Los eternos "bad boys" de Boston, banda curtida hace cuatro décadas en la señera cruza entre Led Zeppelin y los Stones, entre el rhym & blues y los excesos de todo tipo, el mito y la fama, parecen cada vez más impasibles a la barrera de la edad y la condena del tiempo. Hace sólo un año presenciamos un extenso culebrón de dimes y diretes entre el lead guitar Joe Perry y el frontman Steven Tyler, quien en la actualidad y con 63 años reparte su vida entre las presentaciones de Aerosmith por el mundo y su función de jurado en American Idol. Pese a todos los problemas que en su momento pudieron adelantar el fin de una de las bandas más históricas del rock 'n' roll, los tipos salieron del embrollo y hasta se dieron tiempo de visitar Sudamérica, gestión que repetirán el mes de octubre.
Reflejo de esta vitalidad latente y reforzada, el pasado martes la banda ingresó a su estudio de Massachusetts para comenzar las grabaciones de un nuevo disco que promete ampliar el repertorio congelado hace 10 años, tras la salida del prodigioso Just Push Play (2001).
Reflejo de esta vitalidad latente y reforzada, el pasado martes la banda ingresó a su estudio de Massachusetts para comenzar las grabaciones de un nuevo disco que promete ampliar el repertorio congelado hace 10 años, tras la salida del prodigioso Just Push Play (2001).
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