El 2006, un programa de conversación de la tv abierta en Grecia, ubicó junto a un representante de la iglesia local ortodoxa (voz de la tradición y del conservadurismo religioso) a nada menos que la mismisima Tristessa de Astarte, la músico más famosa del black metal en su país y figura ligada al paganismo. Dos polos totalmente opuestos que pusieron cierto "aire denso" a una discusión sobre tendencias, dogmas y religión, a la vez que logaron disparar el pic de sintonía de aquel programa.
Inteligente maniobra previa al lanzamiento del disco Demonized, aunque la exquisita Tristessa tampoco salió excenta de cuestionamientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario