Hace ya cinco años, un maldito loco (Nathan Gale) pasó a la historia por proyectar seis balazos en el cuerpo de Dimebag Darrell, expirando por siempre la genialidad de uno de los grandes adalides del heavy metal. Murió el ser humano, pero quedó inmortalizada la leyenda..
En el mismo día funesto, 24 años antes, otro imbécil: Mark David Chapman acabó con la vida de John Lennon, el gran ícono de la música popular y genio de The Beatles.
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Desde luego las leyendas no pueden morir, no al menos en el ideario colectivo. Dimebag seguirá siendo al heavy metal lo que Lennon es al rock clásico y a la subcultura hippie y ambos serán para el rock lo que Bach o Mozart son para la música clásica. Puede que pasen los siglos, pero la gente seguirá aclamándolos y hablando de ellos, como también de sus malditos verdugos que de la manera más indigna marcaron su nombre en la historia.
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Dimebag Lance Abbot, el gran guitarrista y amante del rock duro, músico avanzado y virtuoso que tuvo la maestría de aunar las influencias de Billy Gibbons (ZZ Top) y de Black Sabbath con el thrash metal, modernizando de paso el género e instalando un nuevo referente en sus más de dos décadas de trayectoria junto a Pantera, Damageplan y Rebel Meets Rebel. Otra gran estrella en el firmamento del rock & roll.
1 comentario:
jhon lenon golpeaba a yoko ono, aparte su musica era hipocrita y melosa..esta bien que muriera, dimebag no..
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