17 años de la partida de Freddie Mercury

Hoy 24 de noviembre de 2008, los queeneros del mundo recordamos con tristeza a uno de los más grandes íconos del rock y de la cultura pop en general. Probablemente durante años los fascinerosos sigan resaltando las condiciones que llevaron a Freddie Mercury a tan triste final a estas alturas en 1991 y continúen destacando las palabra SIDA y HOMOSEXUALIDAD, como dos grandes defectos y aberraciones del ser humano. Afortunadamente como contrapunto de toda esa manga de sensacionalistas y moralistas de segundo órden... la música es algo que no tiene ni estatus social, ni condición racial, ni mucho menos revisten importancia las tendencias sexuales de quienes la desarrollen - El rollo sexual es algo a lo que por lo general dan mayor importancia aquellos que tienen problemas con su propia definición, cosa común en muchos homofóbicos.

Pues bien, la música es libertad y en muchos sentidos Freddie Mercury así lo dejó demostrado. Es claro que su bisexualidad será siempre tema de discusión para algunos y es que Freddie Mercury al igual que Boy George, Cyndi Lauper, Madonna, Deborah Harry (de Blondie), George Michael y otros íconos de los ochenta, representa en mucho a esas minorías que - dicho bulgarmente - "patearon pa' los dos equipos", lo mismo que Rob Halford para los más metaleros. Un arcoiris en la música dura, en el rock.

Aún así, heteros como yo y el común de los mortales, amamos la música de Queen y valoramos a Freddie Mercury importándonos un pelo del orto como haya sido en su vida íntima, puesto que eso no tiene que ver con la música. Sin embargo debo reconocer que hay algo que me atrae del frontman Queen y que va más allá de sus virtudes compositivas, de su insuperable desplante escénico o de su gran voz y esto es el hecho de haber roto con el etnocentrismo en la música rock.

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Bien se sabe que Freddie Mercury era de orígen persa, nacido en un país africano y para remate criado en la India... algunos dirán "un hijo del tercer mundo" y no se equivocan, aunque de hecho al ser parsi la historia es algo más compleja y se puede decir que la casta de Freddie Mercury deciende directamente de los antiguos persas, del pueblo del Rey Darío ("rey de reyes de la raza aria") y toda una épica cuasi literaria de la que Mercury estaba totalmente consciente y bien lo refleja en su Princes Of The Universe, del soundtrack de Hightlander. Probablemente de ahí partía ese gran ego.

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Queen tenía una cuota de magia y eso algunos se lo atribuyen a la personalidad carismática y atrayente de Freddie Mercury, quien curiosamente profesaba el zoroastrismo, la llamada religión de los magos y la más antigua en la faz de la tierra. Como se evidencia, el mito, la historia y la grandilocuencia se unen en un solo punto y con más fuerza que nunca resurge una y otra vez la figura de Mercury como un gladiador histórico que resiste los embates del tiempo y se burla del olvido. Esa imaginería es la que sus fans eternos rescatamos, más allá de si fue o no una "loca" y otras virulencias que realmente no pueden importar menos, pero que serán siendo las escusas para que algunos sigan desconociendo la grandiosidad de este impar músico que se esfumó del tiempo hace 17 años, pero cuyo legado traspasará esta y otras cuantas generaciones.

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Al igual que el rey Darío que inmortalizo su gloria cuasi divina en una lápida de Persépolis (nótese In The Lap Of The Gods), Freddie Mercury perpetuó también su legado, recuperando el orgullo persa, orgullo de aquel pueblo perdido sobre el que hoy emerge una patria enferma.

La noticia del deceso en TVE (así la abordaron los medios sensacionalistas en 1991)

Queen + Liza Minnelli en el FM Tribute Concert de 1992