Si el Poncho Vergara estuviera vivo, sin duda estos hubieran sido hoy los teloneros de Deep Purple y quienes nos dieran una fiesta aparte con su hard rock clásico, muy en la vena de la banda británica de Ian Gillan.
Desde la convulsionada década de los setenta y basados en un principio en los sonidos del rock progresivo tipo Sui Generis, el Poncho Vergara y su banda comenzaron a ganar training tocando en piojosos recintos, colegios y otros ámbientes clandestinos del circuito capitalino. Redoblados del carente optimismo de la época, ese mismo que a muchos grupos actuales que tienen todo a favor para triunfar, les falta.
Así y todo, no fueron conocidos, pero sus fans y los pocos medios que siempre les apoyaron (como la Radio Futuro), hicieron lo que estuvo a su alcance para dar a conocer el gran nivel de esta formación y a pesar de que el Poncho murió en el total anonimato, como recita un tema de Weichafe, pasó a la historia junto a Tumulto por aquella histórica presentación de 1994 en Estación Mapocho, teloneando a Kiss, Slayer, Black Sabbath y llevandose además el beneplácito de los asistentes.
Una banda que no será jamás material de olvido para los verdaderos rockers nacionales. Tarde o temprano la historia del rock chileno, tendrá que rendirle sus merecidos honores al Poncho.
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