Aunque sólo recientemente tuve oportunidad de escuchar el poco vitoriado Saudades de Rock de los inmortales Extreme, debo reconocer que ya desde su anuncio, hace un buen tiempo, acumulé cierta desconfianza y recelo, no por el hecho de que la banda regresara, sino más bien por suponer que cualquier material nuevo, podría opacar la nostalgia y fascinación que hasta el día de hoy me provoca escuchar el insuperable Waiting Fot The Punchline, probablemente uno de los discos más subvalorados del rock/mainstream de los noventa y que claramente dió cátedra a muchos exponentes del grunge, conforme retomó todo el vigor del hard rock setentero, del cual esos grupos fueron herederos.
No es extraño que la banda de Gary y Nuno se haya convertido con el paso de los años, en una de mis mayores favoritas del clásico rock ochentero, mucho menos considerando que son estos los más aventajados discípulos de Queen, Van Halen, Led Zeppelin, Grand Funk y otros tantos conjuntos a los que tantas flores siempre tiro. En ellos se resumen 4 décadas de rock & roll: desde elementos beatlenianos a lo progresivo, el temprano heavy metal, el hard rock, funky, pop, glam y hasta algo de flamenco en los acordes de Nuno Bettencourt, que además de virtuoso es nacido en Portugal, lo que deja de ser un simple dato al ser los lusitanos excelentes músicos por naturaleza.
Con toda la chorrada ya dicha, no cabe duda de que el nombre del reciente disco: Saudades de rock, es ya de plano muy atractivo, después de todo estos tipos sí saben de rock y de buen rock (el clásico) como para proyectarse en nostalgias con el mismo y traernos toda una energía de antaño. La que sin embargo queda pequeña al lado de Waiting for the Punchline, el que para mí es uno de los mejores discos de la década pasada y del que temas como Cynical, Naked y No Respect quedarían por siempre en mi memoria, en una sincronía con el revival grungeoso y esos riffeos potentes que a ratos eran los de Extreme, para confundirse luego con la música de Pearl Jam, Soundgarden o a la de cualquier banda de la época. Realmente pocos pudieron imaginar en aquel tiempo que ese sería el giro de una banda que años ántes había eclipsado la escena glam metal, siendo anunciados como los nuevos Bon Jovi, puesto que estos también guardaban la apariencia de "latin lovers".
Siempre pensé que el Waiting for the Punchline sería la última placa de Extreme y hasta me resigné a eso, por lo que un nuevo material, facilitaba la decepción de caer en un abismo similar al que existe entre Made In Heaven y The Cosmos Rock, en el caso particular de Queen, una posibilidad totalmente extrapolable y de hecho no me sorprendieron ciertos comentarios previos (en páginas especializadas y blogs) a mi primera escucha del disco, que describieron Saudades como un trabajo decepcionante, cosa que estoy lejos de compartir.
Es cierto que tardé bastante tiempo en escuchar el disco, cosa de meses inclúso, pero si bien fue por precaverme de decepciones o por sentir cierta indiferencia, el tiro resultó salirme por la culata y la verdad es que hasta comienzo a rallarla un poco con el mismo, al punto de comentarlo en el blog. Saudades of Rock es un álbum sin desperdicio alguno, resume toda la música de Extreme en sus dos décadas de existencia, desde esos atisbos glameros de los primeros años, a lo más hard rockin' revival del Waiting.
Mis grandes favoritos: la queenera intro con Star, las rockerazas Confortably Numb (similar a Without You de Van Halen de la etapa Cherone), King of the Ladies, Learn To Love y Flower Man (muy moderno), la más bluesera Last Hour, el infaltable toque funky de Slide y Run, lo zepp de Sunrise, pero sobretodo la belleza de Peace (Saudade).- Un retorno impecable, en la más alta generalidad del rock 'n' roll y recuperando en su terreno, el groove, la armonía, la sensibilidad, todo en uno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario