Caminante no hay camino... esa es toda una certeza.
No hay vida que se haga al largo plazo sino en el día a día
en la superación de dificultades y con espectativas en mente.
Este viaje no va más allá de la finitud de la vida y termina con la muerte.
Cada estación es una edad distinta, cada arruga, una cicatríz hecha en el camino.
Caminamos solos por lugares donde toda compañía es pasajera,
los amigos, la familia, el amor... nada, absolutamente nada llega a ser eterno,
mucho menos la propia vida.
Estos son también mis parajes,
las penas los baches que no me detienen,
el destino un lugar incierto,
el alcohol y el sexo sólo algunos vicios.
Estoy aquí, estoy perdido,
en medio de un camino recto,
en busqueda de una gran posada,
para luego seguir avanzando como todo un pasajero.
Aquí que acumulé conquistas,
acumulé buenas y malas experiencias,
acumulé odio y compasión,
acumulé amor y desamor,
acumulé y eliminé amigos,
hice y deshice mundos,
ayudé a construír sueños y destruí algunos otros,
incluyendo también los propios.
Así también será tu camino, como todo camino en la vida
y aunque te cruces con miles, sólo irás en compañía de quien desees,
por que la vida no fue hecha para vivirla en colectivo,
familia y núcleo son muchas veces barreras que entorpecen
Buscar un camino, es decidir tu destino...
Pero sé consciente
adelante ya no hay quien te espere,
ni habrá consuelos,
ni un cielo que no se alcance sin voluntad ni fuerza propia,
este viaje está copado de experiencias,
a encontrar mil llaves para mil puertas que aún no han sido abiertas.
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