................ Caleb Scofield (voz, bajo, guitarras)
................ Adam McGrath (voz, guitarra, piano)
................ John Conners (batería, percusión, voces)
TRACKLIST
1. "White Silence"
2. "Serpents"
3. "Sing My Loves"
4. "Vicious Circles"
5. "Centered"
6. "Summit Fever"
7. "Heartbreaks, Earthquakes"
8. "Iron Decibels"
9. "Reanimation"
Quinta placa de los experimentalistas Cave In, hoy por hoy todo unos veteranos de culto, quienes a la par de conjuntos como Korn, Prong, Helmet y White Zombie dieron nuevo auge a la escena norteamericana del heavy rock desde mediados de los '90.
En su poco más de media hora de música, White Silence es un disco que desquiciaría a cualquier purista, una confusión entre elementos provenientes del hardcore, noise, metal extremo, post-rock y psicodelia que logra transportar tu imaginación hacia todas direcciones, haciéndote saborear los más dispares matices en una experiencia cuasi esquizoide.
En su poco más de media hora de música, White Silence es un disco que desquiciaría a cualquier purista, una confusión entre elementos provenientes del hardcore, noise, metal extremo, post-rock y psicodelia que logra transportar tu imaginación hacia todas direcciones, haciéndote saborear los más dispares matices en una experiencia cuasi esquizoide.
Para darles una impresión de lo que encontrarán en esta nueva placa antes de que se aventuren a obtenerla por sus propios medios, yo diría que es como una especie de cóctel entre las vanguardias de The Dillinger Escape Plan, Deftones, Coalesce, Sonic Youth, Refused, Hawkwind y Radiohead, fórmula a la que se acerca un buen puñado de bandas actuales, aunque bien lograda y matizada como en el caso de White Silence, es capaz de atraparte a la primera escucha.
El álbum abre con "White Silence", tema que da nombre al disco: una ruidosa e hipnótica pieza, entre el noise rock y drone doom, con abuso de distorsión fuzz y un riff repetitivo que se te instala fácilmente en la cabeza. Los temas que le siguen son un pelo más radicales: "Sing My Loves", el más extenso de todo el disco (8:18 minutos), una rarífica conjución de elementos, desde la apertura noisy y un gran ritmo de batería, pasando por guitarras muy heavies y una atmósfera general más melódico-progresiva aunque igualmente caótica, por su parte "Serpents" y "Vicious Circle" son death metal en estado puro, a diferencia del quinto track "Centered" que hace acopio de las influencias screamo y "Summit Fever" que trae al recuerdo el complejo estílo de Snapcase.
A partir del séptimo track: "Heartbreak, Earthqueakes", se aplacan las voces guturales y el caos instrumental para dar paso a tres cuidados temas de rock progresivo. "Heartbreak, Eartquakes" en particular, es una grandiosa pieza de space rock en la más pura tradición revivalista de Radiohead, lo mismo "Iron Decibels" que exhibe cierto toque beatleaniano. El tema de cierre, y por cierto mi favorito de todo el disco: "Reanimation", es una regresión a las más artísticas canciones de los Pink Floyd del periodo The Wall, con un complejo desarrollo instrumental y la delicadeza compositiva que parece haber quedado congelada en los '70.
En general no soy muy amigo del empleo de etiquetas tales como math rock, math metal, mathcore, avant-metal, post-harcore, post-metal, etcétera que en más de algún caso podrían calzar a la perfección en la propuesta de Cave In y de este álbum en particular, prefiero alumbrar los condimentos trascendentes que hacen de este disco un trabajo atemporal y lleno de musicalidad a pesar de que muchos podrían considerarlo también incomulgable. Yo en lo personal lo evalúo con un máximo de 10 puntos y sin reparos puedo anticipar que será uno de los grandes discos del 2011 o al menos desde aquí se impone una nueva vara.
A partir del séptimo track: "Heartbreak, Earthqueakes", se aplacan las voces guturales y el caos instrumental para dar paso a tres cuidados temas de rock progresivo. "Heartbreak, Eartquakes" en particular, es una grandiosa pieza de space rock en la más pura tradición revivalista de Radiohead, lo mismo "Iron Decibels" que exhibe cierto toque beatleaniano. El tema de cierre, y por cierto mi favorito de todo el disco: "Reanimation", es una regresión a las más artísticas canciones de los Pink Floyd del periodo The Wall, con un complejo desarrollo instrumental y la delicadeza compositiva que parece haber quedado congelada en los '70.
En general no soy muy amigo del empleo de etiquetas tales como math rock, math metal, mathcore, avant-metal, post-harcore, post-metal, etcétera que en más de algún caso podrían calzar a la perfección en la propuesta de Cave In y de este álbum en particular, prefiero alumbrar los condimentos trascendentes que hacen de este disco un trabajo atemporal y lleno de musicalidad a pesar de que muchos podrían considerarlo también incomulgable. Yo en lo personal lo evalúo con un máximo de 10 puntos y sin reparos puedo anticipar que será uno de los grandes discos del 2011 o al menos desde aquí se impone una nueva vara.
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