Michael Jackson y el hard rock

M.J. + Eddie Van Halen

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En una semana extraña, en que el mundo de las comunicaciones continúa girando en torno a la vida y muerte de Michael Jackson, queda más que claro que el Rey del pop, ha pasado a convertirse en uno de tantos íconos controversiales de la historia, de esos que generarán por siempre reacciones de amor y odio en el ideario colectivo.

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Pero más allá de los cuestionamientos éticos, morales o judiciales en la figura de Jacko, si nos limitamos sólo la perspectiva musical, no hay absolutamente nada que opaque la genialidad de un tipo que en su momento se adelantó al mainstream y cambió para siempre la forma de hacer música, de aunar los estílos hasta transformarse en el máximo referente de la música pop.

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El concepto "pop" a diferencia de lo que cree el común de la gente, no sólo se limita a música simple y sintética, ligada al dance o excenta de una instrumentación tipo rock. Se aplica a toda banda, música o género demasiado digerible, comercial o radiable. Inclúso en los géneros del rock y del metal, hay bandas más pop que otras: por ejemplo AC/DC es una verdadera banda de hard rock, mientras que conjuntos como Mott The Hoople, Journey, Def Leppard o Bon Jovi, representan variaciones más pop o accesibles de aquel mismo género.

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Michael Jackson tuvo la particularidad de ser desde los años setenta, un artista comprometido con la generalidad más absoluta del género pop, en casi todas sus vertientes: funk, dance, soul, rock, gospel, r&b, disco e inclúso algo de rap, hip-hop y hasta cierta incursión en el hard rock de la mano de Slash en álbum Dangerous de 1991.

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Pero varios años ántes que Slash, otro virtuoso de la guitarra, el gran Eddie Van Halen había sido reclutado por Jackson para acompañarlo en parte de la gira mundial del álbum Thriller de 1982, la emblemática unión quedó registrada en un único tema, el movido "Beat It". Desde ese preciso momento Jackson comenzó a considerar las ventajas comerciales del rock y para los siguientes álbumes y giras mundiales se dió oportunidad de tocar con numerosos exponentes del género.

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El hito de "Beat It", fue rápidamente secundado, algunos artistas pop comenzaron a ser cada vez más jugados y adherir nuevos elementos de la música rock en sus canciones, uno de los ejemplos más estrafalarios es el de Prince, que hasta la actualidad, en medio de la mescolanza estilística que son sus álbumes, se da tiempo de meter algún track hard rockero que remonte sus influencias en Hendrix y Eddie Hazel.

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El repentino interés de los artistas poperos por las guitarras duras, se acrecentó mucho más trás el rotundo éxito mundial en el 91, del hit "Black or White" (único tema de MJ que concibo en el hard rock) potenciado por los riffs de Slash y que inició toda una reclutación de mercenarios rockeros y metaleros en el mundo del pop o al menos eso hicieron desde los noventa músicos tan consolidados como Madonna. Los ejemplo más patéticos de este giro, lo constituyen numeritos como "Moja Mi Corazón" de Marta Sanchez con la colaboración de Slash en los noventa, la penosa versión del "We Will Rock You" de Queen interpretada por Five con solos de Brian May o más recientemente el "Bringin' On The Heartbreak" de Def Leppard hechado a perder por Mariah Carey.

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Todo lo que en su momento fue un avance: el repentino enamoramiento del dance-pop por el rock duro, no tardó en estancarse y más temprano que tarde toda esa cruza comenzó a apestar, sin embargo ahí están "Beat It" y "Black or White", dos de los mejores temas de Michael Jackson, que recuerdan épocas de gran florecimiento musical, de un artista que traspasó fronteras estilísticas y que logró captar la atención tanto de fanáticos como de "no fanáticos" de la música pop.