Variados mitos e historias extrañas han ligado desde sus inicios al rock metálico con el satanismo, desde la manifiesta veneración de Jimmy Page y John Bonham (Led Zeppelin) a la delirante figura del mago y satanista Aleister Crowley - a quien por cierto el propio Ozzy Osbourne le dedicara un tema en los ochenta - a todo lo que conocemos sobre sacrificios animales y humanos, quema de Iglesias e inclúso canibalismo entre los más acérrimos y ortodoxos seguidores del black metal.
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Los orígenes de esta supuesta relación son inclúso anteriores a la existencia del rock pesado y se germinó en los años cincuenta de la mano de ciertas asociaciones conservadoras, moralistas y religiosas de los EEUU que vieron con recelo el ascenso de artistas como Elvis y Little Richard, considerados una pésima influencia para la juventud ejemplar que esperaban perpetuar. Fueron estas mismas asociaciones las que les impusieron el rótulo de "satánicos" para frenar su avance en popularidad, sentenciando con el tiempo que la falsa acusación le diera mayor identidad y fuerza al rock venidero, pues era natural que un género que evoluciona constantemente sacara provecho y se marketeara con la acusación, emergiendo en la siguiente década hímnos alusivos al tema como "Sympathy for the Devil" de los Rolling Stones o mitos como aquel que ligaba el éxito de The Beatles con un supuesto "trato con el Diablo" de parte de su lider, John Lennon.
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Para cuando emergieron artistas de la talla de Alice Cooper o Black Sabbath, la que había sido en principio una pésima estrategia mediática de los detestables grupos conservadores y moralistas, se terminó convirtiendo en el mejor estandarte del movimiento musical que quisieron devastar. Al más puro estílo de los libros de Philip K. Dick, resulta bastante irónico el como los enemigos del rock terminaran por potenciarlo al achacarle sus propios miedos y demonios, y desde luego en adelante tendrían muchas ocasiones plausibles aquí y allá para seguir apuntándolo como el causante de todos los males de la sociedad, una de ellas, tal vez la más ejemplar (por ser uno de los primeros casos inquietantes conocidos) fue el asesinato de Gary Lauwer en manos del tipo de la foto: Ricky Kasso.
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El crimen ocurrió en Long Island, EEUU el año 1984, Kasso, un antisocial jóven ítalo-americano de 17 años, fanático del heavy metal y de bandas pioneras como AC/DC (como delata la fotografía del día de su arresto), KISS, Black Sabbath y Venom, habría dado muerte y no conforme con ello: acribillado a cuchillazos a Lauwer porque este no le confirmó ser adorador de Satán tal cual lo era él mismo. A pesar de que actuó en complicidad con otros dos jóvenes, fanáticos de la misma música y potenciales seguidores de la Iglesia de Satán, Kasso fue el único inculpado y terminó quitándose la vida en prisión poco tiempo después.
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El enigmático caso tomó un revuelo importante en el país del norte y se cuestionó fuertemente en el ojo público a esta música tan venerada como odiada, así mismo surgieron las primeras pistas de una conexión (siempre existente, pero débil) entre el metal y la filosofía institucionalizada de Anton LaVey, mejor conocido por el apodo de "Papa Negro", principal mentor de futuros personajes de esta música como Marilyn Manson y quien fuera sublimado durante décadas por gente que no tiene relación alguna con el satanismo, pero que rescata de sus ideas la revenida del código hammurabiano (la ley del "ojo por ojo") y preceptos ultra-liberales que no son para nada despreciables en materia de filosofía política.
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Ricky Kasso, también conocido como "The Acid King", por su fervor a los alucinógenos, no fue más que un loco, perturbado por las drogas y saturado de malas ideas sobre la música. El heavy metal fue menos culpable de sus desvaríos de lo que la religión lo es de los abusos cometidos por tantos sujetos que van por la vida dándoselas de "buenos elementos". Lo único cierto es que desquiciados hay en todas partes y los prejuicios en estos casos, no ayudan en nada. Tipos como Kasso al menos son trasparentes en demostrar sus trastornos de personalidad y con gente como ellos uno sabe a que atenerse, a diferencia de otros tantos agazapados que como el "Cura Tato", se muestran misericordes en público y de espaldas a la sociedad son capaces de actuar de la manera más miserable, cometiendo abusos de la peor calaña.
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Los orígenes de esta supuesta relación son inclúso anteriores a la existencia del rock pesado y se germinó en los años cincuenta de la mano de ciertas asociaciones conservadoras, moralistas y religiosas de los EEUU que vieron con recelo el ascenso de artistas como Elvis y Little Richard, considerados una pésima influencia para la juventud ejemplar que esperaban perpetuar. Fueron estas mismas asociaciones las que les impusieron el rótulo de "satánicos" para frenar su avance en popularidad, sentenciando con el tiempo que la falsa acusación le diera mayor identidad y fuerza al rock venidero, pues era natural que un género que evoluciona constantemente sacara provecho y se marketeara con la acusación, emergiendo en la siguiente década hímnos alusivos al tema como "Sympathy for the Devil" de los Rolling Stones o mitos como aquel que ligaba el éxito de The Beatles con un supuesto "trato con el Diablo" de parte de su lider, John Lennon.
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Para cuando emergieron artistas de la talla de Alice Cooper o Black Sabbath, la que había sido en principio una pésima estrategia mediática de los detestables grupos conservadores y moralistas, se terminó convirtiendo en el mejor estandarte del movimiento musical que quisieron devastar. Al más puro estílo de los libros de Philip K. Dick, resulta bastante irónico el como los enemigos del rock terminaran por potenciarlo al achacarle sus propios miedos y demonios, y desde luego en adelante tendrían muchas ocasiones plausibles aquí y allá para seguir apuntándolo como el causante de todos los males de la sociedad, una de ellas, tal vez la más ejemplar (por ser uno de los primeros casos inquietantes conocidos) fue el asesinato de Gary Lauwer en manos del tipo de la foto: Ricky Kasso.
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El crimen ocurrió en Long Island, EEUU el año 1984, Kasso, un antisocial jóven ítalo-americano de 17 años, fanático del heavy metal y de bandas pioneras como AC/DC (como delata la fotografía del día de su arresto), KISS, Black Sabbath y Venom, habría dado muerte y no conforme con ello: acribillado a cuchillazos a Lauwer porque este no le confirmó ser adorador de Satán tal cual lo era él mismo. A pesar de que actuó en complicidad con otros dos jóvenes, fanáticos de la misma música y potenciales seguidores de la Iglesia de Satán, Kasso fue el único inculpado y terminó quitándose la vida en prisión poco tiempo después.
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El enigmático caso tomó un revuelo importante en el país del norte y se cuestionó fuertemente en el ojo público a esta música tan venerada como odiada, así mismo surgieron las primeras pistas de una conexión (siempre existente, pero débil) entre el metal y la filosofía institucionalizada de Anton LaVey, mejor conocido por el apodo de "Papa Negro", principal mentor de futuros personajes de esta música como Marilyn Manson y quien fuera sublimado durante décadas por gente que no tiene relación alguna con el satanismo, pero que rescata de sus ideas la revenida del código hammurabiano (la ley del "ojo por ojo") y preceptos ultra-liberales que no son para nada despreciables en materia de filosofía política.
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Ricky Kasso, también conocido como "The Acid King", por su fervor a los alucinógenos, no fue más que un loco, perturbado por las drogas y saturado de malas ideas sobre la música. El heavy metal fue menos culpable de sus desvaríos de lo que la religión lo es de los abusos cometidos por tantos sujetos que van por la vida dándoselas de "buenos elementos". Lo único cierto es que desquiciados hay en todas partes y los prejuicios en estos casos, no ayudan en nada. Tipos como Kasso al menos son trasparentes en demostrar sus trastornos de personalidad y con gente como ellos uno sabe a que atenerse, a diferencia de otros tantos agazapados que como el "Cura Tato", se muestran misericordes en público y de espaldas a la sociedad son capaces de actuar de la manera más miserable, cometiendo abusos de la peor calaña.
2 comentarios:
Un q da para todo...el satanismo es sólo otra religión, tan absurda como todas las demás. A Anton La Vey lo respeto un poco más porq sus sociedades luciferinas no creen en hechos sobrenaturales, sino simplemente creen en una filosofía q exalta el individualismo. Por otro lado creo q las creencias de algunas bandas, sobretodo las anticristianas,influyen en el hecho de cuestionar la creencia en dioses y a las religiones organizadas...eso no es nada malo, al contrario, ha hecho q muchos chicos vayan ganándose su ateísmo a base de pensamiento crítico. En mi caso fue así y es algo q me hace amar más esta música...
Merry Christmas and Happy New Year, may all your wishes come true!
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