Hace casi un año, hice un post similar a este (ver) en que me explayé sobre 10 de mis discos favoritos del hard rock de todos los tiempos, claro que la selección no me fue nada fácil y en cierto sentido también resultó bastante azarosa.
Ahora me repito un poco el plato, pero enfocándome esta vez en el true metal o heavy metal más tradicional y los que a continuación entro a describir desde mi fanatismo puro, son algunos de los discos más amados de mi fonoteca (al igual que sus respectivas bandas), los que ocupan un lugar especial en el corazón, en todos los casos consagrado tras años de escuchar reiteradamente, estas verdaderas obras del arte metálico.
Iron Maiden - Iron Maiden (1980)
Aunque nunca he sido un "fanático incondicional" de Iron Maiden, sí me reconozco una cierta inclinación hacia la era Di' Anno, probablemente por considerarla la más menácica y por que en mucho lograron reproducir esa furia punkie, más presente en los primeros años de la New Wave Of British Heavy Metal. El contraste entre los dos primeros discos de Maiden (este y Killers) con el Number Of The Beast es sugerente; en la etápa Di' Anno, se hace imposíble no tener en cuenta las evidentes influencias que grupos como Thin Lizzy denotan en la tripleta guitarrera y hasta en la forma de cantar de Paul Di' Anno, un sonido general menos épico y menos amable o sofisticado que lo que vendría años después con Bruce Dickinson al frente.
Ántes de destacar temas, demás está decir que todos y cada uno de ellos, son verdaderos clásicos que hasta el día de hoy suelen ser interpretados en vivo, quedando medianamente bien en la voz de Dickinson. Sin embargo un Strange World, la cuasi épica Remember Tomorrow con sus interesantes cambios de tempo o la instrumental Transylvania, son los que inmediatamente vienen la memoria cada vez que se hace referencia al disco, sin contar por supuesto al poderoso himno de la banda: Iron Maiden.
Más que un imprescindible, la vaca sagrada de todo buen metalero.
Ozzy Osbourne - Bark At The Moon (1983)
Para algunos es Ozzmosis, para otros el Blizzard of Ozz... para mí sin embargo, decidirme por mi disco favorito de Ozzy no es tarea fácil y aparte de los anteriormente mencionados, cuento al embolvente y sabbático Down To Heart del 2000, aunque de todas formas me sigo decantando por Bark At The Moon.
Quizás sea por que fue de los primeros discos que tuve del maestro junto con el álbum tributo a Randy Rhoads y el Diary of Madman, o quizás porque ahí están algunas de mis power ballads favoritas, no lo tengo muy claro, aunque otro de los puntos a favor es que este es un disco relativamente rápido y fácil de digerir, con temas contundentes, que reflejan toda la efectividad del metal ochentero, aunque más que metal este es un disco que ralla en el hard rock melódico.
La riffera y veloz Bark At The Moon, uno de esos clásicos invaluables del heavy metal, pone en escena a un Jake E. Lee más discipulo de Malmsteen o del propio Randy Rhoads, pero posteriormente se bajan las revoluciones y se da protagonismo al teclado, para dar paso a la hermosa You' re No Different To Me, cuyo estribillo te hace recordar a más de un desamor; aunando nostalgias con rabia. Entre otros temas notables, imposíble es no mencionar el risueño So Tired (típica composición de Ozzy), Rock And Roll Rebel o el rockabilly hard rockero Centre of Eternity.- Un registro simplemente inmortal.
Manowar - Into Glory Ride (1983)
Aunque Manowar es por lejos una de mis bandas favoritas del metal y me bacilo con pasión cada uno de sus discos, siento que muy pocos trabajos de la banda pueden competir con la grandeza de Into Glory Ride, probablemente el disco más potente de su tiempo.
Esto es el más puro y verdadero heavy metal, cargando los genes épicos y una primera aproximación a lo que sería el power metal, fundamentalmente americano y en mucho ajeno a esas influencias folk, operísticas, celtas y un sinfín de atributos mediavales que adornan al power centroeuropeo.
Festín de buenos temas y alguno que otro clásico que pasaría a la historia, como el potente y muy épico Gloves Of Metal que hasta el día de hoy, el bueno de Eric Adams interpreta con la misma fuerza y tinte vocal. Aparte del ya mencionado, mis grandes favoritos son Hatred, Secret Of Steel y por supuesto: Revelation. En resúmen, una obra maestra, que hasta provoca morir en la causa del heavy metal (xD), algo que bien versa uno de los temas posteriores del grupo.
Black Sabbath - The Headless Cross (1988)
Este álbum significa mucho para mí, y fue una de mis tempranas conexiones con el heavy metal, cosa que curiosamente conversé entre chelas con un amigo ayer. Es raro, pero llegué a este disco a partir de mi incondicionalidad por Queen, puesto que es este el único trabajo en toda la historia de Black Sabbath, en la que otro guitarrista aparte de Tony Iommi, fue invitado a participar, ese guitarrista es nada menos que el maestro Brian May.
Como desplazandome en un puente de sonidos, se puede decir que a partir de este disco y por simple curiosidad, pasé del muy particular rock de mi banda favorita Queen, a la música de Black Sabbath y de ahí a la totalidad del heavy metal en un continuum imparable.
Este álbum pasó rápidamente a figurar entre mis favoritos y lo es hasta el día de hoy, más inclúso que los discos anteriores de las eras Ozzy y Dio. Aquí se profundiza la oscuridad arqueotípica de la banda y algunos sostienen que es el único álbum de Black Sabbath con giños al satanismo de una forma más menos directa, algo que claramente puede ponerse en tela de juicio. Al menos en mi opinión, Headless Cross es un disco bastante lúgubre, sólo basta escuchar temas como el que da nombre al disco, Kill in The Spirit World o el increíble When Death Calls (el mejor tema y en el que pone su cuota guitarrera Brian May) para quedar con los pelos de punta.
Como único contrapunto, probablemente tengamos el hecho de que el cantante Tony Martin, se dedicó a emular descaradamente la voz de Dio, dilatando potenciar sus propias cualidades. Sin más debo reconocer que este es uno de mis cantantes favoritos y en discos posteriores de Black Sabbath, dejaría demostrado su nivel. Pero lo que para mí es un plus bastante insuperable de este disco, es el hecho coyuntural de que en un pequeño punto se unió toda la energía de músicos tan notables como Tony Iommi, el desaparecido Cozy Powell, Neil Murray y Brian May, esa unión ficticia que probablemente nunca ocurrió fisicamente en el estudio de grabación, al menos es perceptible sonoramente y en uno de los mejores temas de toda la discografía sabbática, por sobre inclúso de mis grandes favoritos como Behind The Wall Of Sleep, The Mob Rules, Black Sabbath, War Pigs, etcétera.
Blind Guardian - Somewhere Far Beyond (1992)
Junto al Dawn of Victory de Rhapsody y el Power Plant de Gamma Ray, esta fué una de mis primeras incursiones en el power metal europeo, mucho ántes de que terminara acumulando cierta fobia al género. Debe haber sido hace unos siete años cuando adquirí el disco y recuerdo que por entónces rallé la papa más de lo normal, en especial por que los alemanes se acordaron del que también es uno de sus grupos favoritos: Queen y los versionaron muy bien con una estruendosa versión de Spread Your Wings.
Ciertamente este no es un disco para escuchar a la ligera y por lo mismo, escabullo catalogarlo a tontas y locas como un disco más de power metal, aquí se fusionan elementos del neo-clásico, progresivo, heavy/speed, hard rock y hasta unos no tan sutiles elementos folk. Es casi como escuchar un disco de Rush, poniendole máxima atención al complejo juego instrumental, los tempos y las embelezadas melodías.- Puntos extra aporta la voz de Hansi Kursh, más afín a la linea del power americano (a lo Iced Earth) que a toda una manga de vocalistas con gargantas aflautadas, particularmente entre los exponentes itálicos.
Megadeth - Youthanasia (1994)
Para mí, este es y probablemente seguirá siendo el número 1 en toda mi fonoteca. Hasta el dia de hoy le estoy totalmente agradecido a la persona que me lo regaló para mi cumpleaños número 15, sin yo tener por entónces el más puto conocimiento sobre la banda.
Fue raro, pero a partir de Youthanasia me convertí en ultra fan de Megadeth, aunque lamentablemente nunca encontré otro disco a la altura. Más aún, me decepcioné bastante de álbumes como Criptic Writings y The World Needs A Hero, pero como fuera, este disco siempre me devolvía la pasión por Megadeth, a tal punto que considero que hay un ántes y un después de este disco, en al menos lo que refiere a mi propio rollo con el metal, con el rock.
Aunque cada tema desata una adrenalina infinita, que es probable interiorice cada uno de los que escuche con cierta devoción el disco, es imposíble no destacar algunos temas sobre otros y en mi caso personal un Addicted To Chaos, un Train Of Concequences, Elysian Fields, la hermosa A Tout Le Monde o la thrashera Victory, son por lejos los mejores temas de este disco, cuentan entre los mejores de Megadeth y del heavy metal en los noventa y en general de todos los tiempos.
Dio - Last In Live (1998)
Mucho ántes de tener los registros de Rainbow o de Black Sabbath de la era Dio, me había ido directamente a la discografía del cantante y luego de adquirir los clásicos Holy Diver y The Last In Line, quedé ciertamente prendado de la música del enano malevolente (paradógicamente uno de los más grandes en la historia del heavy metal), al punto que un buen día decidí comprar esta presentación en vivo, un cd doble, que de paso logró ser mi primera aproximación a algunos temas que el vejete había inmortalizado con Rainbow y con Black Sabbath.
Inferno: Last In Live, es una especie de Greatest Hits en vivo, un compendio de grandes éxitos que sonaron en todos los medios que se dedicaron a difundir el heavy metal en los ochenta e inclúso logra ir más allá, con reproducciones bastante fieles de clásicos como Heaven and Hell y The Mob Rules (BS) y notables clásicos como Rainbow In The Dark y Man on the Silver Mountain, que hasta suenan un poco más metaleros y épicos para la ocasión.
Halford - Resurrection (2000)
Aunque prefiero a Rob Halford en Judas Priest, hay que reconocer que con Mike "METAL" Chasciack y su banda de ocasión, el pelao hueco sí pudo mantener el nivel, en especial en este disco que es el primero y el mejor de toda su carrera solista bajo el nombre de HALFORD.
Un espectro en los temas, que va del heavy metal más judas priestano (cueck!) al speed desatado, con riffeos en ocasiones cercanos al thrash. Y el pelao sabe como lucirse, oscilando entre los agudos y amoldándose vertiginosamente a los ritmos de cada tema, logro de pocos buenos vocalistas del metal y algo que te trae irremisiblemente la memoria, el siempre recordado Painkiller, que en mi opinión es un buen disco, pero que está lejos de ser el mejor de Judas.
Judas Priest - Demolition (2001)
El segundo y último álbum de estudio de Judas Priest con Ripper Owens. En su tiempo me tuvo bastante enganchado y es que este es un disco que sigue fielmente la tradición sónica del Painkiller, pero complementandola con elementos más actuales y en este punto no deja de ser curioso que en ciertas ocasiones que puse el disco para animar algún malón, a más de alguien le surgió comparar el registro de Owens y la instrumentación general con la de grupos tan dispares como Rob Zombie o los propios Metallica y es que como fuera, aquí el elemento modernoso está bien presente.
Temas como Machine Man y Metal Messiah, que abren y cierran el disco, coquetean de cerca con el metal industrial, mientras que otros como Hell Is Home, Close To You y en especial Lost and Found suenan más "grungy", en el sentido de melancólicos, extremadamente introspectivos y hasta tristones. Pero como fuera, es el heavy metal verdadero el que termina primando en este disco y la verdad es que "Metal God" Owens, nunca me desagradó como reemplazante de Rob Halford, convenciéndome mucho más en este disco, que en mi opinión cuenta entre lo mejor del metal que se ha hecho en los últimos 10 años, siendo superior por cierto a Angel of Retribution y al actual Notradamus.
Stratovarius - Stratovarius (2005)
Indudablemente a Strato siempre les quedó chico un encuadre en el power metal, considerando la aterradora monotonía que ha adquirido este subgénero con el paso del tiempo y más aún porque este grupo mantiene vigente la tradición del metal más clásico, piénse en el de grupos como Rising Force, Rainbow, Alcatrazz, Racer X, Samson, etcétera.
Después de varias producciones ambiciosas como la anterior saga Elements (Pt. 1 y Pt. 2), Infinite y Destiny, que destacaron por fusionar el power metal con toda una parafernalia sinfónica, fué finalmente un respiro aliviador escuchar este homónimo el 2005, que representa un retorno a las raíces de la banda, por aquel entónces, un power trío como pocos y más cercano al hard rock melódico.
De principio a fin, creo que amé este disco y recuerdo haberlo escuchado varias veces seguidas el primer día, agradeciendo su mayor simpleza y el hecho de que en ningún tema se pierden en voladas sinfónicas o en cansadores entrevecos progresivos, todos estos, elementos que más que agradarme, hoy me hacen sentir más ajeno del metal verdadero.
Uno de los mejores temas es sin duda el primero; Maniac Dance, con un Timo Kotipelto que me recuerda en algo al propio Dave Mustaine, luego una seguidilla de temas más softy metal que rematan en tres hermosas composiciones épicas: The Land of Ice And Snow, una poética dedicatoria a la madre tierra nórdica y Leave The Tribe/United, temas que resaltan el riff hard rockero de antaño.
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1 comentario:
Todo un derroche de clásicos. Yo tengo los míos también y creo que no es ninguno de esta lista, lo que habla mucho de la diversidad de gustos y tendencias en el buen metal.
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