miércoles, 14 de noviembre de 2007

138 años del Capitán Nemo

Fué el personaje más mítico que brotó de la incomparable mente de Julio Verne, un hombre sin ley o mejor dicho, hecho para vivir bajo sus propias leyes. El oscuro defensor de los oprimidos, la pancarta subliminal (a veces no tanto) de Verne frente al imperialismo británico del siglo 19.

Autodenominado Capitán Nemo ("Capitán Nadie"), era el timonel de una monumental barcaza sumergible: el Nautilus, hecha para escapar del infierno en la tierra y vivir en libertad, pero también para hacer imposíble el libre tránsito de los navíos ingleses de la marina mercante y de piratas de esa nación.

Nemo, había sido un miembro importante de la nobleza india: el Principe Dakkar, sobrino de un héroe local y un noble adoctrinado bajo la máxima renacentista de la más completa integridad en artes, conocimientos, manejo de idiomas, entrenamiento físico, etc. Fue el ingeniero que diseñó el Nautilus, un poete arcade, un insuperable pianista, un experto en fauna marina, gran botánico, etc.

Entre los muchos misterios que lo envolvían, se contaba el de una vida marcada por la desgracia, que conoció en el momento de revelarse contra la dominación británica de la India, una actitud que terminó por llevarlo al destierro y perder a su mujer, hijos, demás familiares y amigos. De esta manera capacitado por sus conocimientos ingenieriles occidentales, se había ocultado en una isla junto a un grupo de científicos indios y expatriados revolucionarios a construír el colosal Nautilus que tendría entre sus muchas ventajas futuristas el implemento de la luz eléctrica a base de fósforo y otros carburos obtenidos del mar.

El Capitán Nemo hizo promesa de no volver jamás a tierra firme y comenzó de esta manera a internarse en el mar, a averiguar y comprobar por si mismo el sinúmero de misterios que este cubría: uno de ellos, el continente perdido de La Altántida. En su rol libertario, se dedicó tambien a rescatar tesoros perdidos encontrados en barcos hundidos para comenzar a repartirlos entre el resto de sociedades oprimidas, como eran por entónces los griegos (enemigos de los turcos) y sus propios compatriotas indios, la finalidad era armarlos para que pudieran derrotar a sus opresores extrangeros.

Personaje fantástico, lleno de virtudes y defectos (en ocasiones deplorables), Nemo no fue en absoluto una creación accidental del gran Verne, fue por el contrario un personaje muy bien ideado: con características políticas y pancartistas fuertes.

Si Nemo fuera un personaje real de hoy, lo más probable es que se hubiera parecido (en todo caso, muy de lejos) a un Bin Laden, y no es que su carta de odio frente al invasor imperialista se parezca mucho a las medidas del actual terrorismo (aunque tiene una semejanza cási profética en el acto de hundir barcos), pero sin duda hay por detrás un gran ideal que es transversal en la historia del Capitán Nemo a lo que muchos lectores vieron o quisieron ver reflejado: la inmortalidad moral de su propios próceres libertarios: O' Higgins, San Martín y Bolivar, para los latinoamericanos, Garibaldi para los italianos, George Washington para los norteamericanos y más recientemente Filip Vujanovic, primer presidente del Montenegro independiente.

Más que un inventado antagonista del antiguo imperialismo (no poco similar al actual), el Capitán Nemo debiera entenderse como un personaje de dimensiones épicas, un héroe de la causa imposíble, pero al fin y al cabo un héroe, no como un reaccionario ignorante, utopista y estúpido de los que hoy sobran en este continente y en el resto del mundo. Nemo es el core de una obra magistral de hace dos siglos que muchas veces debieramos rescatar para entender el sentido de muchas problemáticas humanas actuales e interpretar al personaje más allá de lo que es una entretenida historia. Creo que es una obra imprescindible para todo aquel metido en la sociología y en el mundo de la política que es mi campo particular.

Quitando un poco los distractores de lo que es una buena trama, es posíble llegar inclúso a un buen manuscrito de teoría política y explicar en la historia de Nemo tanto la intransigencia e impopularidad (en política internacional) de un Bin Laden como la de un George W. Bush, quien tiene muchas actitudes de un Capitán Nemo en crisis; al justificar la guerra en Iraq y Afganistán como liberalizadora y ejemplar, sin el tino ni el tacto suficiente para comprender lo contraproducente que estas pueden llegar a ser en el sistema internacional o en el prestigio del propio país. Está claro que en los tiempos de Verne, esta crítica apuntaba hacia las odiosidades entre las grandes potencias industriales tempranas y el tercer mundo asiático.

Para quienes no están metidos ni en el estudio de la política o de la sociología, la historia del Capitán Nemo reunida en VEINTE MIL LEGUAS DE VIAJE SUBMARINO y en LA ISLA MISTERIOSA (antesala de la serie LOST), esto no pasaría de ser una obra de ciencia ficción, aunque he tenido la oportunidad de hablar con muchos que ven reflejados en este texto los puntos cardinales de la complejidad humana, tan particularmente vista en las actitudes bipolares del Capitán Nemo (vengativo, benevolente, visceral, amable, etc.) como en la de los otros personajes importantes: Aronnax, Ned Land, Ciro Smith, Spillet, Pencroff, etc.

138 años son sin duda demasiados, Hollywood y la ciencia ficción sin sentido mataron muchas veces al Capitán Nemo al quitarle el carácter verdadero que Verne quizo imprimirle en 1869. Si eres de los que le da mil vueltas a las cosas y tratan de extraer sentido de las mismas, debieras revisar sin duda la colección de Verne y en especial los dos libros del Capitán Nemo.

Lo más destacable en las lecturas de Julio Verne, es que este autor sabía enriquecer de detalles muy interesantes las tramas de sus historias, muchas de las cuales envolvieron una crítica ácida que no debía ser visible de una manera directa y confrontacional. Se le considera el más grande autor de la ciencia ficción, pero entre los cientistas sociales, no falta aquel que lo concidere más realista que fantástico, coincidiendo muchos en las virtudes filosóficas del francés.

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NEMO IN ROCK


El alemán Michael Schenker (ex Scorpions y UFO), supo impregnarse de la épica de Nemo para componer esta estupenda instrumental que de paso nos invita también a viajar entre el aporte barroco del teclado y las perfecciones de la guitarra. Con esto podemos concluír que la novel obra de Verne tampoco es indifirente al productivo campo de la música, ni menos a la fábrica de sonidos del heavy metal.

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