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Producto de un interminable camino por alcanzar la perfección musical y manifestar su visión pro hermandad de las religiones abrahámicas (cristianismo, judaísmo e islamismo), además de la unificación de la "patria semita" que amistaría finalmente a palestinos y judíos, enemigos en Medio Oriente, los israelíes Orphaned Land concretan su mejor disco a la fecha cuyo lanzamiento oficial al mundo fue tan sólo el día de ayer. Si preguntan mi opinión, más allá de ser fanático de la banda israelí; creo que este será reconocido como uno de los mejores discos del 2010 y eso que aún quedan 11 meses para seguir evaluando.
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The Never Ending Way of ORwarriOR, es un maravilloso compendio de dispares texturas musicales, aunadas al más alto nivel. Un trabajo perfeccionista, superior a su anterior marca: Mabool que iniciando la fórmula dejó marcando ocupado a muchos desencantados del género, y aunque tuvimos que esperar largamente por esta nueva joyita de los Orphaned, la espera definitivamente valió la pena: estamos ante una de las mejores bandas del metal actual, dueños de un profesionalismo superior al de muchos contemporáneos, y es que más de cinco años de silencio en su discografía (compensados por sus actuaciones en directo) dieron por resultado un álbum maravilloso, variado y matizado, sin temas que sobren y que emociona hasta el último aliento.
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Haré un breve repaso por el disco, el cual abre con "Sapari", un maravilloso corte folk metal pautedo por los coros de la menuda Shlomit Levi y la guitarra rítmica de Matti Svatizky, le sigue "From Broken Vessels", un tema algo más denso, pero lleno de matices progresivos y mucha melodía. "Bereft in the Abyss" es el primer interludio folk cargado de todos los sabores atemporales de la música ritual israelí, para dar paso en los siguientes dos temas al metal técnico de "The Path Part 1" y el death metal de "The Path Part 2". "Olat Ha''tamid" es otro interludio interesante, con una intro peculiar que me hace recordar a los discos de Fairuz rotados en el viejo tocadiscos de mi abuelo, otro buen guiño a la música popular de Medio Oriente.
El séptimo corte: "The Warrior", es en mi opinión el mejor tema: siete minutos un tanto más down o depresivos, seguidos hacia el final de un tremendo y sentido solo de guitarra, a lo más lágrima de Gary Moore, notable. El tercer interludio: "His Leaf Shall Not Wither" de aura más medievalista y un estupendo punteo de guitarra acústica acompañando la voz de Shlomit, es otro de los temas que te queda sonando en la cabeza, le sigue la pomposidad de "Disciples of the Sacred Oath II" aunando el death metal de los primeros tiempos de Orphaned, con rock progresivo y un espacio para la instrumentación folklórica.
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En el tercio final del disco suenan la hermosa acústica "New Jerusalem", el prog moderno de "Vayehi Or", un tema dark que reemplaza los riffs demoledores por matices más actuales, recordando la música de bandas como Porcupine Tree y Riverside, " Barakah" y "Uprising" que marcan un retorno a la contundencia metalera, los riffs-ametralladora y ostentosos growls death metaleros que no nos permiten olvidar que Orphaned Land provienen ante todo de esa vieja escuela. Despide el disco "In Thy Never Ending Way (Epilogue)", medio tiempo que abre en la entonación melódica de Shlomit Levi y continúa con un embrujante ritmo de guitarras acústicas contrastadas por poderosos y eléctricos riffs.
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Quienes hasta hoydía no hayan tomado en serio a Orphaned Land están a tiempo de redimirse. The Never Ending Way of ORwarriOR más que el nuevo trabajo de una gran banda, es un pasaporte hacia el reencamiento con el género metálico, más aún en tiempos que el metal no sorprende y emociona a casi nadie, se agradece que bandas como Orphaned Land logren ese pequeño milagro, y lo que es más: a miles de kilómetros del tradicional epicentro (Los Ángeles, San Francisco, Lóndres, Gotemburgo) donde justo ahora no parece estar ocurriendo nada nuevo.
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