martes, 14 de julio de 2009

Marcelo Gac: Cuando la pasión supera el miedo al ridículo

Sin duda la calle es más que una simple plataforma de la civilidad; donde la lucha diaria por sobrevivir al trabajo, las transacciones, el contacto humano involuntario, el transporte, la contaminación, etcétera, se dan cita diariamente. La calle también testimonia nuestra cultura, la variedad de cosmovisiones y auna todo tipo de personalidades; desde desquiciados que viven de robarle a los transeúntes, a hombres y mujeres de negocios, pasando por turistas, vendedores, mendigos, oradores esquizofrénicos, encuestadores, sociólogos infiltrados y desde luego también, los artistas callejeros: artesanos, mimos, humoristas y músicos.

En esta última variedad, la de los músicos, cabe de todo y en las calles santiaguinas particularmente se puede ver desde imitadores de Illapu a cantantes de ópera, no siendo menos variopinta la diversidad de aquellos que se ganan la vida tocando en las micros. Donde los géneros urbanos van de la mano con la falta de medios y las muchas limitaciones de los músicos para hacer de su pasión algo más que una entretención pasajera en la vida de cientos de personas que los ven pasar simplemente, como a peculiares personajes.

Hace un par de semanas me llamó la atención el pequeño salto (si así se puede decir) a la fama más mediática de Marcelo Gac, un rockero de las micros que participó ultimamente en un programa de busca talentos (y personajes freakys) de la televisión, con talante más allá de sus capacidades y que hasta me hace preguntar: ¿cuál es la frontera entre la pasión y el miedo al ridículo? o finalmente ¿tiene la pasión algún límite?.

Marcelo Gac, como tantos amateur, claramente no es un gran músico, no toca bien la guitarra y no canta bien, pero tiene una convicción tan grande en lo que hace que por segundos convence y define un estílo. ¿No es acaso ese el verdero espíritu, la esencia del rock?. Sid Vicious, por ejemplo era un pésimo bajista, Lemmy Kilmister técnicamente canta mal, pero su voz es única y aclamada, lo mismo el gran Joey Ramone. Y hasta el propio Kurt Cobain lo dijo mejor: "Soy peor en lo que hago mejor. Y me siento bendecido por este don" (Smells Like Teen Spirit).
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Desafortunadamente en un país de chaqueteros la convicción es menos valorada que la virtud, y tipos como Marcelo Gac que golpean puertas y quieren llegar legítimamente más lejos se encuentran con un tremendo muro, que no conforme con amancillar sus potenciales los allana, los ridiculiza y los disminuye a la categoría de personajes. Nadie niega que solo y por determinación propia se sometió al aplacamiento de un público en esencia burlesco, mismo público incapáz de rescatar el que es tal véz el único valor trascendente de Gac: su actitud.
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Moraleja más que digerida: la televisión y el rock no son compatibles.

2 comentarios:

emilia dijo...

no es el gran musico ni que lo digan pro es todo espiritu!
gente asi merece oportunidad

Anónimo dijo...

ajajajaja debe estar un poco dopado pero porlomenos canta bien

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