viernes, 21 de septiembre de 2007

Día negro

La tarde del sábado 24 de julio de 2004, mientras se oficiaba una misa en la iglesia Catedral de Santiago, un tipo de melena y vestido de negro, se lanzó sorpresivamente sobre el sacerdote italiano Faustino Gazziero, lo tomó por la espalda y lo degolló con un cuchillo de 14 cms, para luego intentar quitarse la vida de la misma manera.

La noticia se hizo eco inmediatamente en todo el país, el asesino un jóven coyhaiquino de 25 años llamado Rodrigo Orias, fanático del black metal y antaño un cristiano activo, hijo de padres creyentes.

Recuerdo que en ese momento todos los dardos apuntaron no a la clara esquizofrenia de Orias, sino a la música metal en sí, se culpó a Deicide, la banda favorita de este verdugo por sus directos mensajes satánicos y anti-cristianos, los metaleros fueron puestos en el tapete en todo tipo de programas, sobretodo en el termómetro, fué más de un mes de cuestionamiento a la música y no faltó el idiota que pensara que este era realmente el gran mal de la sociedad.

Se comenzó a especular de todo, inclúso sobre el apellido del asesino que significa según la demonología "angel caído", lo cierto es que Orias era sólo un esquizofrénico, primero un buen cristiano que recibiendo mensajes benevolentes y llenos de paz no podía hacerle un mal a nadie, pero los hechos fueron otros, Orias conoció la variante satánica del metal, un estílo que (en general) no lo es, Orias se metió en el black y en su mente convulsionada el mensaje comenzó a hacerle sentido. De cristiano pasó directamente a satánico y en su aguda locura debía terminar con un acto de sacrificio, las voces que escuchaba le pidieron a alguien de su familia, pero Orias terminó matando a un sacerdote, enemigo del dios que decía adorar, todo demasiado hooliwoodense, por la cabeza de Orias se pasó un pésimo thriller y terminó por protagonizarlo.

Posteriormente Deicide hizo pública una respuesta al momento noticioso del país y obviamente se desvincularon de todo, lo que es lógico, pero aunque así haya sido, se sabe que el black metal y parte del death (lo que incluye grupos como Deicide), de realidad y ficción conjugan amabas cosas: historias de quemas de iglesia, asesinatos, sacrificios y demás sobrepasan por mucho el límite de lo racional. Aunque obviamente es estúpido generalizar, no todos los grupos de black metal son realmente adoradores de Satán y existe tambien el llamado unblack que es el antagonismo a este estílo, con mensajes anti-satánicos o directamente cristianos.

Probablemente si en lugar de Deicide, Orias hubiera escuchado grupos como Mortification o Vengance Rising, otro gallo cantaría, en ese caso hubiera potenciado su cristianismo y hasta podría haber llegado a haber sido un pastor metalero como muchos evangélicos, que creen en el poder del rock metálico para potenciar y expandir el mensaje de Cristo.

La mezcla entre esquizofrenia y ocultismo fue lo que llevó a matar a Rodrigo Orias quien hoy se encuentra recluído en el hospital psiquiátrico de Putaendo, al parecer esperando nuevos fallos judiciales, tratando su enfermedad y consciente de la estupidéz que cometió, la que terminó destruyendo su vida.

A continuación algunos detalles del día negro y de las alucinaciones que tuvo previo al asesinato, todo en palabras del propio Orias.

-¿Qué visiones tenías que te hicieron matar?

Me gusta leer y de tanto leer cosas pienso que mi mente colapsó. Yo estaba formando una filosofía, unas ideas sobre el mundo. Yo me encerraba en mi dormitorio y empezaba a preguntarme de dónde venimos... si existirá Satán o los extraterrestres. Leía sobre los dioses.


-¿Así empezaron tus alucinaciones, las voces...?


El 7 de septiembre del 2003 fue la primera alucinación, un mes antes había leído un libro de magia que hablaba de un monje alemán que se volvió loco tratando de descubrir quiénes somos… y yo llegué a tal extremo que maté. A él se le aparecieron la cabra infernal y el dragón rojo, que son unos sirvientes de Lucifer y yo le creí al libro y me dije que iba a hacer lo mismo así que me metí en una montaña y empecé a hacer cosas con el libro de magia.


-Continúa.


-Ahí se me apareció Satán, se me apareció en la pieza. Y él me hundía la cama y me quemaba... el dormitorio se llenó de neblina y comencé a escuchar voces diciéndome que debía matar para no ir al infierno.


-¿Sigues escuchando las voces... alguna vez?


-Ahora no, con el medicamento que tomo me doy cuenta que eran visiones, que era mi esquizofrenia. Esa vez se me apareció Satán y después formó una cara de toro con cuernos y me quedó mirando. Yo me guardaba todas las cosas que veía porque no quería que nadie pensara que yo estaba loco. El libro de magia dice que cada persona tiene su destino escrito desde que nace.


-¿Y tú destino está escrito?


-No, ya no creo eso. Yo le pregunté al libro de magia cuál era mi destino y me mostró, en las alucinaciones, que yo apuñalaba un cuerpo y ahí yo no sabía a quién tenía que matar. Pero si yo no lo hacía, entonces Satán me iba a matar.


-¿Recuerdas todo sobre el asesinato?


-Yo recuerdo todo. Ese día estaba angustiado y cuando estaba sentado en la iglesia, en la banca, miraba para el lado por si se me acercaba alguien, por si me detenía y me decía que sólo era una prueba. Incluso yo pensaba que si me tiraba contra el sacerdote, Satán iba a poder retroceder el tiempo. Yo no conocía al sacerdote, fue una casualidad que lo matara a él.


-¿Por qué te acuchillaste?


-Yo estaba confundido porque pensé que Satán me iba a reencarnar en la tierra y así yo iba a volver a ver a mi familia. Maté un inocente y lo lamento mucho, causé dolor en su familia y en la mía. Pero yo estaba loco, estaba más loco que una cabra de cerro. Ahora si llegara a ver algo, voy a saber que son alucinaciones.


-¿Qué quisieras hacer?


-Mis sueños no se han apagado. Igual quiero estudiar una carrera corta, turismo o técnico forestal, y aprender inglés. Quiero una segunda oportunidad porque no me considero una persona mala... soy un ser humano.


-Pero mataste...


-Soy un esquizofrénico y sé que me van a rechazar si salgo del hospital; sé que estoy estigmatizado como asesino. Es difícil que las personas recobren la confianza en alguien que ha matado. Me gustaría que no me miren como un asesino sino como un enfermo mental, no más.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ORIAS RE CULIAO PASO A SER EL EJEMPLO DE UN MONTON DE FLAITES INADAPTADOS QUE SE CREEN BAKANES POR ESCUCHAR BLACK METAL, PUTOS CULIAOS

Anónimo dijo...

oye viejo, no te enojes con él..
es sólo un enfermo mental, ke kiso meterse en todas esas cosas de la magia y ke se yo..
me siento identificado con la parte ke dice ke el trataba de entender de donde venimos y eso.. yo lo he hecho, pero tiene rason, es una estupides reventarse la cabesa pensando de donde venimos o como se creo la vida y eso... HAY KE VIVIR LA VIDA Y LISTO, mogolicos malnacidos...
mueranse todos los cientificos y los deformes esos ke andan investigando la vida
consiganse un trabajo de verdad, busken pareja y dejen de kemarnos la cabesa a la gente normal

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