Muy atrás quedaron aquellos años en que los sectarios de los distintos subgéneros del rock (metal, grunge, punk, progresivo, clásico, etcétera) nos atrincherábamos y declarábamos mutuamente la guerra, sin cometer jamás el "sacrilegio" de apelar a los puntos de convergencia estilísticos. La nueva era de las "superbandas" anuló en gran parte tan antojadiza secesión, desembocando en una especie de moda o tendencia que con el tiempo se ha reflejado más inclinada al negocio que a las verdaderas inquietudes artísticas.
Como sea, bienvenidas sean siempre estas energías eclécticas, experimentales y renovadoras que toda vez que engloban un desafío para los músicos, son también una oportunidad de reencantar a su público desde los resquicios de una industria musical poco osada, cuya tendencia a monotonizar el producto de las bandas, es hacia dentro altamente rentable, más hacia fuera ya un tanto exasperante.
2012 se nos anuncia tempranamente como la profundización de la tendencia. Por un lado tenemos la noticia de que el guitarrista John Sykes (Thin Lizzy, Blue Murder, Tygers Of Pang Tang) abandonó el proyecto que desde 2011 lo tenía grabando temas en estudio junto al baterísta Mike Portnoy (ex Dream Theater) y el virtuoso del bajo Billy Sheehan. Ni tontos ni perezosos, los viudos musicales habrían encontrado suplente en el excelso guitarrista Ritchie Kotzen, preparándose para reversionar en estos días los temas ya grabados con Sykes. El sonido que la banda espera conseguir, es una combinación ganadora entre Led Zeppelin, Black Sabbath, Deep Purple y Pink Floyd, todo bajo el tradicional y potente formato de power trío virtuoso.
Por otro lado, el ex-Nirvana y actual frontman de Foo Fighters: Dave Grohl, se unió al vocalista de Slipknot/Stone Sour, Corey Taylor para dar vida a un nuevo proyecto del que aún no se tiene mucha claridad. Algunos ya hablan de nueva banda y otros de un segundo álbum de Probot o una especie de Roadrunner United con distintas figuras del hard rock y metal, entre las que se escuchó rumorear también el nombre del maestro Ozzy Osbourne. No estamos claros de cuál será el destino de este proyecto, lo que sí es probable es que algo tenga que ver con el reciente anuncio de una sociedad entre Grohl y los miembros de Ratt: Stephen Percy y Warren DeMartini.
Como sea, bienvenidas sean siempre estas energías eclécticas, experimentales y renovadoras que toda vez que engloban un desafío para los músicos, son también una oportunidad de reencantar a su público desde los resquicios de una industria musical poco osada, cuya tendencia a monotonizar el producto de las bandas, es hacia dentro altamente rentable, más hacia fuera ya un tanto exasperante.
2012 se nos anuncia tempranamente como la profundización de la tendencia. Por un lado tenemos la noticia de que el guitarrista John Sykes (Thin Lizzy, Blue Murder, Tygers Of Pang Tang) abandonó el proyecto que desde 2011 lo tenía grabando temas en estudio junto al baterísta Mike Portnoy (ex Dream Theater) y el virtuoso del bajo Billy Sheehan. Ni tontos ni perezosos, los viudos musicales habrían encontrado suplente en el excelso guitarrista Ritchie Kotzen, preparándose para reversionar en estos días los temas ya grabados con Sykes. El sonido que la banda espera conseguir, es una combinación ganadora entre Led Zeppelin, Black Sabbath, Deep Purple y Pink Floyd, todo bajo el tradicional y potente formato de power trío virtuoso.
Por otro lado, el ex-Nirvana y actual frontman de Foo Fighters: Dave Grohl, se unió al vocalista de Slipknot/Stone Sour, Corey Taylor para dar vida a un nuevo proyecto del que aún no se tiene mucha claridad. Algunos ya hablan de nueva banda y otros de un segundo álbum de Probot o una especie de Roadrunner United con distintas figuras del hard rock y metal, entre las que se escuchó rumorear también el nombre del maestro Ozzy Osbourne. No estamos claros de cuál será el destino de este proyecto, lo que sí es probable es que algo tenga que ver con el reciente anuncio de una sociedad entre Grohl y los miembros de Ratt: Stephen Percy y Warren DeMartini.
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