Además de músico y una de las grandes genialidades del rock de todas las épocas, Patti Smith: la Joan Baez del punk, es una artista integral; poeta, pintora, compositora y escritora. En sus cuatro décadas de carrera -y muy a pesar de ser considerada "la madre del punk rock"- jamás se encasilló en estilos ni posturas particulares, siendo el pacifismo, la defensa de la naturaleza y el pancartismo libertario aquello que mejor la definen y, dicho sea de paso, con mucho mayor credibilidad que a un Bono, que a un Sting o un Bob Geldof.
Conjunto a su vasta discografía, una veintena de libros completan su aporte al état de l'art de la cultura y el rock, prevaleciendo la influencia de sus amados beatnik: Jack Kerouac, William S. Burroughs, Allen Grinsberg... así como de los eternos arquetipos de la rebeldía juvenil y de la búsqueda: Jim Morrison y Arthur Rimbaud. Lo más reciente en llegar a nuestras manos es el libro Tejiendo Sueños, publicado en los '90 en Estados Unidos para la colección Hanuman Books y que sólo este año nos llega traducido de la mano de la editorial argentina Lumen.
A juicio de la propia Smith, por extensión Tejiendo Sueños no debiera ser definido como un libro y ciertamente, por estílo, se acerca más a una plaquette, compendiando en sus 88 páginas y a lo largo de sus 14 capítulos una narrativa que auna cuentos y poemas, basados en experiencias reales de la autora. Tejiendo Sueños comienza narrando la niñez de Patti Smith en un pueblo rural de Chicago y nos transporta tempranamente en un viaje idílico, cargado de recuerdos en blanco y negro con olor a matorral, invierno frío y los espacios abiertos del antiguo EE.UU. que bien describieron Kerouac, John Phillips Marquand y otros tantos escritores costumbristas de comienzos y mediados del siglo pasado.
Con toda libertad poética, Smith repasa sus más íntimos recuerdos de solitaria: tardes de pintura, búsqueda de señales y símbolos tanto en la vida como en el arte abstracto, colección de chucherías, un viejo tocadiscos que recita música que poco o nada tiene que ver con el punk, inclúso con el rock. Entre metáforas, idealismos, sueños e imágenes fugaces, Tejiendo Sueños desnuda el alma de Patti Smith, reseñando su proceso creativo y su excentricidad de artista, así como también su refinada sensibilidad y carismática inocencia. Son páginas que traslucen un júbilo nostálgico y generan gran empatía hacia la compositora de "Horses", reflejada de forma diametralmente opuesta al perfil punky de las grandes ciudades como Nueva York o Londres, de aquellos desarrapados que viven al filo, ajenos al arte y que encuentran más aliciente en el crack o heroína que en la propia vida.
Patti Smith, la beatnik punky o punkie hipster se traza así misma en Tejiendo Sueños como una muchacha de ethos pueblerino, criada y curtida en el Estados Unidos profundo y místico (que poco ha variado desde la prosa de Mark Twain), también como la descendiente de una raza de estoicos pastores irlandeses, amantes de la libertad y de la individualidad, pero apegados sobre todo a la tierra. Es este un manuscrito liviano y agradable, fácil de leer en tan sólo una hora y que cumple con creces el objetivo de Patti Smith de otorgar al lector "una vaga y curiosa alegría". Si las letras fueran notas musicales, Tejiendo Sueños sonaría más como música folk o country que a punk rock, aunque efectivamente pocos puedan entender con mayor propiedad el punk que Patti Smith, viuda además del fundador de MC5: Fred "Sonic" Smith.
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