobra, para ser reconocido como "el último Ramone vivo", hoy por hoy es la llama olímpica que mantiene vigente el espíritu de los neoyorkinos.

CJ Ramone (8 Oct 1965): Cristopher Joseph Ward, fue el reemplazo de Dee Dee en los '90, un chico con gran potencial que tocaba bien el bajo, cantaba fuerte en los coros y recordaba en algo la actitud indómita del gran Dee Dee, sin embargo, pese a todo, no fue más que un reemplazo y Johnny se lo hizo notar.

Richie Ramone (11 Ago 1957): A mediados de los '80 -cuenta la leyenda- Johnny se aburrió de Marky por sus reiterados problemas con la bebida, despidiéndolo de la banda y realizando inmediato un casting que arrojó desde el anonimato a Richard Reinhardt, en adelante "Richie Ramone". Richie era un sujeto fornido y de buena apariencia que además le daba duro a los tarros y tenía una elegancia que robaba protagonismo, tal vez por esa misma razón Johnny terminara presionando su salida, la que a su vez fue aprovechada por Marky para regresar y ya nunca más dejar de ser un Ramone.

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