On the wall

Hoy, la música va con nosotros a cualquier parte. iPods, Mp4's y una extensa variedad de reproductores forman parte del diario vivir de las personas y nos permiten llevar la banda sonora de preferencia a los más diversos escenarios: gimnasio, viajes, la calle, el banco, etcétera.

Pero no sólo se respira música de manera individual y a partir de los formatos mencionados; graffitis y artwall callejero son representaciones externas a la música, pero en ocasiones a priori, aunque una mayor parte de las veces (al menos en estos dominios) no son agradables de ver.

En un país atestado de cultura hip hopera y grafiteros de cuarta, que lejos de hacer "arte", son un "desastre", ejemplos como los siguientes no son muy comunes, aunque si los hay y particularmente en ciudades que mezclan lo pintorezco con lo marginal. Personalmente no me gusta mucho el arte del graffiti, pero debo reconocer que si me encontrara con alguno de los siguientes en alguna pared camino a casa, me sería mucho más agradable que la serie de garabatos ilegibles que escriben muchos psicóticos nocturnos y por supuesto un millón de veces preferible a la asquerosa e inescrupulosa publicidad política. Lo siguiente es arte, no delito.
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Caminar de noche, al costado de alguna de estas paredes con artwall de Eddie the Head, sería como emprender un viaje al cover de cualquier disco de Maiden y esperar encontrarse en la siguiente esquina con la banda. Sería estupendo hacerlo con la música de "Two Minutes to Midnight" a tope en los auriculares.- Una experiencia surrealista.

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Esto no es un artwall como tal, pero curioso sería entrar a un baño y encontrarse con bosquejos de Paul Stanley y Gene Simmons en los cerámicos. Es cierto que la imágen de KISS vende en todo, pero no creo que este sea el caso.

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A la invasiva: un ruinoso graffiti, tronado por el logo de Black Sabbath.

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...God save the Queen!